Haz click aquí para copiar la URL

Un lugar en ninguna parte

Drama Un matrimonio esconde un oscuro pasado: durante su juventud en los años 60 fueron militantes de un grupo radical violento. Un atentado con bomba, que causó varios heridos graves, los ha obligado a vivir clandestinamente y a cambiar continuamente de domicilio y de nombres para evitar ser localizados por el FBI. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
9 de noviembre de 2018
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo afrontaría alguien la vida si su destino se encontrase entre las líneas blancas de la carretera por delante y el humo del coche por detrás? Una existencia de futuro incierto, en constante huida, obligada a renunciar sueños y esperanzas.
Siempre interesante, siempre sorprendente, Sidney Lumet nos introduce con gran naturalidad e intensidad dramática en dicho dilema visto a través de los ojos de un joven que se debate entre la lealtad a la familia y su propio camino a seguir.

Un momento significativo: Danny confiesa a Lorna que, muy a pesar suyo, ha de marcharse de nuevo con su familia. Antes de empezar dicha conversación los actores parecen estar preparándose para la escena. Quizá ocho segundos en los que el director ha decidido encender la cámara y ponerse a grabar; Phoenix y Plimpton demuestran que tienen talento para la naturalidad y Lumet, que es un gran director de actores y que no precisa de mucho esfuerzo para hacer que todo quede creíble, real. Es algo que está presente en toda su obra, y desde luego lo consigue en esta que nos ocupa.
No apta para todo el mundo y bastante difícil de digerir, "Un Lugar en Ninguna Parte" pasa por ser de los trabajos más intimistas y personales del cineasta, amén de los más poderosos, realizado en un momento irregular de su carrera en comparación con la década anterior y destacando entre dos obras menores como son "A la Mañana Siguiente" y "Negocios de Familia". De corte independiente, el guión de esta película, que firma Naomi Foner, se inspira (por mucho que en los créditos se diga que los personajes son ficticios) en William Ayers y Bernardine Dohrn.

Esta pareja, versión real de los Arthur y Annie Pope del film, eran los conocidos fundadores del grupo revolucionario Weather Underground, creado a finales de los '60 sirviendo a una causa antimilitarista contra la Guerra de Vietnam y con el objetivo de acabar con el imperialismo, el racismo y la injusticia social en la sociedad americana, provocando a menudo ataques terroristas con posteriores víctimas (el laboratorio de Napalm mencionado aquí hace alusión al bombardeo del centro Sterling Hall de Wisconsin en 1.970). Lumet, como de costumbre, recordando sucesos y conflictos que trastocaron la Historia de su nación.
Volviendo a la película, el joven Danny y su hermano pequeño Harry tienen que mudarse nuevamente ya que la verdadera identidad de sus padres ha sido descubierta; éstos, dos radicales contraculturales acusados de un ataque terrorista a un laboratorio dieciséis años antes, llevan una vida fugitiva, huyendo de la ley y cambiando constantemente de identidad. Sin embargo en el nuevo pueblo al que han llegado las cosas van a cambiar; Danny posee un talento especial para tocar el piano, lo que no pasa desapercibido para su profesor de música, y además el chico se acabará enamorando de su hija Lorna. Por fin podrá llevar una vida normal, mientras sus padres no digan de emprender la marcha otra vez...

Lumet nos arrastra al corazón del drama con dureza, bastante objetividad y sensibilidad al mismo tiempo; flirtea con los ideales políticos, algo siempre defendido por los personajes de Annie y Arthur, pero todo eso queda como telón de fondo, como un pretexto en el que se apoya la verdadera trama, que no es otra que la situación en la que la familia protagonista se encuentra. Siempre huyendo, siempre perseguidos, por un gobierno que no olvida, que debe ajusticiar a aquellos que le hicieron daño, incluso si fue para defender una causa justa con la intención de cambiar un poco el mundo a mejor; la familia Pope está condenada a vagar sin identidad ni futuro y, por mucho que rían, el pesimismo les acompañará siempre.
Danny es el único capaz de aspirar a una vida y una identidad, aunque ello signifique dejar a sus padres y su hermano en mitad del camino. Alegría y tristeza se dan de la mano todo el tiempo, de la manera más natural y realista, y lo más importante es que la película no tiene trama si no es por los personajes (gran distintivo del cine de Lumet), quienes consiguen que avance gracias a sus sentimientos, diálogos y reflexiones. La distancia puesta por el método del director se resuelve con la espontaneidad y el realismo de las interpretaciones, que nos acercan a los protagonistas y nos hacen sentir como ellos.

Unos actores brillantes, tremendamente bien dirigidos, que, más que actuar, viven a sus personajes. Judd Hirsch y Christine Lahti forman un carismático y poderoso dúo, pero no tanto como el compuesto por los jóvenes River Phoenix y Martha Plimpton, segunda vez que coincidieron ante la cámara tras "La Costa de los Mosquitos", que se destapan como enormes promesas de su época (la de Phoenix tristemente acabada al morir unos años más tarde por sobredosis...).
Sin grandes alardes en lo visual, sin grandes medios y sin efectos, Sidney Lumet logra una gran película, hecha de carne y hueso y un espíritu, que está entre lo mejor de su obra. Quizá su final feliz no esté muy acertado (lo mejor es pensar que la esperanza nunca se pierde, y eso, claro, es agradable para el público), pero aun así no estropea para nada el conjunto, con momentos memorables que realmente atraviesan el corazón.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de junio de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con más de 45 películas a su haber en una de las más prolíficas carreras de Hollywood, el aclamado director Sidney Lumet supo consolidar un eterno sitial de prestigio y constancia fílmica con títulos icónicos que brillaron principalmente en los años ‘70 como “Tarde de Perros”, “Serpico” y “Network”. Sin embargo en los ’80, también supo brillar con aclamadas películas como “El Veredicto”, “A la Mañana Siguiente” y por supuesto "Running on Empty" o “Un Lugar en Ninguna Parte” (1988), nominada al Oscar por su guion y también nominada al Oscar a mejor actor de reparto por la interpretación de River Phoenix, quien con esta película y a los 18 años logra el reconocimiento internacional.

