Machete

“Machete” es la máxima expresión de la violencia cutre gratuita y sin sentido llevada al extremo. Cuesta admitir que “Sin City” sea obra de Robert Rodriguez, viendo “Machete”. Aquí, desprovisto de los trucos digitales y excelsos efectos visuales, y sin la ayudita de Frank Miller y, sobre todo, de Quentin Tarantino, Rodríguez queda desnudo y se delata.
El film es pura serie B en todos los sentidos. En primer lugar, por una elección personal del director de “El mariachi”, que le imprime la estética, el estilo visual y demás intangibles de tan reivindicado género. Pero, aunque esté disfrazada visual y estéticamente, el resultado es serie B al cuadrado (el que pretende imitar y el que resulta de tan inane engendro), más que nada por la incapacidad de urdir una trama mínimamente creíble y atractiva, y dotar al film de una cierta coherencia narrativa, que además ni siquiera tiene gracia (por ejemplo, al estilo “Bienvenidos a Zombieland”) y lo peor de todo, tampoco se puede tildar de entretenida.

Robert Rodríguez es, sin duda, un director muy efectista, con unos rasgos y un estilo muy definido. Sería fácil señalar sus características: trama sencilla, gore (cuerpos mutilados, chorros de sangre por doquier), ultraviolencia, el dudoso gusto por los vómitos, las chicas ligeras de ropa y disfrazadas (¿homenaje a Russ Meyer?), el rescate de viejas glorias a lo Tarantino como Don Johnson, Steven Seagal etc. Por cierto, resulta lamentable ver a un villano como Steven Seagal - cómo no, absolutamente estereotipado-, que apenas puede moverse por su sobrepeso (¡quién le ha visto y quién le ve!).

Hay además algunas secuencias en que la credibilidad queda por los suelos como la escena de la camilla en el hospital y las sucesivas resurrecciones de Machete; en una de ellas basta con cascar un huevo (“Trata de no desangrarte”, patéticamente mediocre).
Nada se le debe exigir a Danny Trejo, que cumple sobradamente, aunque hay que reconocer su inexpresividad ante todo tipo de situaciones durante todo el film.

Se salva de la quema un Robert de Niro que casi siempre cumple (excelente senador), aunque no sé qué se le ha perdido en este film, y la brillante Michelle Rodriguez (“Avatar”), el mayor aval del film, muy por delante de una Jessica Alba bastante insípida.

Lo cierto es que no se puede tomar la película muy en serio, ya que parece estar concebida como una travesura del amigo y seguidor de Tarantino, aunque, eso sí, sin ninguna gracia y con mucho menos talento.

Tres meses justitos quedan para llegar al día 1 de enero de 2011, y creo que en estos tres meses que quedan para despedir 2010, mis pupilas no visionarán en las grandes pantallas dos películas semejantes, por su soberbia, por sus coj**** a la hora de mostrar escenas escabrosas sin ningún remordimiento y porque un amante de la buena acción como un servidor, disfruta sin más miramientos. Stallone y Rodríguez son conscientes de que sus dos películas serán acribilladas y "machetadas" por muchos entendidos, así como alabadas por gente como yo.

Bien, pues salgo hace un rato de ver "Machete", y entré con pocas espectativas, porque R. Rodríguez es un director que ha hecho muchas películas buenas, y algunos directores, cuando son superfamosísimos, pasan de hacer obras maestras a obras muy menores (Q. Tarantino, Alex de la Iglesia y demás...), y pensé que a este le pasaría lo mismo. Pero no es así, porque sin paños calientes, ha cogido a Danny Trejo, le ha dado quince o veinte frases y le ha explotado para que mate y mate a todos los malotes que se presenten.

Acción paranoica a raudales, que con esos matices que solamente Robert sabe dar (motocicleta con ametralladora, coche con misiles y demás idas de cabeza), pasarás 107 minutos soltando alguna carcajada, pero las carcajadas que das en la película no se sabe bien si son por lo descerebrado de algunas escenas o porque realmente merecen recibirse con carcajadas.

