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Día del atentado

Thriller. Drama Basada en el atentado de la Maratón de Boston, cuenta la historia del agente Tommy Saunders (Mark Wahlberg), que investiga los acontecimientos tras el acto terrorista, ofreciendo una exhaustiva narración de la persecución que se llevó a cabo por toda la ciudad para dar caza a los causantes del atentado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
17 de septiembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las parejas que salen en la película me parecen todas de instagram, por decirlo de alguna manera, todos se quieren mucho, y siempre tienen algo bonito que decirse.
El trailer prometía, pero "la cacería a los terroristas" me ha parecido un poco floja, quizás es que tenía las expectativas altas.
Y también sabiendo como les gusta pegar tiros a la policía de ese país, me defraudó el enfrentamiento que tienen con los dos terroristas..
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
tito
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3 de diciembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es lo que parece un blockbuster con una historia real americana y triste por lo acontecido. Bien desarrollada y entretenida. A mi me ha gustado.
kakalito
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8 de enero de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Boston ha sabido recomponerse de un par de zambombazos que desplomaron a una comunidad asentada, a unos civiles probos y en términos genéricos, la tranquilidad de la población estadunidense en su plena extensión. El ataque terrorista, perpetuado por un kirguistáno y un soviético con dos artefactos explosivos de fabricación artesanal, que sacudió la añal y tradicional Maratón de Boston, aconteció el 15 de abril de 2013 cerca de la línea de llegada. ¿Y qué señuelo más consuetudinario y apiñado por el fervoroso sentido patriótico que una competición atlética americana para congregar ponderadamente a un inconmensurable aluvión de lívidos rostros alrededor de dos explosiones animadas por la animadversión-detonaciones? Pues acerca de este episodio que dejo cicatrices en la piel del pueblo bostoniano se emplaza el relato de Berg y Wahlberg, sin embargo, y paradójicamente, el actor líder para la historia es el único personaje apócrifo (inspirado en varios oficiales que participaron en los rescates) dentro de todo ese mar de realidades. Tommy Saunders es un dipsómano sargento, quien para volver a estar activo en la asignación de casos de verdadero calibre, debe ser el responsable de patrocinar el evento atlético más importante para su pueblo, con no solo un hinojo magullado, también su ego.

Pese a la menguada pericia, el director comprende de antemano qué es lo que quiere y qué utensilios son imprescindibles para llevar a cabo su cometido: rendir homenaje más que a las víctimas, a los linces caballeros con una sesera impresionante, la cual les contribuyo a no perder los estribos en medio de semejante vorágine de vesania. Apreciable es mediante el enfoque consagrado a los personajes de complemento, advirtiendo un heteróclito y pedestre tiento con respecto a las exposiciones y correspondientes efemérides de aquellos damnificados por el verificado atentado terrorista, afectados tales como una zagal pareja de enamorados, un padre y su hijo pequeño o la propia regenta del protagonista, personajes con una introducción y conclusión tan constreñida como insatisfactoria. En la otra cara de la moneda se encuentran los salvadores, los protagonistas de la odisea, capitaneados por Wahlberg, interprete que ha tejido una consistente camarería laboral con Berg por mor de los servicios prestados y que alcanza su mejor ejecutada actuación de la tripleta fílmica, considerando el sobreactuado aleccionamiento antiterrorista impropiamente maniqueo y ramplón que manifiesta el aberrante apaño de los guionistas por incorporar un requerido mensaje esperanzador y educativo (la manida sentencia: “El amor vence al odio”), un actor que continua su periplo interpretativo con rumbo a la Ítaca, la cual simboliza la agudeza que solo la experiencia puede conferir: la aprehensión de que menos, en ocasiones, es más. Junto a él están fidedignos titanes de la materia que van desde J. K. Simmons hasta Kevin Bacon, desde Michelle Monaghan hasta John Goodman, unos personificando a investigadores, otros en papeles de intervinientes, guardando como factor común la necesidad de rendir tributo a los verdaderos héroes terrenales.

