¡Qué tacaño!

Todo se hereda, o no. En esa avaricia se sumerge el personaje de Dany Boon, pilar indiscutible de la comedia actual francesa, con un "Manual de un tacaño" que resulta desternillante en su primera mitad y que se va suavizando con el paso de los minutos del metraje. La contraposición expuesta entre ese hombre avaro y rácano con la ternura de una hija recién llegada e inesperada es de lo más acertado de la historia, amén de esos pequeños homenajes cinéfilos que nos regala un Fred Cavayé que ahonda en otro aspecto de la condición humana. Cierto que el final gira de una forma previsible y que Dany Boon no se aleja en demasía de la mayoría de sus personajes (salvando los tics presentados destacan por una bondad exprimida), pero en general es una comedia fresca, que se ve con facilidad y que ofrece bastantes momentos dignos de ver.

Yo entiendo que desde 2008, el presunto inicio de la gran crisis, haya gente que se tenga que apretar el cinturón, obviamente en sentido figurado, para llegar a final de mes o para intentar sobrevivir como se pueda con lo que se gana en la nómina, pero lo que nos enseña este film, muy entretenido y divertido por cierto, se sale de la estratosfera. Dany Boon, tras poderle ver en las grandes Bienvenidos al Norte (2008) y dos años después en Nada que declarar, sin olvidarme del cameo en el remake italiano de la primera, sabía que con esta nueva película no me decepcionaría. Su personaje es un tacaño nivel Dios, es decir, ahorrando al máximo desde pequeño, todo ello siendo inculcado por la madre, o al menos, se da a entender. No hay más que ver su hilarante inicio del film para darse cuenta. A su personaje no lo quiere nadie de su entorno, ni sus vecinos ni sus colegas de profesión, y no es para menos. Lo que se cree François Gautier, nuestro protagonista, es que las cosas le van bien estando solo, pero lo que no se espera es que le llegarán dos mujeres que le cambiarán la vida. Primero su novia y más tarde se entera de que tiene una hija de 16 años de que ni sabía que existía. Esta película está llena de situaciones divertidas y graciosas, y es que Boon está en su salsa. Te crees su personaje a pie juntillas sacado de una idea muy original de Olivier Dazat. Una cinta que combina muy bien la comedia con sus toques de drama, y que te llega a tocar la fibra sensible en su tramo final donde la trama pega un giro inesperado. No os voy a decir nada más, pero tenéis que verla. La partitura corre a cargo de Klaus Badelt, de la factoria de Hans Zimmer y compositor de películas como Poseidon (Wolfgang Petersen, 2006) o Constantine (Francis Lawrence, 2005). Personalmente la encuentro excelente, de casi hora y media de duración que vuela ante tus ojos sin que te des cuentas, el metraje te ha atrapado hasta el final, sobretodo viendo los decentes créditos finales. Mi nota final es de 9/10. No será la comedia francesa del año, pero me ha gustado lo necesario para terminar dándole esta nota.

Cuando una película con este tema no da casi nada (es igual de tacaña que su protagonista), tampoco es merecedora de críticas que den mucho más. (No seré uno más de los comparsas que acompañan al protagonista en esta película, que dan y dan sin recibir nada a cambio.)
Mi resumen: película pobre, muy pobre, casi hasta el punto de ser mala. Condescendiente hasta la náusea, y sin apenas gracia más allá de sus diez primeros minutos que --como sketch-- son graciosos, pero cuando se estiran como el chicle (seguro que este hombre reutiliza el mismo desde los 5 años) se convierten en un pesado castigo.
Mi consejo: vea el trailer y si le gusta pase de ver la película --en donde todo es igual, pero peor--; y si no le gusta, congratúlese y aproveche la hora y media de duración de la película al completo para hacer cualquier otra cosa.

Después de tres thrillers policíacos, más su participación en el filme colectivo ‘Los infieles’, el director Fred Cavayé prueba con su primer largometraje en tono de comedia, con el actor más popular hoy por hoy en el cine francés, Danny Boon, lo que le valió que ‘Radin!’ fuera todo un éxito de taquilla.

La película inicia con un prólogo donde se muestra a la madre de François Gautier (Danny Boon), embarazada de él y discutiendo con su padre, quien es un derrochador, por lo que ella habrá de pedirle a su hijo por nacer que ojalá él sea todo lo opuesto al padre.

Esto habrá de cumplirse, ya que Gautier, un violinista y profesor, es un tipo excesivamente tacaño, pero todo se le complicará cuando a su puerta llegue Laura (Noémie Schmidt), una chica de 16 años que dice ser su hija, justo cuando conoce a una nueva compañera de la que empieza a enamorarse.

La película es sumamente divertida en su primera mitad, algunas situaciones y gags funcionan en realidad, mucho en parte al talento de Boon y lo exagerado de las situaciones y algunas referencias cinematográficas que son por demás graciosas.

Toda la complejidad que se suma a la vida del personaje principal, lo lleva a realizar una desternillante secuencia en medio de un concierto en una iglesia, lo mejor del filme, pero el tono caricaturesco no ayuda y el resto de la trama carece de profundidad, por lo que la película se queda en apenas una comedia graciosa y entretenida.

El trazo del personaje se torna reiterativo y lo gracioso no llega hasta el final, donde el filme se torna convencional, además de tener una secuencia final carente de inventiva, donde se abusa del prejuicio y del desconocimiento.


http://tantocine.com/que-tacano-de-fred-cavaye/

En mi opinión las películas cómicas francesas son las mejores de este género en cuanto a una escala global. En este film vas a reírte y en varias ocasiones por el hecho del uso de la hipérbole en cuanto a la definición y personificación del término tacaño. A parte que Boon es un gran actor y sobre todo cómico. La hora y media de película se te pasan volando e incluso puedes verla otra vez porque hay escenas que siguen causando gracia.