Aunque para carcajada, la mayor locura de la historia del séptimo arte: juntar en una película a Steven Seagal y a Robert de Niro; es como si hicieran un dúo musical las Ketchup y Frank Sinatra, y creo que el director lo hizo aposta, porque esa mezcla entre Steven y de Niro es tan irónica como acertada. Las chicas están todas geniales.
He leído en una crítica que lo malo de esta peli es que los secundarios pueden llegar a adquirir más protagonismo que el propio Machete. Bien, pues no es así, porque cuando salí del cine hasta llegar a casa, en mi cabeza solamente estaba ese desconocido melenudo y bigotudo, que se ha convertido en uno de mis protagonistas favoritos de este año.

MACHETE KILLS... MACHETE KILLS AGAIN.

Cuando quiere, Robert Rodríguez sabe montar una fiesta salvaje como mandan los cánones, véase las geniales "Abierto hasta el amanecer", "Sin City" y las inferiores pero divertidas “The Faculty” o "Planet Terror". Me ha recordado "Machete" mucho a esta última, en versión algo descafeinada. Aún siendo una digna parodia de las explotaition action movies de los setenta, le falla mucho el ritmo.

Momentos hilarantes y de acción gore tremendista se suceden con intervalos ciertamente anodinos y poco inspirados en una especie de intento de guión, que no hacían ninguna falta. Toda la trama conspiratoria pro México libre, los pasajes de transición entre las escabechinas macheteras y los discursitos libertarios, sobran directamente y lo único que consiguen es dilatar en exceso el metraje. Aunque lo pretenda en el cariz de los diálogos y en bastantes secuencias, Rodríguez no es Tarantino y eso se nota.

El cásting es lo más llamativo, claro: el imperturbable careto granítico del monosilábico Trejo se hace acompañar de la papada paquidérmica del “puñetero” Steven Seagal, la presencia de un cachondo De Niro tex-mex, las buenorras beligerantes Michelle Rodríguez y Jessica Alba, una autoparódica Lindsay Lohan drogata, secundarios habituales como Cheech Marin y Tom Savini (mítico Sex Machine) y lo mejor en mi opinión: unos recuperados Jeff Fahey y Don Johnson subiendo la dignidad del conjunto.

El problema es que el resultado global se siente desaprovechado, un "all stars" ecléctico que en ocasiones te sacude con una contundencia brutal, para luego discurrir por senderos inanes. Para rematar, el final no es todo lo espectacular que cabría esperar, culminando en una refriega más confusa que trepidante. No está mal del todo, pero podía haber dado mucho más de sí; le falta picante, puñeta.

Anécdota frecuente del público después de ver “Planet Terror” (estrenada en Europa y por supuesto en España separada de “Death Proof” y el programa doble de “Grindhouse”):

(NO ESTÁ BASADA EN HECHOS REALES, ES UN HECHO REAL)

-Oye, ¿sabéis cuándo estrenan “Machete”?

(LAS SIGUIENTES RESPUESTAS SON FICTICIAS)

-Respuesta ‘Tolosa’: Nunca, es un falso trailer… aunque según fuentes poco fiables… sí, esas gemelas ‘enchufadas’ por el director, era ya una idea anterior que tuvo cuando en el rodaje de su segunda película un machete cayó encima de una de las fotos de la prueba de cámara de Danny Trejo… Vamos, no está ni el wikipedia… así… que… cualquiera se fía de Electra y Elise Avellan…

-Respuesta Bastarda: (Con acento mejicano) Pinche güey ¡Cuando vayas al cementerio y te chingues a la pendeja de tu abuela!

