Bailarina

Qué fácil sería mirar por encima del hombro a 'Ballerina'.
El encantador entusiasmo de su protagonista Felicia, la graciosa torpeza de su amigo Víctor, el subrayado de su gusto por el baile, la serena seguridad de los mentores, la fealdad obvia de los villanos... parecen todos esos lugares típicos que siempre se visitan cuando se habla de animación.
Pero quiero pensar que la película es consciente de ello, y se guarda su verdadera cara para descubrirla poco después de la enésima persecución frenética.

La Gran Ópera de París refulgiendo en dorado y mármol, templo de los sueños y las esperanzas.
Una muchacha pelirroja entrando en sus misterios nocturnos, aprendiendo por primera vez que lo que a ella le gusta es grandioso y podría decirse que infinito.
Y una bailarina en la penumbra del escenario, saltando con gracia a la inmortalidad en los ojos de esa huérfana.
'Ballerina' habla de la pasión por el baile, y está tan enamorada de lo que cuenta que consigue transmitírtela en toda su extensión.

Felicia puede que no tenga los medios para lograr su sueño, pero si tiene las ganas que hacen falta para perseguirlo, y a veces eso es lo único que hace falta.
Su huida a París junto a Víctor es fruto de esa energía, de ese ansia por llegar cuanto antes al destino. Pero otra cosa que esta historia hace bien es que no rehuye sus ángulos adultos: un sueño también requiere paciencia, distancia, precisión.
Canalizar toda una vida en un momento, para que otro pueda apreciarla.
O como le acaba por decir su eventual profesora Odette: "condensar toda tu rabia, tu tristeza, tu alegría y tu deseo, y plasmarlos en tu danza".

Ella en primer momento carece de esos mentores que le aconsejen qué camino tomar, solo tiene el entusiasmado pero prudente consejo de Víctor, y por eso, con más descaro que valentía, se hace pasar por una bailarina en la Ópera, tan fascinada por la brillantez de su meta que se olvida de contemplar todo lo demás.
El mismo espíritu divertido y sin complejos que recorre toda la película se puede ver en sus esforzados pero poco gráciles pasos de baile... hasta que le señalan que eso no basta.
Es entonces cuando la historia toma un inesperado giro maduro, coincidiendo con la alegría súbitamente interrumpida de Felicia y el desengaño de que no todo le saldrá bien.

Una profesora podrá decepcionarse por mucho que le repitas que estás preparada.
Un amigo puede dejar de estar nublado por tu felicidad, aquella que Felicia le daba a Víctor sin saberlo ("no sé por qué estás feliz, pero es genial").
Y desearlo mucho puede no ser suficiente, igual que tampoco lo era empezar a bailar.
Hasta determinado momento, la fortuna de Felicia va ligada al azar y a su actitud en gran medida, dos elementos que te echan a andar pero nunca te llevarán lejos.

Es solo después, cuando lo desea de verdad, cuando se da cuenta de que si no baila todo lo demás carece de sentido... cuando su sueño conspira por hacerse realidad.
Y yo agradezco a esta historia que el mismo empeño que pone en el frenesí animado lo ponga en las emociones sutiles, los arrepentimientos difíciles de asumir y los momentos que lo cambian todo.

No existe pasión que no pida expresarse, de igual manera que no hay ambición que no necesite moldearse.
Pero tampoco hay que olvidar que un sueño se vuelve menos imposible cuanto más puro, cuanto más se desea y más se pone el corazón en conseguirlo.
Son dos de las maravillosas enseñanzas que deja una historia tan enamorada de lo suyo como su protagonista.

Por qué verla:
+Calidad de animación que no debe envidiar nada a los poderosos estudios americanos.
+La recreación del París de la época y la riqueza de detalles digitales (los charcos sobre el adoquinado, las motas de polvo a través de los focos, etc.)
+Entretenimiento familiar sencillo.

