Igual que me ocurre con "Río Bravo", algo me pasa con esta película que debería tener todos los ingredientes para apasionarme. Ante la cámara, todo un maestro como Howard Hawks, capaz de hacer planos técnicamente perfectos y usar el polvo de este viaje de pioneros como solamente los grandes del cine son capaces. Y encima tiene un reparto a prueba de bomba, destacando un John Wayne que puede ser, con facilidad, uno de los actores más infravalorados de la historia.

De cualquier modo, "Río Rojo" no logra engancharme. Se refleja un mundo duro y violento, la atmósfera está muy buen creada, pero sus personajes, en su gran mayoría, son antipáticos y, lo que es peor, complicados de brindar empatía. Wayne presta toda su fuerza a una especie de un capitán Ahab de ganado, repleto de rabio y que bajo Biblia y revólver puede cargarse o usurpar la tierra que a él le salga de las narices. Afortunadamente, el carisma del intérprete solventa la papeleta, pero con otro protagonista, bien podríamos estar hablando de uno de los villanos más odiados de la historia del western, hasta tal punto las gasta el amigo.

Destaca asimismo un Montgomery Clift que en aquellos momentos se encontraba en uno de los mejores momentos de su carrera. Hombre de altibajos y con una expresión única, su aportación es una de las más notables en este relato de virilidad donde hay casi más testosterona que ganado vacuno, sobresaliendo asimismo piques de gallitos relativos a quien dispara más rápido y tiene más grande... la pistola.

Me gusta todos los elementos y equipo artístico del film. Pero representa una historia que no consigue engancharme nada.

Todo vuelve a su cauce y tengo muchas otras películas de Hawks y Rosson para disfrutar.