Mandela. Del mito al hombre

"Mandela: del mito al hombre" es el biopic del icono sudafricano Nelson Mandela y abarca desde el nacimiento de su concienciación respecto a la desigualdad en el país, a su activismo como consecuencia del recrudecimiento de la situación tras el apartheid, los años de su encarcelamiento con otros miembros del CNA (27 años encarcelado), hasta su lucha por la paz e investidura como primer presidente democrático de Sudáfrica.

Centrándonos en la crítica del largometraje, empezaré por la coletilla del título en español: "del mito al hombre". Describe bien lo que el guionista, William Nicholson, quería conseguir (por cierto, guionista también de "Gladiator", "Los miserables" o "Regreso a Hope Grap"). Sus deslices matrimoniales, su activismo violento... Nicholson no esconde estas facetas privadas aunque profundiza poco en ellas. Pasa de puntillas por estos aspectos más negativos y se centra sobre todo en su figura histórica.

En cuanto l-a as actuaciones, confieso que me encanta Idris Elba, con lo que parto de cierta subjetividad. Dicho lo cual y tratando de ser ecuánime, creo que hace un buen papel. Al principio de la película, dudaba si el personaje estaba bien caracterizado, apoyándome, entre otros aspectos, en el metro noventa de Elba. Después descubrí que Mandela medía metro ochenta y cinco. A medida que el pelo se le va quedando cano y la cara se redondea, la similitud con el personaje mejora.

Destacó también la música de orquesta de Alex Heffes, quizá algo opacada por la canción nominada al Óscar "Ordinary Love" de U2. Para concluir, la película cuenta con una buena fotografía: primeros planos de la beligerancia de la policía blanca, imágenes del recrudecimiento de las batallas en los guetos, PPP de la mirada de Mandela...

Por tanto, la película sí me ha gustado, no obstante creo que le faltan dos cosas importantes. La primera es que no genera demasiado impacto emocional. Que no se me confunda... hay muchos momentos que impresionan, pero ninguno que nos rompa, como a mi parecer requeriría el momento histórico. Y por otra parte, creo que es una buena película para los que nos interesa llevarnos una idea general de uno de los mayores líderes del siglo XX, pero que no ahonda demasiado, principalmente, como ya he mencionado, en su faceta de "hombre" y no de "mito".

No hay palabras para definir lo execrable que es este filme.

Finalmente llega a nuestras pantallas la que por al parecer es la última entrega de un seguido de producciones referentes a la discriminación negra. Tras contemplar el mundo de la esclavitud desde un punto de vista político (Lincoln, Steven Spielberg, 2012), pasar un buen rato de entretenimiento con un moderno espagueti-western (Django Desencadenado, Quentin Tarantino, 2012), observar el testimonio de un importante mayordomo afroamericano (El mayordomo, Lee Daniels, 2013) y vivir en primera persona las injusticias de la esclavitud del siglo XIX (12 años de esclavitud, Steve McQueen, 2013), Justin Chadwik nos ofrece la oportunidad de descubrir los detalles biográficos de una importante figura en el movimiento sudafricano que (al menos parcialmente) devolvió la libertad a la comunidad negra. Mandela: Del mito al hombre plantea una interesante reflexión sobre las motivaciones y la progresiva evolución idealística del recién fallecido Nelson Mandela, mediante un curioso biopic que, como mínimo, resulta arto entretenido.

Uno de los aspectos más comentados de la nueva película de Chadwik es su desafortunado contraste entre la brillante actuación de Idris Elba y la desigual uniformidad de la película. En muchas ocasiones se ha dicho incluso que la interpretación del mencionado actor es lo mejor del trabajo. Una afirmación hasta cierto punto cierta, sin que ello signifique necesariamente que este sea el único punto de interés del film (como más de un crítico ha asegurado). Sin duda estamos ante una de las recreaciones más brillantes de un personaje histórico en lo que se refiere al cine más reciente, pero la película que nos ocupa también posee otros atractivos. Está, por ejemplo, la facilidad con que consigue enganchar al espectador mediante un espléndido montaje, que con elegancia escoge las imágenes más representativas de cada secuencia para facilitarnos una rápida y eficaz lectura de cada situación. Otra cualidad de Mandela: del mito al hombre es la naturalidad con que nos plasma la progresiva evolución que experimentó el personaje al que retrata, quien empieza como un joven incendiario para terminar siendo el tranquilo y pacifista líder político que todos conocemos.

Aun así, hay que reconocer que el nuevo trabajo de Justin Chadwik no es una película perfecta. Su mayor defecto es que, en su pretensión de centrarse en la evolución del personaje, pasa por alto ciertos aspectos que dificultan la comprensión de su relato. Es decir, al acompañar en todo momento a Mandela en su lucha contra la discriminación, nos perdemos importantes capítulos históricos concernientes a los acontecimientos que contemplamos. Por ejemplo, en ningún momento se nos muestra cómo el protagonista del film llega a convertirse en un ídolo de masas, como tampoco se nos explica qué es lo que conduce al colectivo negro a manifestarse en favor de la liberación de dicho personaje. Como si en la película se dieran por supuestos determinados acontecimientos que, de haber estado presentes en el film, sin duda habrían contribuido a ofrecernos un producto mucho más redondo. En cualquier caso, la intención del director no es otra que la de retratar al importante personaje que fue Nelson Mandela, y cabe decir que, a pesar de todo, consigue su propósito con notable éxito, en una película tan entretenida como absorbente.

Idris Elba, quien ya demostró su calidad interpretativa en la magistral serie "The Wire", se encarna ahora en uno de los hombres más simbólicos para su país y raza, de todo el s.XX. Mandela fué un hombre ante todo, pacífico, pese a lo que llegó a hacer por el bien de todos los suyos. ¿Pero acaso no se vió forzado a ello? ¿O era mejor aguantarse y joderse, postrarse como sumisos ante la raza blanca? Por eso, cuando tus palabras no surten efecto, ni tan siquiera te quieren escuchar, usas la violencia. El único idioma que entienden los que la usan para lograr sus fines, los que se creen superiores.