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El mentalista (Serie de TV)

Serie de TV. Drama. Intriga Serie de TV (2008-2015). 7 temporadas. 151 episodios. Patrick Jane es un hombre que trabaja como médium televisivo hasta que sufre un duro golpe cuando su mujer e hija son asesinadas. A partir de entonces, decide usar sus habilidades para ayudar a resolver casos de asesinato, trabajando como detective en el Departamento de Investigación de Crímenes de California. El agente Jane será capaz de ver aquello que los demás no pueden y sus ... [+]
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
8 de junio de 2011
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente sea una de las mejores series de actualidad junto con House y alguna otra. Bien es cierto que el personaje de Patrick a priori no parece muy real, pero quién sabe... A pesar de esto hemos de reconocer que la serie además de ser de asesinatos tiene mucho humor y un poco de amor por qué no decirlo. Añadido a todo esto el personaje del mentalista está muy logrado, ya que consigue atraer a las personas con ese toque arrogante y burlón, gracias al que finalmente resuelve los casos.
minimoto1
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21 de septiembre de 2018
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Patrick Jane escuda su verdadera y compleja personalidad tras sus elegantes y anacrónicos trajes de tres piezas que proceden del guardarropa que conserva desde sus tiempos de falso médium. Tiene el aspecto de uno de esos vendedores de ilusiones que sacan un ramo de flores de detrás de tu oreja, hacen desaparecer tu reloj de pulsera sin que te des cuenta, adivinan tus secretos más oscuros con los ojos cerrados, te despluman al póker en un santiamén y te plantan sugestiones en la mente sin que lo sepas. Jane se coloca su máscara de brillantes sonrisas, descaro, ingenio, arrogancia, desafío a la autoridad y una excepcional capacidad de observación y manipulación. Cuando pone sus considerables recursos intelectuales a trabajar, hay pocas cosas que no consiga. Es implacable y provocador con la gente a la que no puede respetar. Disfruta pinchando y sacando los trapos sucios de los objetos de su escrutinio. Aplica su propio código de justicia ignorando las leyes oficiales si éstas se interponen en su camino.
Pero Patrick Jane también es un alma profundamente dañada y aplastada por la culpa. La tristeza a menudo desborda de sus ojos azul verdosos, desmintiendo sus sonrisas deslumbrantes que no engañan a los pocos que lo conocen muy bien. Vive en moteles de mala muerte o en un ático desvencijado y polvoriento y se permite muy escasos caprichos, que apenas incluyen saborear una buena comida de vez en cuando, disfrutar de paisajes espectaculares si los casos policiales lo permiten, escuchar música clásica cuando se le presenta la ocasión, conducir su viejo Citroën que es tan anacrónico y fuera de lugar como él mismo, bromear, conversar y flirtear un poquito con su jefa, la estricta pero compasiva Teresa Lisbon, además de sacarla de quicio. También le entretiene interactuar con el resto de su equipo, compuesto por el estoico y lacónico agente Kimball Cho, el bonachón y ligeramente inseguro, pero buen policía, Wayne Rigsby, y la adición más joven, Grace Van Pelt, que reúne belleza, tenacidad y grandes dotes de investigadora informática. Son la única familia que Jane tiene en la actualidad, después de que uno de los peores asesinos en serie de California asesinara a su mujer y a su hija. El ex-falso médium ahora es un asesor de la policía de la Brigada Criminal que tiene jurisdicción en todo el estado de California. No hace vida social fuera del trabajo, padece insomnio crónico y sólo se siente feliz cuando resuelve ciertos casos en los que ofrece algo de paz a las víctimas, cuando ve las sonrisas en las caras de sus colegas al regalarles cosas extravagantes o complacerlos con pequeños detalles, y cuando ayuda en la sombra a gente en apuros.
Pero para Patrick Jane todo es accesorio y simples peldaños (o eso se empeña en creer) en su camino hacia la venganza, que es lo que realmente lo impulsa. La espeluznante cara sonriente pintada con sangre que siempre está al otro lado de aquella puerta lo acosa sin descanso. John el Rojo puebla sus pesadillas y casi todas sus horas de vigilia...
Es un personaje lleno de contradicciones, y eso es lo que para mí lo hace tan interesante, además de su magnético físico (esa abundante melena rubia, ese cuerpo agraciado debajo de los trajes, esas manos de prestidigitador, ese rostro tan expresivo). A la vez carismático y celosamente reservado y solitario, encantador y malicioso, generoso y cruel, humilde y arrogante, compasivo e implacable, apasionado y fríamente calculador. Patrick Jane se ha impuesto su rol de justiciero en parte como forma de autocastigo por su provocación a John el Rojo que desencadenó la masacre de su familia. Pero también porque se siente mejor cuando hace algo bueno por alguien que sufre. Y es su forma de hacer penitencia por su antigua forma de ganarse la vida, la cual considera responsable de su tragedia.
Así que aquí tenemos a un hombre fascinante vestido de traje cuya dedicación a la rama de la criminología es su forma de redención y de preparación para su viaje final hacia la venganza. Es divertido y estimulante verle resolviendo enigmas con su estilo completamente irreverente y despreciativo de las normas y convenciones. Y conmueve ver sus momentos vulnerables, esos raros momentos en los que su máscara se cae (a veces en presencia de su mejor amiga, Teresa Lisbon). Emociona la magnitud de su tragedia personal, con la que carga a sus espaldas, como una maldición que pesa toneladas. Pero también alegra el corazón su espíritu en el fondo optimista y alegre que saborea cualquier pequeño momento, como si fuera un niño persiguiendo pompas de jabón mientras se come un helado de vainilla. Y esa lealtad inquebrantable que, por mucho que quiera ocultarla, siente sobre todo hacia Lisbon, pero también hacia Cho, Rigsby y Van Pelt. Lealtad correspondida por éstos sin condiciones.
Una buena serie policíaca con un muy atractivo protagonista que consigue que para mí esta no sea una producción televisiva más del montón.
Ya quisiera yo un mentalista así en mi vida, por muchos dolores de cabeza que me diera y muchas ganas que tuviera de asesinarlo en más de una ocasión...
Vivoleyendo
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26 de enero de 2012
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca veo una serie o peli si no es desde el principio, pero era de noche, hace como un mes. No había nada en la TV. Mi madre dejó esto y se tumbó en el sillón, sin hacer caso de mi cara de: "no dejes algo empezado". Encima se durmió, y me quedé sola con Patrick Jane y sus colegas.

