El aviador

El film es un excelente entretenimiento de larga duración, dos horas y medias, que no logra aburrir en ningún momento de su metraje, y eso que estaba con bastante sueño cuando la vi.

La historia es muy interesante y en ningún momento pierde el rumbo o se hace confusa, mucho menos es aburrida como dijeron algunos. Las actuaciones son todas excelentes y destaco a Leonardo DiCaprio que hace un papel de las mil maravillas, no me imagino a otro actor logrando una mejor actuación, ya que es un papel bastante difícil y por si solo esta bastante logrado.

En fin la película es muy recomendable, todo esta muy logrado, la época, los aviones, lo único que flojea es el final, merecía algo más, pero bueno el resto es de gran calidad, no se la pierdan.

Hace tiempo que Metallica no hace nada del estilo de Kill'em all, Master of puppets y tal, de pronto se dejan tupé, gafas de sol y graban Load. Cuesta tragar de mano, pero acabas apreciando un disco cojonudo. No podemos pedirle a Scorsese que siempre haga la misma película, por mucho que nos guste.

En este merecido homenaje al coloso Hugues, Martin, nos da la oportunidad de apreciar en la medida que se merece a este genio innato, este talento de la naturaleza, adelantado a su tiempo y, por desgracia, tristemente enfermo, por ello, también nos invita a sufrir con él.

He de decir que no se me ha hecho larga en absoluto (166 minutos, tela). Tiene un ritmo brillante cuando lo necesita, y sus bajones encajan perfectamente en sintonía con la mente y realidad del anfitrión. Diría que la cinta baila a ritmo de Hughes, de su mente y su talento, su mal y su clarividencia. Mérito de Martin, viejo zorro. Me ha pasado volando y hasta tengo ganas de más.

Se omiten algunos detalles tanto de sus logros (premios y demás), como de sus manías (en cierta ocasión tomó la decisión de no volver a dar la mano a nadie, y cumplió), de sus enfermedades (padecía sífilis), su metódico perfeccionismo (ordenó diseñar y fabricar una cama de hospital que realmente se adaptara a sus necesidades, cuentan que reunía 30 válvulas hidráulicas), de su vida personal (hubo varios matrimonios, nada se habla de su familia pasado el minuto dos), ni de todos sus problemas con "hacienda" (le reclamaron millones de dólares que siempre evitó), en fin, faltan muchos, muchísimos detalles, pero harían falta dos horas más, por lo menos.

Los actores están espléndidos todos, me cuesta reconocer que Leonardo hace un papel soberbio, nunca me ha caído bien, pero el tío se lo curra y convence, no es la caca pastel de "Taitanic" ni la sobreactuación, si queréis, de Quién ama a Gilbert Grape. Los méritos de dirección se daban por sabidos y no desmerecen.

Poco más puedo pedir para pasar un rato entretenido, aprender algo nuevo y disfrutar, todo en uno. Siempre me han gustado las historias reales, otro punto extra. Todo suma un merecido 8.

La película describe muy bien el trastorno obsesivo en un estado grave. Aunque no se ha comentado, la primera escena es clave en la película. En esta escena, se ve a una mujer lavando suavemente y con mucho cariño a una persona. Aunque a primera vista puede parecer una escena de amor, no es tal, se trata de un niño y un madre. Aunque la escena parece algo incestuosa (hace mucho tiempo que la vi, tengo un vago recuerdo de la peli). En esta misma escena, nos enteramos de la preocupación de la madre porque su hijo contraiga alguna que otra enfermedad. Esta escena es clave para entender como se va desencadenando sus obsesiones, por ejemplo en la limpieza y la cantidad de rituales obsesivos que tenía. Estos rituales no son otra cosa que una forma de estar identificado al deseo de sobreprotección de esa madre.
 
Luego es interesante, la cantidad de manifestaciones típicamente obsesivas que va desarrollando en la película, desde no saber acabar la película en busca de la perfección.
 
Otro aspecto interesante es como pretende resolver la imposibilidad de dar con la mujer adecuada, seleccionando, a modo de casting, la persona adecuada y buscando esta persona angelical y joven a la cual adaptar a la medida de sus neuras. Yo no cambio, mejor me busco una mujer cambiable, para no tener que cambiar yo.
 
Durante toda su vida, la cuestión de la mujer no la resuelve y curiosaente aquella mujer que es la que lo logra sacar de su estado obsesivo casi mortal es aquella que de alguna manera saber jugar el papel de la madre que nos retrotrae a la primer escena de la película: lo afeita, o sea esa mujer qué con la certeza de una madre que lo conoce como si lo hubiera parido, lo afeita y le da una salida al trastorno que sufría.
 
