Steve Antin es la prueba viviente de que no hace falta tener mucha idea de que es el cine para hacer una película. Está clarísimo que ha visto las dos grandes películas musicales que tienen en su papel principal un cabaret.

Lo que hace Antin en ningún caso se le puede llamar homenaje. En todo caso plagio. No hace falta haber visto muchas veces Cabaret y Chicago para reconocer multitud de pasos de estas dos películas en las canciones de Burlesque. Principalmente de Cabaret donde los primeros compases de la primera escena es exactamente igual que el del primer número de este engendro. Y donde, no contentos con eso, tienen la desfachatez de (prácticamente) copiar el número Mein Herr de la película de Bob Fosse dándole cierto toque de la de Rob Marshall. Sin embargo, Antin no es capaz de conseguir ni acercarse siquiera a estos dos grandes musicales, logrando únicamente estar más cerca del Bar Coyote. Y es que, hasta el día de hoy, pensaba que era imposible hacer una mala versión del Dyamonds Are a Girl Best Friend. Pues bien, no es que la versión sea mala, es que es soez y deleznable. Tan solo hay dos números que se salvan de la quema en la película, curiosamente, los dos temas lentos, que no necesitan de coreografía ni opción videoclip alguna.

El guión no es que sea plano, es que se hunde en la más absoluta de las miserias. Sobre todo viendo la solución que le encuentran para solucionar el gran problema del Burlesque, el de encontrar financiación para seguir funcionando (originalísima la trama, por supuesto). Respecto a las actuaciones, es una pena que Cher, que ya ha demostrado que puede hacer buenas interpretaciones, se haya decidido por esta película para resurgir de las cenizas. Aun así, Cher se ve muy elegante a lo largo del film y cumple con lo que le exige el personaje, al igual que un Stanley Tucci muy bien puesto en su sitio, como siempre.

Respecto al debut de la Aguilera... bueno, canta bien. La muchacha hace lo que puede con un personaje planísimo como el que más, logra convencer en los números musicales (especialmente bien en la balada que canta) y se cae en la miseria cuando solo tiene que actuar.

Un 3.