Halloween: Resurrección

Michael Myers es un asesino perturbado que ya lleva un buen número de asesinatos y películas a sus espaldas. Como no puede ser menos que sus compañeros de escena, Jason, Freddy, y demás, acechará a un grupo de adolescentes. Los cuales cometen la imprudencia de ponerse al alcance de su cuchillo para el supuesto deleite de los espectadores.
La octava película de Halloween se hunde lo mires por donde lo mires. Tras la regular Halloween H20, no esperaba que resucitaran a este psicópata asesino, pero dado que las ideas frescas escasean, no han visto nada extraño en sacarlo de la nevera otra vez. La manera más fácil de entender lo que han hecho aquí es explicando que la cantidad de tipos con una fijación por matar adolescentes en las películas de terror parece ser inagotable. Pero que como en la vida, si quieres destacar y conseguir elevarte por encima de los demás hay que tener algo. Un nombre suele ayudar bastante. Y da más miedo. Mucho más miedo, si ese nombre arrastra detrás una estela de muerte. Si hubiesen decidido llamar la película como: Asesinatos en la casa encantada. Probablemente mucha menos gente hubiera ido a verla, pero usar de reclamo a una saga que ha tenido mejores momentos para ver esta atrocidad no es de recibo.
La película no cuenta con un guión definido. No es que anteriores versiones de la franquicia contaran con uno elaborado, pero que menos que ser capaces de ver un progreso, un camino por el que discurre la historia. En vez de eso, se nos encierra al nombrado grupo de adolescentes y se les añade nuestro arruina fiestas de turno, con cuchillo de grandes dimensiones incluido. Por su puesto para hacer de relleno hasta que lleguen las muertes, les veremos regodearse de su situación. Gastarse bromas a cual más vista y en general hacer lo que una y otra vez nos repiten en este tipo de películas, pero peor. Solo consiguen aburrir y desear que aparezca Michael.
El director ya tuvo la oportunidad de llevar al cine la segunda parte de Halloween. Con lo que debería estar familiarizado con la franquicia. Desgraciadamente, tratan de añadir algo novedoso en cuanto al aspecto artístico, con las cámaras que llevan cada personaje. Auténtico lastre de esta producción que provoca más dolores de cabeza que otorga alguna ventaja. La falta de una atmósfera de terror será determinante para acabar de arruinar la obra.
La interpretación de los adolescentes y la del propio Michael Myers es penosa. Se les ve desmotivados, es una actuación irreal. Los chicos no saben hacer otra cosa que deambular sin rumbo por la casa. Dan ganas de ponerse a llorar. Y pensar la cantidad de actores, buscando un papel. Y lo desaprovechados que están aquí. Pero es que Michael tampoco es el de siempre. No es ni la sombra de lo que ha sido. No da miedo, no asusta. Hasta las muertes son pésimas y lamentables. Así no se puede disfrutar la película.
Es improbable que contente a los seguidores de Halloween, ni a nadie. Solo se salva sus inicios con Jamie Lee Curtis.

Un nuevo reality consistente en meter a un grupito de gente en la casa de Michael Myers es el simplista argumento de la enésima secuela de Halloween. La casa, claro, está plagada de cámaras que emiten por Internet los sustos a los que son sometidos los inquilinos por parte del equipo organizador, pero el propio Myers no tardará en hacer acto de presencia para organizar su masacre particular.

Tras una interesante introducción con Jamie Lee Curtis la película deriva en una sucesión de ridículos diálogos, mediocres interpretaciones (especialmente dolorosas son las que tienen lugar mientras varios jóvenes ven vía Internet lo que ocurre en la casa) y lo que es peor en este tipo de cintas, unos asesinatos mojigatos y muy poco inspirados. Todo en ella parece realizado con desgana, con el mero propósito de pretender beneficiarse de la resurrección de la saga que supuso su anterior título, la aceptable Halloween: H20.

