Loco corazón

Reconozco que cuando leí algunas críticas de esta película me emocioné vivamente ante la perspectiva. Jeff Bridges el Grande, uno de mis actores favoritos, haciendo un papel de perdedor alcohólico y hecho trizas y ganando por fin el ansiado Oscar tan rácanamente escamoteado por otras interpretaciones geniales; y un recital de música country para completar la faena. Pinta de puta madre, no? Bueno, pues nada, una vez más mi gozo en un pozo. Bodrio al canto.

Coincido con los que piensan que manda huevos que le hayan dado el Oscar a este pedazo de monstruo por esta interpretación chusca y sumamente burda de ese borrachuzo cantante country constantemente asomado a la taza de un water. Nada que ver con el gran Lebowsy o con el rey pescador. El actor aquí se limita a exhibir las típicas poses alcohólicas y a aparecer con unas pintas lo suficientemente desagradables como para inspirar penilla y repulsión a partes iguales. Nada más.

El cuadro lo remata una insulsa Maggie Gyllenhaal totalmente alejada de aquel inolvidable papel que interpretó en "Secretary". Aquí da vida a una triste periodista que, cómo no, cae rendida en los brazos del sucio y borracho desecho humano interpretado por Bridges. Del encuentro surge una historia de amor que supuestamente llevará al protagonista a la redención. Besitos, achuchones, miraditas... en fin, todos los ingredientes menos uno: química. Ni existe ni puede existir porque, por extraño que pueda parecer, el personaje de Bridges carece del necesario carisma que podría haber hecho creíble semejante relación.

Eso sí, la música muy buena. Por ahí nada que objetar.

Como elemento interesante a destacar la increíble capacidad del protagonista de vomitar siempre en lugares apropiados. Para los pasotes de whisky que le vemos pegarse resulta cuando menos curioso que no termine ni una sola vez encharcado en su propio vómito o arrojándolo a los pies de sus fans. Nada, el tío superpulcro, siempre le da tiempo a salir corriendo en busca de un water, un basurero o recipiente similar. Y hasta que no mete la cabeza hasta el fondo no echa ni media gotilla. Todo un detallazo.

Interesante película que en sí misma constituye un estudio del funcionamiento de Hollywood en lo que respecta a los premios. Después de años y años trabajando con personajes complejos, carismáticos y llenos de matices, a Jeff Bridges le cae (por fin) el Oscar con una de las películas más mediocres de su carrera. Pero los alcóholicos perdedores, al igual que los enfermos terminales, los locos y las actrices monas que se ponen feas, les gustan mucho a los de la academia y así nos va. Que el Rey Pescador no se llevase ni las gracias y este mediocre, aburrido y arquetípico Bad Blake sí, da que pensar. A lo mejor el secreto no está en el corazón, rebelde o no: está en los complementos.

Hay que decir sin embargo que Bridges es sin duda lo mejor de "Corazón rebelde". Claro que "Corazón rebelde" es una película tan mala que no era muy difícil (dice un amigo mío que las hacen malas aposta para que el actor premiable se luzca todavía más en comparación con el patetismo del resto). Eso sí, que nadie se espere un super recital, el tipo se pasa media peli tirado en una cama abrazado a una botella de whisky, vamos que se lo dejaron fácil.

Y ni siquiera las canciones son muy interesantes. Uno se imagina al productor de turno revolviendo a ver si con un poco de suerte daba con unas caras B aprovechables de Waylon Jennings y teniéndose que conformar con lo que no pudo venderse al mánager de Billy Ray Cyrus.

Biografía de cantautor de Country un poco gastada, argumento típico, pero la película se desarrolla en una trama lineal, nada cargada, sin giros innecesarios y que se deja ver. Sería otro film de sobremesa si no fuera por un colosal Jeff bridges. Y digo colosal porque él es prácticamente la película. Jeff Bridges opta al Oscar, y ya va siendo hora de que se lo den, después de cuatro nominaciones merecidísimas, en la que ésta parece ser la definitiva; es un papel a su medida. Cómo personaje alejado de la farándula de Hollywood que es y cómo buen artista polifacético (cantante, compositor, pintor y lo que os venga en mente), los trozos en los que canta y actúa no hacen más que añadir propósitos a su victoria.
Aún me cuesta digerir como este certamen pasó por alto sus interpretaciones en The Fisher King y Fearless, dos de las mejores interpretaciones que he visto jamás, y aún, con infantil justicia, contemplo con esperanza que éste sea su año.
En lo que a la película se refiere, se nota su bajo presupuesto, pero aún así se deja ver con facilidad y al grandísimo Jeff lo apoyan una muy correcta Maggie Gyllenhaal y un buen Colin Farrell, que parece que nunca pillará el accento americano, pero que aporta luz a un filme lento y sin prisas.
En definitiva, película para pasar el rato, pero para los que pensamos que Jeff Bridges ha sido maltratado por la indústria hollywoodiense, al menos aquí tenemos una obra de arte del gran artista polifacético, que logra hacernos creer que es Bad Blake, con una naturalidad insultante.

Para mí, Jeff Bridges siempre será El Nota. De hecho en esta película su personaje de Bad Blake, es un Nota menos colgao y menos inútil pero es un Nota al fin y al cabo. Y aquí nos enseña lo que dijo al final de El Gran Lebowsky: el Nota aguanta.

Crazy Heart es una cinta más en el subgénero de caidas de viejas glorias, sección músicos alcohólicos, una versión country de El Luchador, que poco aporta a un tema demasiado trillado por Hollywood. Quizás peca de blanda y poco ambiciosa, encomendada a la genial actuación de Bridges (merecido Oscar, aunque yo se lo hubiera dado al Mandela de Morgan Freeman) y a una bella BSO. Los números musicales de Blake son lo mejor de la cinta, parece que El Nota se tiró desde los 20 años en el escenario, con una voz madura y cascada con los muchos litros de alcohol que seguro se hincó en el rodaje.

Resumiendo, es un film más de perdedores de buen corazón que no engancha por lo poco que innova pero aún así agradable de ver, sobretodo para amantes de la música en general y del country en particular, pero por encima de todo, para amantes de El Nota Jeff Bridges. Ojalá aguante mucho.

Desde que vi por vez primera a Jeff Bridges en "Tron" y "Starman", ha sido uno de mis actores preferidos, por su estilo calmoso al actuar, por su carisma personal. Al fin le han dado un premio oscar por esta película y con todo merecimiento.

"Crazy Heart" es una película sencilla y sin grandes envolturas, pero cuenta con el protagonismo magnífico y carismático de Jeff Bridges, cantando y mostrándonos una vida de alguien con el que en seguida nos identificamos comprensivamente, por cuanto tiene de persona que ha quemado gran parte de su vida, que teniendo gran talento vive en estado lamentable, que habiendo cometido muchas faltas y teniendo mucho de que arrepentirse es aún capaz de provocar simpatía, admiración y enamoramiento.

Sin duda, una película que toca el corazón, que nos pone triste por cuanto tiene de espejo donde mirarse: reconociéndonos en el protagonista, en su vida trabajosa y dolorosa, en su soledad y envejecimiento, en como el destino es caer antes o después por muy famoso, rico o portentoso que uno sea.