-Respuesta Machete: (Silencio) [¡Zás!] [Chof] [Plof*]
*: Sonido de una extremidad (sin determinar) al caer al suelo.
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Aunque parezca mentira “Machete” no nace del famoso falso trailer que la catapultó a pre-cinta de culto sino que Rodríguez la ideó a principio de los noventa durante la preparación de “Desperado”. Eran momentos para pensar en un héroe latino que supiera dotar a las películas de acción de un aire latino. De ese instinto que poseían otras cintas asiáticas de Woo aplicado al sabor a enchilada y tequila. No hubo tiempo ni ocasión porque los años pasaban y el proyecto ‘code-name’ MACHETE quedó relegado hasta su aparición como un falso trailer en un ambiente para nada hostil. Aire e instinto de grindhouse, a sesión golfa e ínfulas de homenaje radical a la sudorosa Serie B.

Recuerda a un mapa de una línea de Metro donde están marcadas sus estaciones con circulo y unidas por líneas. Esas estaciones detalladas son los momentos estelares de su falso trailer y nuevas incorporaciones. Las líneas no son rellenos ni tampoco páginas improvisadas de guión pero una gran parte y realmente son prescindibles. Lo importante es llegar a la estación, a ese instante que suponga una conexión inmediata con el público. Da lo mismo que el héroe se lance con dieciocho metros de duodeno o que apuñale y empale hasta al script que estaba detrás de cámara. En “Machete” todo vale. No importa el guión sino sus posibilidades de rodaje y estética.

Algunos afilarán cuchillos ante la persistencia por la hipérbole, la exageración gore a lo “Zatoichi” latino y la predisposición a levantar la carcajada en la butaca con sobredosis de acelerada brutalidad. Sobran diez minutos de machete en sala de montaje pero funciona como suma de elementos incoherentes y salvajes, por ser la mejor película con más nota en cualquier página de cine de Seagal y sobre todo porque su héroe se cepilla, a golpe de duro ‘machete’, a todo el reparto masculino y femenino en cuestión de cuarenta minuto. ¿No es la mejor manera de reflejar la cultura del éxito?

Machete empieza como un splatter (cine de desmembramientos) acelerado y vacilón con aroma a burrito mejicano y acaba como una serie B vengativa y calmada, obsesionada con sus actrices. Pero aunque Rodríguez parece que improvise (igual que su protagonista) crea una historia divertida y encubra a Danny Trejo como el antihéroe de acción definitivo: duro como el diamante, feo como el infierno y sexy como él solo.

Aunque la película sufra altibajos incomprensibles no importa demasiado. Rodríguez y Maniquis no se toman en serio así mismos –que yo recuerde, Rodríguez pocas veces lo hace- y parece que le pide exactamente eso al espectador. Las frases lapidarias, los numerosos gags –a veces parece una spoof movie, por su concatenación de absurdos- y la larga lista de latinas neumáticas se convierten en el leitmotiv de una cinta que de haber sido dirigida por otros, sencillamente, no hubiera tenido sentido.

Cuando Rodríguez vendió Machete en el falso tráiler de Grindhouse –ahora dicen que no fue un falso tráiler- lo hizo así: “Hay acción, suspense y… emoción”. Pues es lo que hay, pero sobre todo, quien impera es Danny Trejo, una mezcla de Clint Eastwood en Harry el Fuerte (Magnum Force, 1973) y Stallone en Rambo III (1988), que aporta un nuevo peldaño en la escalera de tipos duros: es implacable (como Rambo), y aunque sea muy feo, no es un perdedor, como John McClane (Bruce Willis en Jungla de Cristal). Machete es la metáfora de que los feos se pueden llevar a las guapas (como Harry) y a las feas también, por supuesto, aunque no es este el caso.

Como dice Trejo en un momento del film: “Machete improvisa” y Robert Rodríguez y Ethan Maniquis (su hasta ahora montador) también, pero no les queda nada mal. ¿Puede ser el resurgir de un cine exploitation en las multisalas? Ojalá.