En los años 80 se pusieron de moda las películas dedicadas al mundillo policial, con mucha acción y toques humorísticos. En ese género, "Arma letal" se erigió como uno de los exponentes y como una de las más exitosas, dando lugar a una saga.
Los ingredientes para su éxito están servidos de la mano de Mel Gibson y Danny Glover, que hacen crecer su sencillo guión gracias a una capacidad ilimitada para las situaciones humorísticas, a unos diálogos desternillantes y a unas escenas de acción muy bien interpretadas.
Riggs (Gibson) y Murtaugh (Glover) han sido asignados como compañeros para resolver un caso de tráfico de drogas. Riggs es un poli temerario, ido de la azotea, muy listo, divertido y que parece no tener nada que perder; no tiene en gran estima su propia vida. Murtaugh (Glover) es un poli responsable, recto y honesto, marido y padre de una familia a la que adora. Ambos forman un par que continuamente provoca carcajadas, mientras se van acostumbrando uno a otro, se van compenetrando, resolviendo juntos el peligroso caso, y terminan por hacerse amigos íntimos, compartiendo sus alegrías y sus penas. Riggs prácticamente entra a formar parte de la familia de Murtaugh.
Estos dos hombres valientes e intrépidos, contrastando la impulsiva temeridad de Riggs con la cautela y la sensatez de Murtaugh, crean una pareja llena de química que deleita a la audiencia con su naturalidad. Se nota que los actores se lo pasaron en grande rodando la película y eso se agradece, porque los resultados son muy satisfactorios.
Su chispa no se pierde con el paso del tiempo y se conserva tan fresca como siempre.