Por qué no verla:
-Que se utilicen tantas canciones de estilo pop para adornar escenas. Uno echa de menos un poco más de música clásica, habida cuenta del tema que se trata (lo del cierre del film obviando el Cascanueces es hasta hiriente).
-Como suele pasar, es una peli bastante predecible y se olvida con facilidad.

Al salir del cine me espetó mi sobrino Hugo (cuando le pregunté qué le había parecido) que bien, pero que estaba llena de clichés. Y no le faltaba razón, a estas alturas (y aún siendo un arte -el del cine- relativamente joven) qué difícil es huir de los clichés: qué es si no La la land, un enorme cliché toda ella. Pero está bonita esta historia sobre huérfanos con sueños casi imposibles, malos malísimos, vidas que ya no esperan redimirse... y París, y el palacio Garnier, y la Tour Eiffel a medio hacer. A pesar de esas canciones empalagosas (en inglés, ahí sí hubiera preferido el cliché de la música francesa) Ballerina se levanta y alza su danza como un producto de animación muy digno y entretenido.

Película de animación francesa que consiguió mucha aceptación de público en cine, y que tuvo un gran proceso de marketing para atraer gente para comprar una entrada.
La historia nos presenta a una niña huérfana que huye del orfanato con su mejor amigo para ir a París y estudiar danza para convertirse en una gran bailarina. Ahí conocerá a diversas personas que la ayudarán, y otras que la pondrán diversos impedimentos para que no consiga su objetivo.
Decir que la película es totalmente predecible. En todo momento uno intuye lo que va a ocurrir a continuación, y eso hace que no sorprenda. Así que se trata de un film que en este aspecto está dirigido más a un público infantil que a un abanico mucho más amplio.
No obstante, la historia cuenta con momentos que convencen y eso hace que el guion no chirríe del todo. Una trama con escenas curiosas que no consigue ser del todo redonda.
Con respecto al proceso de animación decir que es muy bueno. Este aspecto funciona muy bien y uno puede apreciar un trabajo muy sobresaliente. Los personajes y las escenas están muy bien creados, y uno disfruta visualmente con lo que ve.
También tengo que decir que el personaje protagonista funciona bastante bien. Sus características convencen, y uno como espectador conecta fácilmente con ella. Su carisma alocado y fresco hace que resulte divertido, y a la vez tenga ciertos toque tiernos que emocionan.
También funciona la banda sonara. El film está lleno de melodías que convencen y que resultan animadas. Se mezclan algunas piezas clásicas y famosas del ballet, junto con otras mucho más movidas y modernas que dan un contrapunto perfecto.
Como decía, se trata de una película que convence en ciertos aspectos. Pero el problema es que el guion es excesivamente predecible y por consiguiente no sorprende. Además de contar con ciertas escenas que no resultan del todo efectivas.
En fin, "Ballerina" es una película destinada sobre todo al público infantil. Debo decir que sí que me esperaba mucho más de lo que luego me ha parecido; y eso es debido a una historia que no resulta del todo llamativa, ya que en todo momento se va por delante de lo que se está narrando.

Una niña huérfana de nombre Felicia, que vive en un orfanato en la Bretaña rural, sueña con ser bailarina y sabe que para ello debe huir del lugar, donde la pasa entre regaños y maltratos.

Junto a su amigo Víctor huyen con rumbo a París, donde aprovechará una confusión para suplantar a otra niña y así consigue ingresar a la principal academia de ballet de París donde comienza a vivir su sueño.

Con producción canadiense y francesa, la historia tiene su encanto e intenta ser inspiradora, resultando un buen entretenimiento con algunas secuencias bien logradas y una animación con buenos trazos.

Pero donde resulta débil el filme es en el guión, con una historia que fácilmente podría adivinarse donde terminará, y personajes unidimensionales, sobre todo el de la villana que es mala solo por serlo.

Aun así, ‘Bailarina’ es una película con un encanto inevitable, que intenta acercarse al típico cine animado de Disney, con una bonita historia y una factura impecable que sin duda será del agrado del público más pequeño.


http://tantocine.com/bailarina-de-eric-warin-y-eric-summer/