Bueno, como siempre que una película intenta salirse de lo previsto o hacer algo distinto, hay una serie de críticos pelagatos que no la entienden y que emiten una opinión cuñada y peregrina al respecto, que luego pasa a ser repetida una y otra vez por los que ven la peli. Lamentablemente, a Victoria le ha pasado y esta tontería cuñada viene a ser que "técnicamente es muy buena pero la historia es muy floja".

Pues no, señores. La historia es muy buena: cualquiera que haya vivido un poco la noche sabrá que esas cosas pueden pasar, que el alcohol y las drogas son malas consejeras, que una cosa lleva a la otra y todo puede acabar como una pesadilla, y que hay determinadas etapas vitales en las que uno es más vulnerable a que le pasen este tipo de aventuras. Y eso es lo que ocurre con Victoria: más sola que la una, en un país cuyo idioma desconoce, rodeada de una gente a la que no comprende, sola, en la discoteca, intentando darse a conocer (el escueto diálogo con el barman me parece de lo más revelador) e intentando digerir un sonado fracaso en su país de origen. Entonces se encuentra con otro grupo de marginados, en este caso del lumpen, que le caen bien, quizá porque hasta entonces nadie le ha ofrecido calor humano. Y la noche empieza. O mejor dicho, acaba.

Todo se insinúa, Laia Costa es una fenomenal actriz, también el alemán Leo Messi, los personajes quedan muy bien dibujados, son muy creíbles, todos hemos conocido a gente así, todos sabemos que una noche puede ser algo muy raro, todos sabemos que una sucesión de mala suerte lleva a un desastre aún mayor... y,,,

Y entonces hay hay que fijarse en la parte técnica. Aunque la película dura sus buenas dos horas y media, estaremos todo el rato con los ojos pegados a la pantalla, porque desde el principio la técnica elegida es la mejor posible para explicar lo que se va a explicar, hasta el punto de que nos sentiremos uno más del grupo, como si estuviéramos con ellos a tiempo real -de hecho, así es-, y esto es un prodigio, es el prodigio del cine, te dan ganas hasta de gritarles consejos a los personajes, la historia te envuelve, te subyuga, te hace sentir mal, muy mal, a medida que las cosas se estropean, como una larga resaca, como una noche de fiesta que acaba terminándose en una pesadilla...

Brillante, sencillamente brillante.