Desfallecida, por no decir muerta película de Walter Hill, que pretende revivir la mítica historia de Jesse James y su banda y que tiene como elemento "curioso" el hecho de que el director eligió a tres familias de actores (los Carradine, los Keach y los Quaid) para interpretar a las tres familias de forajidos.
El resultado no se lo puede creer casi nadie, quedando un western de postal, sin vigor ni narración, sin credibilidad ni coherencia, que resulta sintomático del declive del género. Eso sí, ni es crepuscular ni mucho menos tiene un sentido clásico (madre mía si Ford o Mann levantaran la cabeza: aunque ya veo que todavía hay cabezones que mantienen semejante vejatoria comparación, poniendo luego todo tipo de pegas a otras películas a las que solo ponemos un 9 ó un 10 porque son raras y nosotros raros también. Angelitos.)