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España España · Madrid
Voto de Sard:
3
Ciencia ficción. Fantástico. Drama. Acción. Romance Un asteroide del tamaño del estado de Tejas apunta directamente hacia la Tierra. Los expertos de la NASA tan sólo encuentran una posible solución: enviar a un equipo de astronautas al espacio para que destruya el meteorito antes de que colisione con nuestro planeta. Para ello recurren a Harry S. Stamper, el mayor experto en perforaciones petrolíferas, y a su cualificado equipo de perforadores, para que aterricen en la superficie del ... [+]
17 de diciembre de 2006
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película entretiene, eso es innegable. El enésimo producto de Bay/Bruckheimer funciona precisamente por lo convencido que está de su discurso. No conozco las vidas de estos dos señores, pero me juego la paga del domingo a que ninguno tiene un mínimo nivel cultural. Repetir lo ya dicho en otras críticas: patriotismo mal entendido, desprecio de las culturas europea, asiática, etc. La película es totalmente incapaz de representar ni una sola escena que desprenda realismo, y uno jamás siente angustia ante un tema de tanto poder dramático como la extinción del ser humano. Todo se reduce a la presentación de unos personajes planos, llenos de frases que intentan ser memorables y a los abundantes efectos especiales, de una calidad bastante alta, como en todas las películas de Bay.
Sin embargo la explicación del éxito de la película está en su buen reparto (todas estrellas con solvencia que, nos guste o no, saben solucionar las disparatada escenas en las que se meten), unos excelentes efectos especiales (nos guste o no, Michael Bay sabe dirigir efectos especiales) y una fanatismo absoluto por el discurso patriótico que provoca que no les tiemble el pulso al grabar escenas en las que en la MIR rusa se pueden ver banderas americanas (comprobado). Sobre todo esta seguridad, esta falta de vacilación, es la que hace que nos la creamos, que nos la traguemos y que hasta nos guste.
Afortunadamente su psicotrópico efecto americanizante se diluye cuando salimos del cine, nos acordamos que somos europeos y que no necesitamos banderas colgadas en las puertas para autoafirmarnos constantemente. Lo siento señor Bay/Bruckheimer, por aquí nos gusta pensar.
Sard
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