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La máscara de Fu-Manchú

Terror. Intriga. Aventuras La tumba de Gengis-Kan es descubierta en el desierto de Gobi, lo cual suscita el interés de todos los arquéologos del globo. También acapara la atención de Fu Manchú, quien estima que poseyendo la máscara y la espada del mítico guerrero se granjeará la unión de los pueblos de Oriente y de esa manera conquistará el mundo. El descubridor de la tumba es secuestrado por los dakoits del maligno doctor en un museo, y la hija de aquél, el ... [+]
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
1 de marzo de 2022
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iba a tirar por el tópico de clasificar a 'La máscara de Fu Manchú' (1932, Charles Brabin y Charles Vidor) como pieza fundamental del cine de aventuras mudo puesto que, pese a ser enteramente hablada, en poco se diferencia técnica y estéticamente de las virtudes adscribibles a las joyas silentes: dirección escénica trufada de planos fijos sin más manierismo o adornos que la vivaracha interactuación entre cada uno de sus protagonistas -véase el héroe intrépido, la novia en apuros, el profesor intelectual, los esbirros... y claro está, el mad doctor- a los que un inspiradísimo Boris Karloff, amamantado tanto por el lenguaje corporal que lo definió a nivel interpretativo como por la expresividad estrambótica del teatro chino -se sirva o no de máscaras-, contribuye con la guinda del imprescindible savoir faire de maligno archienemigo.
Los primeros signos de renovación técnica y creativa en el cine concebido como un entretenimiento evasivo se conjugan y retroalimentan con el tono reconocible de las primeras piezas no sonoras -ésta es una producción de 1932-, y asimismo iba fraguándose una operación del inminente testigo -no tan generacional como profesional- en las postrimerías de la carrera de Brabin ('El puente de San Luis Rey') y otro Charles (Vidor) en éste su primer largometraje, y al que le quedaban por delante un buen puñado de clásicos imprescindibles por firmar.
Hablar de racismo en el dibujo de algunos de sus personajes resultaría tan antiproducente y antinatural como negar la condición de extraordinario tebeo pulp a esta 'La máscara de Fu Manchú' sin la que, a título sucesivo, no habríamos conocido de igual forma a cualesquiera de las andanzas de 'Flash Gordon' en cine, comic o televisión -¿no es Ming un Fu Manchú espacial? ¿y no sería la relación paternofilial entre la sibilina Mirna Loy y Boris Karloff un espejo en el que Max von Sidow y Ornella Muti se mirasen?- ni obtendríamos referente mejor al amorío folletinesco de Brendan Fraser con Rachel Weisz en las dos momias de Stephen Sommers que el de Karen Morley y Charles Starrett.
Una deliciosa golosina pulp.
antonio lopez herraiz
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24 de marzo de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aventura arqueológica de ingenua factura para ojos que juzgan ochenta y cinco años después de su estreno pero capaz de ofrecer, hoy como ayer, la seducción del embrujo oriental.
Brabin y C. Vidor se van apoderando poco a poco del actual patio de butacas que se estremece en el fragor de un argumento poderoso que impregna con vehemencia su mensaje sobre la pantalla.
Los guionistas juegan bien la baza de la acción directa, de la intensidad narrativa, de la carga emocional y de ese etéreo lenguaje de las sombras capaz de sugerir mundos fantásticos cuando se conocen los recursos de la persuasión.
ABSENTA
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5 de agosto de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya en su época The Mask of Fu Manchu (La máscara de Fu Manchu, 1932) creó bastante polémica por su condición a todas luces de filme racista. La embajada china en Estados Unidos llegó a realizar una queja formal[1] por los absurdos estereotipos que se vertían sobre los asiáticos, pero viendo la cinta hoy en día, más que indignación por dichos comentarios, la reacción es más bien cómica, porque el filme resulta totalmente increíble (en el sentido estricto de la palabra) de principio a fin. Y eso que, la película crea bastantes precedentes en su género (más dentro del cine de aventuras que del de terror, al que incorrectamente se le ha ido atribuyendo) y pueden observarse algunas señas que serían recogidas muchas décadas después por películas tan influyentes como las que dirigió Steven Spielberg sobre Indiana Jones.