El guión, plagado de posibilidades, solamente consigue relucir un par de ellas, dejando en el aire el potencial de otras que, con un pulido diferente, hubieran hecho de las delicias de los más quisquillosos. Influenciado por el libro “Boston Strong” de Casey Sherman y Dave Wedge, se compone de un mosaico de ideas provenientes de tres escritores, teselas ideológicas que, en la mayoría de las veces, no concluyen en algo realmente óptimo. Lastimosamente, esta hace parte de “la mayoría de las veces”. El filme expele máximas que terminan cayendo en la cursilería debido a que no tienen un sentido directivo, no se prestan como engranajes entre el desarrollo de los hechos y el efecto. Empero, a grandes rasgos, el argumento está bien trazado, sirviéndose con autoconciencia de subtítulos- en ocasiones de manera abusiva- para transfigurar esta película de corte bajo en una especie de documental cinematográfico de primera línea.

En cuanto a la recreación de los acaecimientos, la cual era una de las disposiciones más atractivas y magnéticas para la audiencia, decentemente erigen la hecatombe y la agonía presenciada unos años atrás. Apostando por balaceras y cazas ejecutadas con cámara en mano, estas resultan en una desprolijidad que se torna decepcionante, la fluctuación del camarógrafo puede ser palpable en algunas tomas, alivianando la exigua belleza en medio de tanta monstruosidad humana. Sin embargo, hay escenas fantásticas como el momento posterior a la explosión desde un ángulo cenital en donde la humareda emanada de la bomba casera permite entrever a las victimas desplomadas o arrodilladas en la aspereza del asfalto, una endecha hermosa y luctuosa al mismo tiempo, no obstante tristemente, panoramas como estos están contados con los dedos de una mano.

Peter Berg cumple, a secas, su incumbencia: homenajear, meramente eso. No se convertirá en una clásico apremiante sobre debacles norteamericanas, ni tampoco acerca de la batalla de un hombre por salvar a su gente, y quizás, tampoco tendrá cabida en la avalancha de premios venideros, empero, lo que importa aquí es la meta del propio director: honrar a quienes legítimamente estuvieron en las garras del humo, del fuego, de la turbación. Agente del FBI, espectador, corredor, yanqui, latinoamericano, occidental, de raza amarilla, chaveo, infante, anciano, menesteroso, acaudalado, desmañado, intelectual: humano, todo se condensa en eso, todos somos humanos y tenemos que respaldarnos en tiempos de cólera, para así conservar nuestra especie. En el fondo, ese es el mensaje moral del largo, y aunque este aura no logro englobar el hecho en su totalidad, por lo menos consiguió comunicar lo que generó la tragedia, la cual, por infortunio de los atacantes, tuvo secuelas contraproducentes ya que las bombas no nos dividieron, estas nos unificaron.
Felipe Critic
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16 de diciembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ese idilio cimentado en la fórmula ´basado hechos reales x (Peter Berg + Mark Wahlberg)´ demuestra seguir tan fresco como una lechuga recién arrancada de la huerta con "Día de patriotas", aka "La noche más oscura 2". Un sólido y eficaz thriller que narra la búsqueda, posterior persecución y caza de los dos terroristas que perpetraron el atentado en la maratón de Boston del año 2013. Y menuda trilogía les ha quedado al tándem juntando esta con las igualmente excelentes "El único superviviente" (2013) y "Marea negra" (2016).
Tampoco voy a extenderme mucho más porque con la comparación que he hecho al principio entre este film y cierta película de Kathryn Bigelow sobra y basta. Pero sí quiero destacar la capacidad de "Día de patriotas" para, durante sus dos horas de metraje, centrar de manera astuta el foco siempre en lo que más interesa en cada momento de la narración. La cámara de Peter Berg no se supedita a un protagonista fijo, aunque Mark Wahlberg se preste a priori al prototipo de héroe yankee. El realizador, apoyado en un buen reparto coral, oscila buscando siempre al personaje que más fomente una relativa incertidumbre y tensión en el espectador. Ya sea héroe o villano, y eso creo que beneficia mucho a la cinta.
Y para terminar, en los créditos finales suenan los 'Dropkick Murphys' a todo trapo. ¿Se puede pedir algo más?…
Isaac Paskual
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8 de julio de 2017
23 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
*********************** Nota de cabecera (puedes saltarla) ***********************
Siempre que he leído críticas he esperado lo mismo de ellas, explicaciones con objetividad, criterio y concreción, tal vez por no encontrarlas mayoritariamente de este modo, me he decidido a registrarme como usuario.
Yo no tengo la razón absoluta pero intento aplicar toda la coherencia posible y considero que todo el que ama el cine puede criticarlo.
A mí personalmente, me fascina el amor con lógica.
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No es cuestión de ritmo o profundidad en la trama, personajes o situaciones sospechosamente absurdas como para ser tomadas en serio (basado en hechos reales no significa 100% verídico), el problema es que Día de patriotas es una americanada en toda regla que parece haber sido creada para satisfacción personal del director y para el consuelo de América, no se que pretenden pero está vacía emocionalmente, por lo que todo indica que el motor principal de la película se acerca más a un mal thriller policíaco que a una historia de terrorismo y victimas, al acabar de verla te sientes más patriota pero no más humano, por concretar, un despropósito.