Octava parte de la saga Halloween y la verdad, bastante entretenida y divertida. No entiendo el odio de la gente hacia esta secuela. En mi opinión, es muy superior a otros filmes de la franquicia como la extraña Halloween II de Rob Zombie. Al menos en este filme vemos al Michael Myers de siempre, con la estructura clásica de un slasher pero con el aire y estilo de los 90, que tienen películas como Scream o Se lo que hicisteis el último verano.
La historia es bastante floja y sigue el mismo esquema de siempre, aunque ahora vemos la interesante inclusión de los reality shows, al puro estilo Gran Hermano, cosa que le aporta algo de originalidad y frescura a la saga. En cuanto a los actores jovencitos, cumplen sin más, teniendo en su elenco a, por poner un ejemplo, Thomas Ian Nicholas, a quien ya vimos en American Pie y su secuela. A todo esto se le suma una amplio abanico de muertes bastante truculentas y violentas, acompañadas, como no, de la clásica BSO que aún provoca escalofríos.
En conclusión, la película no es gran cosa, pero es interesante y aporta algo de novedad a la franquicia, logrando así una entretenida secuela de Halloween que, no es ni la mejor, ni tampoco la peor. Un saludo.

Antes que nada, la película no es un diez sino, como mucho, un 7. Pero es que nunca dejaré de asombrarme de lo refinada que se pone la crítica profesional (y amateur) con este tipo de películas. Porque sale esta película, la octava de la serie en su momento si no recuerdo mal, y de repente todas las anteriores resulta que son joyas de culto a preservar. Venga ya.

La que nos atañe ahora es una pelicula sencilla, con toques de humor que a mi no me han desagradado, una violencia acorde a la saga y una trama sencilla, creíble y coherente con los tiempos que siguen corriendo. O sea, de repente a todo el mundo le parecía ridícula la idea de meter a jóvenes en una casa históricamente conocida por albergar a un asesino en serie el día de Halloween. Pues dentro de todos los programas de la época MTV, este no me parece descabellado.
Algunos, como siempre entre lágrimas, apuntarán que los personajes no están desarrollados. Los nietos de Shakespeare atacan de nuevo ¿ahora resulta que lo que importa es la historia y ser fiel a una saga que ya ha conectado a su protagonista con una secta satánica? En fin.
Por otro lado, Curtis ya dijo que participaba en esta a cambio de morir definitivamente. Luego dijo que la película le había parecido una broma. Pero siendo sinceros, las muertes están bien, los personajes están bien, la música es la de siempre y el guión no está mal. Algunos personajes como el cocinero, la intelectual, Deckard y el director del programa me parecieron agradables, la final girl no tanto. Y en la película te encuentras referencias a Kierkegaard y a Freud ¿qué más quieres?

¿¡Que "Halloween resurrection" no es mejor que "Halloween H20, veinte años después" (Steve Miner, 1998)!?
Sujétame el cubata.
Rick Rosenthal, tras la negativa de otro clásico de la saga como: Dwight H. Little, se puso finalmente al frente de este delirio sin sentido ni vergüenza ninguna que, aún siendo claramente la spoof movie de la saga Halloween, tiene más ideas estimulantes que muchas películas mejores. Nunca aprovechadas, pero estimulantes al fin y al cabo. Eso de subirse al carro del auge de los reality shows, por ejemplo, armando una suerte de Gran Hermano efímero en el que Michael Myers nomina y elimina al mismo tiempo, me flipa. Es una verdadera pena que luego el reparto, de absoluta serie Z, no esté a la altura del percal.
Todo ello en la película que, no sólo ya se atreve a matar a Laurie Stroode, sino que lo hace antes del minuto diez, en uno de los giros más cazurros de la historia del cine. Vale que esto venía ya premeditado de la anterior entrega, ahonden en su historia que es muy curiosa, pero ahí está la hazaña.
En fin, "Halloween resurrection" me gusta más de lo que nunca seré capaz de admitir en público.