Me parece muy interesante como el director entronca esta escena con la primera y como de alguna manera en la elección de una mujer tanto en el obsesivo como sino, siempre hay una conexión entre esta mujer sabedora de nuestro deseos y el amor primario de una madre. Lo que pasa es que siempre no es algo tan fácil de descifrar como se conectan ambas identificaciones o rasgos. En este caso el elemento significante es el acto del aseo que las conecta. El protagonista va encontrando una salida a sus síntomas en la medida que esta mujer le da una salida y esta salida pasa por el amor.

"Creo que este puñetero circo ha ido ya muy lejos. Usted me ha llamado mentiroso, manipulador y especulador."

No logro comprender porqué está tan castigado este film de Scorsese. No me parece un mal producto, ni hecho por encargo ni nada. Me parece (como dirían los eruditos en el tema) un producto 100% Scorsese.

Que sí, que quizás su tiempo (166 min) sea excesivo, pero ¿Qué más da si la película es más que buena y además entretiene? Un film que da un pequeño repaso a la vida de Howard Hughes durante sus años más exitosos en el que no faltan momentos oscuros.

La realización del personaje de Hughes interpretado por Leonardo DiCaprio es excelente y da una imagen creíble de cómo pudo ser este hombre en vida. Una persona inteligente, controvertida y perfeccionista. Quizás esta última descripción es la que se acusa de haber explotado más en el film de Scorsese, donde sus problemas obsesivos con la limpieza predominan bastantes minutos en el metraje dejando casi en un segundo plano otros aspectos como sus romances o su trayectoria como productor de cine.

La película tiene varios momentos espléndidos y que te dejan con los pelos de punta. De esos momentos, recalco dos. Primero, la magnífica escena en la que Hughes se dispone a probar el prototipo XF-11 en 1946 bajo una excelente “Toccata and Fugue in D-Minor, BWV 565" de Johann Sebastian Bach que suena de fondo. La segunda escena que me gustó, fue en la que Hughes se dispone a hacer despegar del mar el gigantesco y bello avión “H-4 Hercules”.

Quizás mi único “pero” es la utilización de grandes estrellas para que su fin sea el de salir apenas dos minutos o no tengan el protagonismo esperado. Por ejemplo, me hubiera gustado que Willem Dafoe o Jude Law hubierán tenido más minutos de protagonismo.

Asi pues, pocos reproches le puedo echar al film de Scorsese en el que todo me ha parecido muy entretenido, desde su rivalidad con Juan Trippe (notable Alec Baldwin), el enfrentamiento con el senador Owen Brewster hasta su romance con Katharine Hepburn (guapísima Cate Blanchett).

Interesante intento de Scorsese; pero siento que eligió al actor equivocado para el rol principal. Y no porque Leonardo Di Caprio me caiga mal; es solo que para interpretar al celebre millonario Howard Huges, se necesitaba un actor con mas personalidad, con mas carácter para el papel de un neurótico “PlayBoy”.
Y entonces un buen director como lo es Scorsese falla en este proyecto, gracias en gran parte a la pálida actuación de Di Caprio. Ya que no logra darnos el perfil de maniaco, obsesivo que poseía el verdadero Howard.
Le película no logra traernos al glamur de los años 30´s y 40´s. en donde el magnate mantuvo relaciones con estrellas como Katharine Hepburn, quien además de amante fue su mejor amiga. Mantuvo relaciones íntimas con Bette Davis, Rita Hayworth, Gene Tierney, Ava Gardner, Olivia de Havilland, Jane Greer, Ginger Rogers, Billie Dove, Joan Fontaine.
Howard Hughes fue un claro portador del síndrome TOC.
Dentro del TOC se pueden diferenciar los tipos más comunes:
Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones relacionadas con la contaminación a través de determinados objetos o situaciones.
Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden desprenderse.
Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes repetitivos, llamados compulsiones mentales, con el objeto de contrarrestar su ansiedad provocadora de ideas o imágenes, que constituyen las obsesiones.
Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores. No obstante, a diferencia de quienes sufren los demás tipos de TOC, no se entregan a comportamientos reiterativos de tipo físico, sino disturbios mentales.
Todo esto se combina en la singular personalidad de Howard y su afición por la aviación. En su mente siempre estuvieron esos Ángeles infernales que Martin Scorsese no pudo derribar y nos entrego una película larga y sin emoción. Lastima.