1) Sin alma
La trama se fracciona en varias segmentos y la historia de Mark Wahlberg es lo único que parece haber sido tomado con calma, el resto, la vida de los terroristas, las victimas, la investigación y la detención parece que se han rodado deprisa y corriendo, como si su único objetivo fuera rellenar minutos, tampoco se muy bien que podría tener esta historia de interesante como para ser llevada al cine, excepto por un detalle que huele muy muy mal, la desinformación o disidencia controlada.


2) Huele mal
Un dato curioso es que en la historia de la humanidad nunca ha habido paz en todo el mundo, siempre había un estado, país o región que estaba en guerra o conflicto, pero lo verdaderamente interesante es que los países que pensaban que estaban en paz tampoco estaban seguros, ya que existe la denominada "guerra fría" o estado de guerra donde no se utilizan armas. El espionaje, sabotaje o soborno sirven como herramienta para ganar poder y permitir una opresión encubierta, ya sea comercial, territorial, política, etc. En muchas ocasiones el control lo ejerce el propio gobierno contra la población civil simulando un conflicto que le proporciona poder para modificar una ley o justificar una invasión o ataque, esto se denomina Falsa bandera, hay 3 tipos:

A) atentar contra tu propio país y dejar pistas falsas que inculpan a tu enemigo y así tener el apoyo de tus ciudadanos para tomar represalias, como por ejemplo El incidente de Mukden, El incidente Gleiwitz, La Operation Northwoods o La guera de EEUU contra Irak por el petroleo.

B) atentar contra tu enemigo dejando pistas falsas que inculpan a otro atacante y de este modo crear guerras entre enemigos, como por ejemplo el grupo británico los Defensores de la Palestina árabe, La Operation Mongoose o La guerra de Chipre.

C) atentar contra tu enemigo creando pistas falsas que inculpan a su propia población y de este modo crear guerras civiles, como por ejemplo Invasión de Bahía de Cochinos, La Operación Gladio o en las protestas del G-20 en Londres en el año 2009.

Y a donde nos lleva todo esto, pues a dos factores: disidencia controlada y desinformación.
A) Disidencia controlada
Estrategia donde el grupo rebelde es creado por ti para controlar otros aspectos del movimiento de la competencia, su estructura, sus acciones, sus ideas y de este modo trabajar en ambos lados del conflicto.

B) Desinformación
Estrategia que manipula la realidad mediante noticias o modifica los hechos mediante PELÍCULAS para que la historia te de la razón.

No voy a crear polémica sobre si los atentados de La maratón de Boston en abril de 2013 son un acto de falsa bandera, pero si puedo apostar a que la película Día de patriotas es un acto de desinformación o manipulación de la realidad, dice estar basada en hechos reales pero está basada en el libro Boston Strong que ha su vez dice estar basado en hechos reales.



3) Nada que resaltar
Mala dirección, montaje torpe y una ridícula resolución policial.



CONCLUSIÓN:
Huele mal.


OTRAS PELÍCULAS MÁS INTERESANTES:
Argo, Viven, Un sueño posible, Moneyball, Lo imposible, La lista de Schindler, Siempre a tu lado, En busca de la felicidad e Intocable.


Gracias por entender mis maneras.
Cine Logic
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