La película está dirigida por Charles Brabin y el guión adapta la saga literaria que hiciera célebre en la primera década del siglo a XX a Sax Rohmer. Las novelas, que eran un éxito dentro de la cultura popular del momento, ofrecían una perspectiva detectivesca que evocaban a las célebres novelas de Arthur Conan Doyle. Como actor principal, interpretando el papel del malvado Fu Manchu está ni más ni menos que Boris Karloff, que justo había triunfado en el mundo de Hollywood con la historia con la que pasaría principalmente al Olimpo del séptimo arte, como fue Frankestein (el doctor Frankestein, 1931). Puede que fuera uno de los reclamos principales, pero lo cierto es que la película acabó cosechando una buena recaudación.

Leyendo la sinopsis ya nos podemos dar cuenta de la gran absurdez que plantea el filme. El malvado Fu Manchu pretende hacerse con la tumba de Genghis Kan, porque sabe que si consigue la espada y la máscara del mítico monarca, millones de asiáticos se unirán en su cruzada contra la raza blanca. Sí, efectivamente, el personaje que interpreta Karloff tiene por objetivo principal la destrucción del hombre blanco. Es normal que hubiera gente que se molestará, porque la película retrata absurdeces racistas de este estilo, y que se irán reiterando de manera continuada en la película. De todas maneras, si conseguimos obviar estos detalles, veremos que el personaje es realmente interesante por dos motivos. Primero, porque capta perfectamente la esencia del enemigo folletinesco que era típico de esta época, tanto el cine como en la literatura. Y segundo, porque más allá de retratarlo, se crea un molde con algunos detalles inéditos que irían pasando con posterioridad por el género de aventuras norteamericano. No hay muchas diferencias entre el cliché (aquí sin un punto de vista negativo, sino afirmando cliché tal y como es) de Fu Manchu y los malvados protagonistas que encontramos en la trilogía (la original) de Indiana Jones. Ambos utilizan las mismas tácticas y recursos malvados, y sólo hace falta ver la gestualidad de Karloff para que numerosas películas de años posteriores nos vengan a la mente. Puede que el maquillaje a día de hoy resulte cómico, pero en su momento Karloff resultaba imponente.

Total, que al malvado Fu Manchu se le opondrán, como no podía ser de otra manera, un grupo de británicos, que pretenden llevarse las piezas de Kan al British Museum (el refugio mundial de la cultura, como todo el mundo sabe). Y la película transcurrirá entre las aventuras de los arqueólogos británicos y las astucias de Fu Manchu, que entre otras cosas nos deleitará con alguna que otra tortura (más o menos imaginativa). Realmente Karloff lo tuvo fácil, porque su personaje es el único que tiene algo de interés. Los británicos son una retahíla de clichés (esta vez, en el mal sentido) que carecen de atractivo, por responder siempre a lo visto dentro del género (está el chico simpático, la chica florero, el anciano sabio, este último con un toque british que huele a parodia etc…). Después de alguna que otra estratagema, finalmente el mal será vencido.

¿Qué ofrece de interesante el filme? Más allá de la comentada interpretación de Karloff, nos encontramos con algún que otro detalle curioso, que si bien no justifica por sí sólo su visionado (porque el filme sólo es apto para los más cinéfilos) si resulta curioso, como es el caso de las pérfidas torturas que prepara Fu Manchu, que son bastante imaginativas y que sintetizan bien el tono cómic que se respira durante todo el metraje (ciertamente, sólo teniendo en cuenta que nos encontramos ante una obra bufa podemos perdonar sus grandes defectos). Por acabar, también podemos destacar la fotografía que firma Tony Gaudio, que subraya algún efecto estético mediante el blanco y negro, especialmente en los escenarios en los que Fu Manchu da sus “racistas” discursos.

[1] GRESCOE, Taras, Shanghai Grand: Forbidden Love and International Intrigue in a Doomed World, Ed. St. Martin Press, New York 2016, p. 133

https://neokunst.wordpress.com/2016/08/05/la-mascara-de-fu-manchu-1932/
Kyrios
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