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Voto de viejotrueno:
10
Drama Nueva York, 1863. La ciudad está dominada por la corrupción política, y la guerra entre bandas provoca muertos y disturbios. En este contexto, el joven inmigrante irlandés Amsterdam Vallon (Leonardo DiCaprio) quiere vengarse de William Cutting, "Bill el carnicero" (Daniel Day-Lewis), el hombre que mató a su padre (Liam Neeson). (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2005
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero está lo que yo creo que es el tema principal del film: la violencia y sus grados, tema recurrente en Scorsese, aquí especialmente tratado. Los grados de violencia mostrados van desde una simple pelea a puñetazos entre Leo DiCaprio y uno de los antiguos camaradas de su padre, pasando por un combate de boxeo reglado, las peleas entre bandas y la final represión de las revueltas urbanas por el poder de las armas del ejército. Como se ve, la gravedad de las contiendas va en aumento según la implicación moral del conflicto. De este modo, intrincada durante todo el metraje, la violencia surge desde sus más primitivas formas hasta las más sofisticadas y malévolas, desde el que lucha por la simple supervivencia hasta el que desencadena dichas luchas por acceder simple y llanamente al poder, con mayúsculas.

En el triángulo sentimental entre el reverendo Vallon, su hijo Amsterdam y Bill “El Carnicero”, en la que uno permanece ausente, el tema es el destino. Amsterdam le toma afecto a Bill, pero eso no es suficiente para renunciar a su sagrada tarea, que es vengar la muerte de su padre. Por otro lado, Bill, aún admirando la fortaleza moral y el honor del predicador, lo mata, puesto que ese es su papel, y no otro. Nuevamente, Scorsese presenta en una película un cuadro de relaciones condicionado por los roles de los personajes y sus dilemas morales, que no lo son tanto, puesto que al final encuentran sentido a su existencia haciendo aquello que “deben hacer”.

Frente a estos conceptos e ideas se presenta la fea cara del cinismo político, que no respeta nada, ni al contrario ni a sí mismo, lo que lleva a un apocalíptico final en el que no se salva casi nadie. Aquí es cuando aparece el otro gran tema de la película: el paso de un tiempo, quizás más brutal, pero más “noble”, a otro, probablemente más inmoral y perverso.

Épica, ultraviolenta, seguramente desequilibrada en personajes y ritmo, excesiva formalmente, el caso es que a mí me parece magistral, profunda e intensa, tanto que sus posibles defectos se tornan virtudes.
viejotrueno
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