Ocho sentencias de muerte

La vi por primera vez el 1 de junio de 2012 y 4 de 12 usuarios les pareció útil esta primera crítica que escribí: "Algo lenta, pero historia interesante. Un poco lenta y sin atracción. Lo único bueno es la historia macabra que está narrando, ah eso, mucha narración... parecía que siempre fueran prólogos interminables. Pero tampoco hace que te duermas, ya que la historia en sí te despierta interés, pero la forma de contarla es algo pesada. Buenas interpretaciones, sobre todo a Alec Guinness por la pila de personajes que interpretó!! ¿Por eso el libro de los récords se llama Guinness? ¿Porque este hombre batió récords a la hora de interpretar varios personajes en una misma película? jejjejeje"

Vista de nuevo, no me ha parecido tan lenta como en su día, sí que hay mucha narración, pero así puede jugar más con el humor que tanto se quería pasmar.

Pocos querían adaptar esta novela de 1907, ya que no encontraban de buen gusto hacer una comedia de asesinatos, pero claro está, el humor inglés, es ese, sólo había que trabajarla tal cual como se ha hecho. Le mantengo los 6 puntos.

Magnífica comedia negra, multiinterpretada por Alec Guinnes que se hace cargo de toda la saga de los D'Ascoyne (para darles vida y perderla). Es la típica obra que enseguida deduces ha sido referente de posteriores películas; no creo que Costa Gavras maquinara "Arcadia" sin haber echado antes un vistazo a "Ocho sentencias de muerte". También es más que posible que el propio Robert Hamer hubiera babeado, en 1947, poniendo sus dos ojos sobre "Monsieur Verdoux" (Charles Chaplin). Pero como lo cortés no quita lo valiente: ambas tres son estupendas comedias con el humor negro como bandera.

A veces, mirando con perspectiva la vida de algunos elementos de nuestras opulentas sociedades, concluimos en que las principescas existencias, de gran parte de ellos, no atienden a explicación coherente alguna. De tal manera, su desaparición no es muy sentida por la mayoría de los mortales, que pueden llegar a simpatizar con el brazo ejecutor, tomando a risa los métodos y anhelando la consecución de objetivos; hasta el punto de desear fervientemente que todo le salga bien y que sus esfuerzos e ingenio se vean recompensados. Algo así te pasará si te dispones a disfrutar de la turbia y simpática historia de Dennis Price, aspirante a Duque y desprovisto de corazón y de escrúpulos.

Guión magnífico y que da en la llaga, que caricaturiza a la alta sociedad, su falta de valores, su avaricia, su poca moralidad.
Trata a venganza de una forma magnífica, lo que le motiva para realizarla, la realeza se lleva en la sangre, la falta de escrúpulos y la avaricia tambien. Gana mucho que este contada en primera persona, te involucra más y te hace tener ganas de más. Que malo es el poder y lo que ello conlleva, con un final magnífico, que te hace disfrutar todavia mas. Un placer, gran cine, a recomiendo.

Un guión inteligente, divertido, y sorprendente. Una comedia que rebosa buen gusto.

En los tiempos actuales, sorprende que el cine alcanzara tan altas cotas ya en 1.949.

Actores y actuaciones maravillosas, en especial la de Alec Guiness, que demuestra su versatilidad de actor, así como una enorme vis cómica. Sorprendentemente, todo el reparto ,hasta el último actor secundario está en su papel de forma inusual y digna de encomio.

En suma:
Comedia absolutamente recomendable, que refleja además un tiempo pasado, pero lleno de elegancia.

El cine inglés demuestra que sabe reirse de sí mismo, cualidad básica del Humor con mayúsculas.

La elegancia, los buenos modales, la distinción, el fino humor negro, son atributos que se asocian inevitablemente a lo inglés. La película cuenta la historia de un joven con aires de dandi, lejanamente emparentado con la familia D’Ascoyne, dispuesto a cualquier cosa con tal de ser nombrado Duque. Para lograr su objetivo habrá de eliminar a bastantes personajes singulares, cada uno de los cuales representa un tipo característico de noble. Al mismo tiempo se verá inmerso en una encrucijada, puesto que ama a dos mujeres: una, frívola y materialista, y otra, puritana e ingenua.

Alec Guinness se multiplica por ocho y es ocho veces genial. Dennis Price resulta convincente. El film está perfectamente estructurado y transcurre impregnado de una punzante ironía, en un relato donde cabe todo menos la vulgaridad.