Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo, pero temía preguntar

Estructurada por episodios en los cuales se nos da explicación de una forma un tanto peculiar a esas preguntas de ámbito sexual con las que convivimos día y día y que todo el mundo se ha hecho alguna vez pero nunca se ha atrevido a preguntar, la tercera comedia de Woody Allen se erige hoy en día y con total merecimiento como una de las mas significativas y sobresalientes de su etapa inicial.

Es film es quizás el más loco, absurdo e irreverente de toda su filmografía. Allen parece dispuesto a enloquecernos a nosotros también y se saca de la manga una selección de personajes a cual más excéntrico y trastornado que hará las delicias de aquel que guste del humor surrealista pero inteligente y satírico del cineasta neoyorquino.
El director no parece tener freno, y si ya ver una teta gigante atacar a las personas lanzándoles leche puede resultar chocante, no se pierdan el ultimo episodio, muy al estilo “La vida es así”, con Allen y otros tantos actores de prestigio interpretando a espermatozoides con conflictos morales y miedos internos antes de arrojarse por el misterioso agujero oscuro.

La brillantez comienza a surgir en el tratamiento de personajes y situaciones, y el guión ya de muestras da mayor madurez y soltura. Gozosa de principio a fin, Allen se afianzaba en su carrera cinematográfica con esta pequeña joya de momentos memorables y con la que es imposible no soltar más de una sincera carcajada.

Empieza floja y se pone mucho peor. Los sketches no son lo suficientemente buenos ni como para formar parte de los extras del Dvd del peor episodio de SNL. De lo peor de un sobrevalorado artista.

Sólo puedo salvar a Gene Wilder de esta porquería. Él estuvo bastante bien y su sketch casi gracioso al que elevó a la categoría de “no malo”.

Mamas gigantes dignas de una peli CI-FI de los 50, programas de TV sobre perversión, el sexo tratado como si fuera una maniobra del Enterprise, parodia de Antonioni, travestismo, enamoramiento de ovejas...

Todo cabe en el film de Allen.

No es lo mejor que ha hecho, pero contiene unas cuantas risas.

Muy recomendable.

Woody Allen muestra su faceta más estrafalaria en una cinta que rompe tabúes (más bien los descuartiza) allá por los años 70’. Lo hace por medio de una combinación de episodios o sketches cada cual más variopinto, en los cuales salen a relucir, de una forma tan excéntrica como irónica, aspectos relacionados con la sexualidad humana.
Se percibe cierta influencia televisiva en esta irracional comedia (no hay que olvidar que ahí es dónde Allen dio sus primeros pasos). Hay reconocer que no es más un derroche de majaderías y sandeces en torno a la sexualidad. Aunque, bien es cierto, que de la mano de Woody Allen todo resulta más cómico e ingenioso. Y, con su excelente final, en el que se muestra cómo funciona un cuerpo humano desde dentro, uno se queda con un buen sabor de boca.

La película "Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y no se atrevió a preguntar" consta de una serie de historias cortas, cuyo tema principal en común es, como su propio título ya nos indica, el sexo.
Resulta un film irregular; pues mientras algunas de las historias son desternillantemente divertidas otras, por el contrario, no tienen el interés ni la elegancia de las anteriores. Sufre altibajos bastante notables. Una pena, porque podría haber sido una obra mucho más interesante de lo que es.
Independientemente de lo que pueda parecer dicho lo anterior, resulta una película muy recomendable y tremendamente entretenida; e insisto, con momentos muy divertidos. Además de un buen guión que nos hace ver desde el primer minuto que nos va a aportar y/o enseñar algo.