Secundando a los demás fans, me enganchó su estilo, sus frases, sus gestos, sus sonrisas profident, sus trajes, su pelo, la relación sobre todo con Lisbon y por supuesto la trama de John El Rojo. Y aquí estoy, esperando cada Martes para ver lo que Simon (Baker) dice.

Puede ser facilona, que de Jane mejor descubran que tiene poderes para que la serie sea más realista y todo lo que se os ocurra, pero me evade de mis problemas por un rato y me río, como en el capítulo de este Martes que mataban a una en un club de boxeo y Jane se quería colar en una sala para preguntarle algo a uno de los boxeadores, pero había un tío en la puerta que le dice: "No puede pasar", y Jane le suelta a lo jedi: "Èstos no son los androides que buscáis", y pasa tan pancho.

POR TODO ESTO, VIVA EL MENTALISTA. No le pongo el 10 porque me da rabia no haberla visto desde el principio.
DexterPetrelli
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17 de noviembre de 2012
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta serie realmente me desconcierta.
Para mí es como si hubieran fusionado dos posibles series en una, o bien hubiera dos equipos de guionistas que no tienen absolutamente nada en común. A continuación me justifico.
En mi opinión, todos aquellos episodios relacionados directamente con "John el Rojo" o con el sectario Bret Stiles (Malcom McDowell), son de lo mejor que un puede encontrar en una serie tipo policíaco o intriga.
El resto de episodios resultan en mi opinión directamente mediocres y tediosos, repetitivos y engañosos, y por tanto, para mí, muy muy muy aburridos. La veo con la esperanza de que quizás en el episodio asome la trama de John el Rojo, pero excepto en la fantástica tercera temporada (que está prácticamente toda ella relacionada con esta trama), mis ilusiones suelen caer en saco roto.
Está claro que Simon Baker clava su personaje y la agente Lisbon lo secunda correctamente. Lástima que el resto del elenco, que en un principio parecía que también iban a desarrollarse, se hayan quedado en personajes planos (incluso Van Pelt que se ve medio seducida por el sectarismo de Bret Stiles queda aparcada).
En fin, mi recomendación queda clara, aunque parezca contradictoria: "John el Rojo" bueno, resto malo.
Si la serie se limitara únicamente a la trama de John el Rojo, o el resto de episodios tuvieran una calidad sino similar parecida e incluso un poquito más baja, para mí de 7,5 no bajaba.
Y al contrario. Si no fuera por "John el Rojo" y tuviera que quedarme con la calidad del resto de episodios, no subía de 3.
joransa
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2 de mayo de 2014
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me he visto todas las temporadas hasta ahora: Es previsible, con muy poco fondo, no demasiado variada y a veces completamente fantasiosa (en la mayoría de las ocasiones es solo bastante o muy fantasiosa).
Es cierto que Patrick Jane (personaje) usa diversos trucos reales, de mago, de estafador, de tramposo, mezclados con una capacidad de observación, procesamiento y memoria inhumanas, pero aún aceptado todo esto, en no pocas ocasiones, hay que tragarse la pastillita sin preguntarse nada, porque no hay explicación que dar.
¿Por que entonces funciona la serie para algunos como yo? Mi teoría es que "El Mentalista" es como un consomé o una infusión en una noche fría; no aporta demasiado al organismo, pero es ligero y relajante. Nada más y nada menos.
Simon Baker y Robin Tunney hacen buena pareja, el trauma de Jane y su comportamiento grosero y genial de niño malcriado te hacen gracia, sobre todo porque siempre amarga a ricachos e hipócritas, y las situaciones que provoca son profundamente asociales, lo cual siempre excita un deseo subconsciente parecido a cuando vemos a Superman volar, es imposible, pero como nos gustaría poder hacerlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
el_desertor
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