Destino final 2

Entretenidísima y palomitera continuación; que para empezar no se toma enserio a si misma y que se aleja bastante de ese intento de terror adolescente de la primera (más parecido al sub-slasher más penoso y predecible) explotando espectacularmente el concepto de la saga y logrando secuencias más sorprendentes que la película original.

Claro que no es precisamente un guión como éste el que busca nominaciones a los Oscar, pero cumple en originalidad y con un humor negro reflejado en unas muertes creativas y violentas, que al final es a lo que venimos. Supera a su predecesora y sin problemas se convierte en la más amena y divertida de la saga.

Pues eso, lo unico que cambia es el reparto, los escenarios, los acontecimientos y las muertes. No es ninguna continuación de la primera parte, es otra historia separada de esta, pero igual. En vez de un accidente de avión, esta vez una colisión en cadena en una carretera. Siendo estas novedades escasas, voy a decir que no merece la pena verla a los que no les haya gustado la primera. En caso contrario, os satisfacerá. Miedo no da, porque las muertes son demasiado "slapstick" y mas que terror, son graciosas, asquerosas y originales. Cataloguénla como Comedia Negra, porque miedo no llega ni a la suela del zapáto. No deja de ser entretenida, pero no consigue suparar a la primera.

Para los fans de la saga Destino Final y aquellas personas que le gustaron la primera parte, aquí tenéis la segunda que es un poco más de lo mismo, con un par de giros argumentales, muertes nuevas, personajes nuevos, menos la repetición como protagonista de esta cinta de Ali Larter, que volverá a hacer de Clear Rivers, y premonición nueva. Para todos aquellos que pasaron por alto Destino Final, es lo mismo, misma estructura y muy predecible, pero objetivamente, las muertes que se suceden son algunas muy llamativas y originales, a la par que bien realizadas, debido a unos efectos especiales bien trabajados.
Pero, sintiéndolo mucho, es una secuela, y se repite una y otra vez lo mismo, haciéndose también referencia en muchas ocasiones al accidente del vuelo 180 que sucede en la primera parte de la película.
Destacar el añadido al argumento, que lo descubriréis por vosotros mismos, ya que puede ser lo que tenga más cuerpo de la película y no quiero destriparla.
Los personajes son de lo más variopinto, pero la verdad, en esta secuela son todos un poco absurdos y estúpidos, lo que hace que en ocasiones la película se te haga graciosa, por lo que si estás buscando una película de terror, ésta desde luego no es. La interpretación de los actores es tan malas en algunas ocasiones que parecerá que estáis viendo una TV Movie, una de éstas de Antena 3 un sábado por la tarde.
Creo que ya con la primera entrega estaba ya todo más que dicho y resuelto. También marcar la interpretación de Tony Todd de nuevo, en su misma faceta que en la primera ocasión.
Segundas partes nunca fueron buenas y en esta ocasión con mucha razón.
Destacar también el cambio en la silla de director. En esta ocasión es David R.Ellis, director de la cuarta parte y también de Serpientes en el avión....con eso lo digo todo.

En definitiva, no os esperéis nada nuevo porque a pesar de una cosilla que se menciona y que será el cuerpo de toda la película, no hay mucho más, la estructura es la misma. Un poco más absurda y delirante, los personajes se comen la historia del plan de la muerte muy rápido y sin poner ningún pero ni por qué, lo que hace que la interpretación sea menos creíble. Me quedo con las muertes, que sin duda es lo mejor. Así que vamos a catalogarla como entretenida.

Aquí hay que reconocer como un medio intento de aportar algo nuevo (una vida por otra, el renacido, una nueva, el mesías, Neo, a cambio de trucar el juego, de romper las reglas de la lista, tenía que ser, negra) y, a la vez, no es manco, de enlazar está segunda obra o contratante parte con la primera (los que murieron -nos- salvaron a estos, de espejos reflejos recovecos, casino, señales, vituperio, aurora) de la saga o serie.
Se agradece cuando aparece la rubia, gana por goleada, y es muy lamentable lo del crematorio del infierno como salido de pesadilla en elm street, afinidades delictivas.
Bueno, que sí, lo de siempre..., al muere, no se me atropellen, hasta que llegó su hora.
Sería mejor si se tomaran o tomasen a la muerte por el pito del sereno, sin ningún respeto, se lo merece, a cachondeo, sea, que se mataran todos (juntos, como los de Waco, yo me in/molo) con (un atracón de) gominolas, en mala hora, a posta, azúcar, comiendo, atiborrados, la gran comilona, a ver qué haría la parca ante eso, ante semejante desdoro, pasaría tanta vergüenza y oprobio o pena que seguro que los dejaría vivos y coleando, meneando, sin duda, la pondrían en un compromiso tan alto que no sabría cómo salir del maldito embrollo o enojo y engendro.
O matarse a polvos simultáneamente sucesivos. Seguro que la muerte se apuntaba, no sabe nada, así la veríamos en cueros y porretas, naked, toda arrugada y esplendorosa, dando pena, y envidia, persona, pecaminosa, perra.

Cambian los chavales (a excepción de Ali Larter). Cambia el accidente, ya no es de avión, sino de tráfico, algo más terrenal. Y también cambia…. bueno no. Ya no cambia nada más. Ración doble de lo que ya tuvimos en la mítica ‘Destino final’. Eso sí, como suele ocurrir en este tipo de secuelas, ya no posee el punch de su antecesora.

Al igual que en aquélla, el inicio es impactante, de largo lo mejor de la película. Las muertes, quizás, andan un poco más rebuscadas y el final está cogido con alfileres. Pese a todo, y obviando que se tiran media película recordando de qué iba la primera cinta de la saga, el disfrute es digno. Cumple con su cometido. Es decir, los productores y distribuidoras se montan en el dólar gracias a ella, y el público, sin grandes aspiraciones, se entretiene.