El tigre y la nieve

Vuelve Benigni, tras la hiper-premiada "La vida es bella" y el fracaso de su "Pinochio" en imagen real, intenta con todas sus fuerzas darle ciertas dosis de comedia, mezcladas con amargura, pero cae en la repetición y es que el guión se parece (en parte) a su éxitosa película, además de la repetición de sus "tics" y chascarrillos de la otra.

Por desgracia Benigni, aparca la frescura que tenía en "La vida es Bella" y con un tema tan interesante como el conflicto bélico de Oriente Medio, se queda en un breve apunte, donde, por desgracia, y tal vez causado por un más que atropellado montaje, todo se diluye igual que azucar en el café.

Geniales Jean Reno y Nicoletta Braschi, esta última productora del film (hay que recordar que es la esposa y musa del director...)y una banda sonora; con un tema de Tom Waits de fondo, que al igual que en "La vida es bella" llega a cansar en su repetición.

En fin, una película que será recordada más como "La vida es Bella 2" que con su título original.

Irregular y aburrida por momentos (sobre todo en las partes del hospital), cómica de a ratos, tierna, pero sobre todo... fastidiosamente ingenua. La visión de esa Bagdad ¿asolada? por una guerra... no se la cree nadie. Parece un decorado de la guerra en plan comic, con unos soldados en plan comic, y unos irakíes en plan comic. Los gags de Benigni son graciosos, pero se sobreactúa en algunas partes, y su hiperactividad, más que conmover, llega a aburrir.
Lo que sí, es que de algún modo nos pone a reflexionar: ¿qué hay de ese loco montado en una moto en medio de un desierto, queriendo salvar el mundo?¿será que está loco o sólo tiene fe? Quijotesco Beningni. Eso sí que vale la pena.

Benigni continúa mezclando comedia y drama en su último film intentando repetir exitos pasados. Más cierto sería decir comedia y melodrama. Porque Benigni busca la emoción no contenida si no directa al lacrimal. Y hay que decir que la parte dramática de "El tigre y la nieve" es con diferencia lo peor del film. Cuesta mucho creerse esa guerra de Irak tal y como nos la muestra Roberto aún sabiendo que esto es cine con realismo mágico y etcétera. En cambio las buenas bazas de la película vienen dadas por el talento que el italiano tiene para trazar momentos de indudable belleza y aquí hay unas cuantas. Si bien es cierto que lo intenta una y otra vez y muchas veces no lo consigue y uno desea que se calle (la verborrea de este tipo roza lo irritante en ocasiones) esa irregularidad hace que aparezcan esporádicamente chispas de verdadera emoción. Con mucha ingenuidad, sin mojarse políticamente casi nada, "El tigre y la nieve" tiene de nuevo a la pareja Benigni-Braschi en el centro. Recomendable en cuanto a ciertos destellos pero también se corre el riesgo de atragantarse con cierto sabor a almibar.

Empieza la película y desde el primer momente aparece en escena un personajillo empapado en éxtasis (Roberto Benigni) que no deja de moverse por la pantalla a la velocidad del rayo intentando demostrarnos lo maravillosa que es la vida, su vida claro porque la de los que le rodean debe ser un infierno al tener que compartirla con tan histriónico personaje. Luego aparece Nicoletta Braschi con cara de mosquita muerta, en este punto es necesario hacer un pequeño inciso en forma de homenaje a esta santa mujer que tiene que levantarse todos los dias de su vida al lado del esquizofrénico de su marido. Y desde ese punto se dedican a perseguirse, bueno mas bien Robertooooooooooo es el que persigue a Nicoletta. Así nos pasamos la película entera, uno bajo los efectos del extasis y la otra bajo los efectos del valium. También sale Jean Reno, pero vamos que como si no.

Película floja floja y aburrida aburrida.

Cual un poema antropomorfo, se nos muestra a un humorístico Benigni, idealista y luchador, quien junto a una bella historia, y unas apariciones del genial señor Waits, nos brinda un hermoso momento que, trascendiendo lo que dura la cinta, nos invita al efímero baile de la sonrisa.