Arma mortal

-Esta fue la primera película que mezcló el concepto de 'peli de colegas polis', ambos muy enrollados y guays que caen bien al espectador desde la primera escena. Exactamente así es 'Arma letal', original película allá a mediados-finales de los 80 y que ha sido imitada en múltiples ocasiones como en 'Danko: calor rojo' o 'Dos policías rebeldes', por poner algunos ejemplos. La premisa inicial es interesante y la trama está bien llevada por un veterano como Richard Donner, antaño realizador de otros éxitos como el filme de terror 'La profecía', 'Superman' o 'Los Goonies'. La película en sí es entretenida, sin brillar ni resultar una obra maestra en ningún momento, carente de pretenciosidad y con la única intención de entretener al espectador con esta mal dosificada mezcla de policiaco, acción, thriller, drama y comedia. Si el filme hubiera estado mejor realizado en cuanto a la dosificación en cuanto a su mezcla de géneros, hubiera resultado una película destacable y a tener en cuenta dentro de una filmoteca particular y así mismo una gran comedia de acción. No obstante y debido a lo débil del resultado final hay que decir que la película resulta entretenida, con buenas escenas de acción y tiroteos, bien interpretada y con una premisa bastante interesante.

En lo referente a las interpretaciones, Mel Gibson y Danny Glover llevan todo el peso del filme, cargando con él estupendamente y aportando mucho carisma y carácter a sus personajes.

En resumen, un interesante policiaco, de gran éxito comercial y popular que lanzó a Mel Gibson a la fama y consolidó a un Danny Glover ya olvidado pero que cumple las expectativas del espectador y que da algo más de lo que se puede esperar.

·LO MEJOR: la escena en la que Gibson intenta evitar que un hombre se suicide. Las interpretaciones.

·LO PEOR: la mala mezcla entre policiaco, acción, drama, thriller y comedia.

Por aquellos tiempos nos desenvolvíamos en la sociedad sin saber cuál sería nuestro sitio. Mejor no mirar al futuro.
Echábamos de menos tener un amigo…
De ponernos a ver una película, muchas veces no la entendíamos. Cuando, ya puestos, veíamos al policía de turno en una de acción, siempre nos parecía un tío muy inteligente y que no se le escapaba detalle.

Entonces nos presentaron a Martin Riggs. Un policía raro de verdad, un policía que chocaba bastante con lo que habíamos visto.
Luego aparece un hombre malhumorado pero sencillo, padre de familia, el sargento Murtaugh, serio como nadie. Van y le encasquetan al tío ese de compañero… Y se cabrea. Alucina con Riggs.

Pero se hacen amigos… Y las pasan putas, y cuando peor lo pasan, más amigos son. Y luego volverán, y regresarán otra vez… Y se reirán de las cosas que les ocurren…

En fin. Ahora ya no nos parece tan raro el tío ese. Estamos sumidos en la sociedad para bien y para mal. Echamos de menos a algún amigo. Y por fin entendemos las películas. Una película que marcó un género, una época, un estilo, una amistad.


Joder. ¿Y Riggs…? ¿Qué habrá sido de él? Lo que daría por volver a verlo con su colega…

Entretiene como pocas, la historia es más que aceptable, la banda sonora es un acierto, los personajes son tremendamente carismáticos y los actores realizan un excelente trabajo. Las escenas de acción son espectaculares (sin la necesidad de recurrir a efectos computarizados) y la emoción se siente desde el mero comienzo hasta los títulos de crédito.

Poco más que añadir, éste tipo de cine actualmente está muerto y es una lástima. Por suerte existe la tv y los videoclubes para recordarnos (y enseñarle a la nuevas generaciones) que por los 80 el “cine palomitas” era sincero, no trataba al espectador como estúpido y ofrecía diversión a la par de calidad.

En realidad nunca me había llamado mucho la atención esta saga pero debido al sorprendente guión y película que firmó Shane Black con Ironman 3 me he dispuesto a ver su filmografía como guionista y la verdad es que recientemente vi El último boy scout y quedé sorprendido con el montón de risas que soltaba continuamente y si hay algo que veo que caracteriza al cine de Shane Black es meter muchos toques de humor a sus películas y catalogarlas como buddy movie. Con esta película me he encontrado lo que esperaba, una buena película de acción que en su momento sería un boom ya que no habría otra cosa y actualmente está considerada un clásico del cine de acción. Si ahora vemos la cantidad de películas que se han realizado con el paso de los años, similares a esta cinta pues muchos gafapastas criticarían esta cinta si ahora mismo se estrenase esta cinta como bien critican otras cintas infravaloradas del cine de acción. Se supone que muchas veces se critican las películas por su argumento o su previsibilidad a la hora de finalizar una película, si bien esta cinta no tiene un argumento original ni nada fuera del otro mundo y su final es muy previsible, nos cuentan una historia interesante y llevadera con buenos dialogos con chascarrillos en las discusiones entre Glover y Gibson en un final espectacular lleno de acción. Pero es que se queda en eso, en un espectáculo entretenido e interesante que no sobrepasa los límites del género sin llegar a hacernos reír tanto como ya lo hiciera Bruce Willis en Jungla de Cristal 3 o en El último boy scout y sin mostrarnos giros de guón o muertes de los buenos para mostrarnos algo de credibilidad al argumento.
Una banda sonora brillante y un ritmo trepidante con unas escenas de acción muy bien filmada y momentos muy logrados inteligentemente como la escena del suicida con Mel Gibson. No es que sea ese peliculón que muchos dicen ya que hay otras películas que te ríes mas y tiene giros de guión imprevisibles pero entretiene con creces y cumple con su cometido, no aburrir al espectador en sus 110 minutos de duración.
En definitiva, una entretenida película de acción que quizás sea una mas como algunas buenas cintas de acción, que no es un peliculón por muy fan incondicional que seas de Mel Gibson pero que su carisma y su química con Glover brinda de una cinta que hace que quieras ver sus secuelas ya que al menos ni cansa ni aburre sino que pasas un rato muy agradable. Buena.

No me gustan mucho las películas ochenteras como esta. Su música ratonera, su violencia chulesca de héroes resentidos por el fracaso de Vietnam, sus malvados de cómic.
Pero todo tiene sus cosas buenas: la corrección política todavía no había hecho estragos y determinadas conductas que hoy consideraríamos machistas o racistas se pueden manifestar aunque sea en clave cómica (Esa escena con los niños negros después de la explosión).
Mel Gibson sobreactúa un buen rato. La escena con la pistola pretende reflejar desesperación y resulta patética. Pero claro, venía de Mad Max y el toque existencialista no era fácil de lograr con la cara más bien inexpresiva de Gibson.
Mucho tiro, mucho muerto, mucho malo malo y al final un poli recuperado de la muerte de su mujer, dispuesto a seguir dando mamporros en próximas entregas de la serie.
Una gran virtud: no es aburrida.