La presencia de un actor como Phoenix en el rol de Danny, el hijo de un matrimonio fugitivo quien deberá decidir entre la complicidad hacia sus padres o la búsqueda de la independencia no es casualidad. En su corta vida, interrumpida por una fulminante sobredosis de drogas que lo mató a los 23 años saliendo de un club, entonces propiedad del actor Johnny Depp, River Phoenix fue un certero ejemplo ochentero de una vida alternativa, alejada de la industria, y casi fugitiva si se piensa en su verdadera familia. Hijo de padres hippies sumidos en la extrema pobreza, y luego víctima de abuso sexual sufrido a los 5 años en medio de una secta religiosa en Sudamérica, River Phoenix era de esos niños que por decisión de sus padres nunca fue a la escuela, y que brillaban con un talento natural y sumamente extraño en el cine. Todos sus roles fueron elogiados por la crítica y se hablaba de él casi como de un nuevo James Dean. Hoy en día su rol de prostituto adolescente en la película “Mi Mundo Privado” del director Gus Van Sant, y que le valió el premio al mejor actor en el Festival de Venecia, sigue siendo una de las actuaciones más de culto en la historia del cine contemporáneo.

En un año 1988 donde la mayoría de premios del cine norteamericano fueron otorgados a películas como “RainMan”, “Gorilas en la Niebla”, “Relaciones Peligrosas” o “Mississippi en LLamas”, el bajo perfil y la maestría directorial e interpretativa de “Un Lugar en Ninguna Parte” cautivaron hasta a los más exigentes críticos, quienes a veces reacios al melodrama familiar, supieron apreciar la profundidad dramática de un guion basado en una historia real y que da clara muestra de alcances político sociales, en el mejor legado y estilo de un director como Sidney Lumet, calificándola generosamente como “una de las mejores películas del año”.

Texto: Daniel Valcarce
Daniel Valcarce
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de septiembre de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una familia tiene un estilo de vida muy particular, no pueden vivir en el mismo lugar por mucho tiempo. Por qué? A principios de los 70’s, una pareja atenta contra una fábrica de Napalm como forma de oponerse a la guerra de Vietnam, sin embargo, una persona que no debía estar ahí sale muy mal herida. Debido a esto, el FBI comienza a perseguirlos, y estos deben cambiar su identidad y su lugar de residencia continuamente para no ser atrapados.
La película se centra en esta pareja y sus hijos (un niño de 10 años y un adolescente de 17 o 18), en cómo se las arreglan para vivir de esa manera, y como hacen para desprenderse de todo; porque así comienza la historia, nos da a entender que ya tienen una vida y un futuro por delante, cuando de repente deben dejar todo atrás y huir hacia nuevos horizontes, llegando al punto incluso, de dejar a su mascota en la mitad de la calle.Sin embargo, poco a poco Danny (el hijo mayor) se da cuenta que no quiere una vida asi para si mismo, pero que tampoco quiere abandonar a su familia. En este recorrido, Danny descubre su verdadera pasión, la música (precisamente el piano), pero también descubre el amor hacia una chica, la hija de su profesor de música quien insiste en que siga practicando su habilidad ya que es muy talentoso.
Tanto Christine Lahti, como Judd Hirsch en los papeles de padres revolucionarios anticapitalismo, y Martha Plimpton como la chica que enamora a Danny, otorgan interpretaciones muy eficientes, pero sin duda, la presión de la película cae sobre River Phoenix (Danny), quien se devora cada escena en la cual aparece, sin importar quien lo acompañe (no por nada fue nominado a un Oscar como Actor Secundario). Es el sostén de la película y quien nos hace pasar por la mayoría de momentos emocionantes a lo largo de la hora y 56 minutos del film.
Podría decirse que la película es un drama familiar, pero a su vez un drama adolescente; un romance, pero también tiene toques sutiles de comedia muy efectivos, con un gran guion y una genial dirección (Sidney Lumet, grande de grandes) que la convierten en una película muy llevadera y entretenida que nos da para pensar muchas cosas, como por ejemplo: Es justo que los hijos carguen con el peso en sus hombros, de algo que sus padres cometieron en el pasado?
“Running on Empty”, una de esas películas de fines de los 80’s que hay que ver, no solo por su calidad, sino porque cuenta con la mejor actuación de un actor que tenía TODO para ser una mega estrella Hollywoodense de la actualidad (River Phoenix, hermano del famoso Joaquin Phoenix [Gladiador, Her]) pero que desgraciadamente falleció la noche del 31 de Octubre de 1993, frente al club del cual Johnny Depp era dueño, por una sobredosis.


*Por mas criticas http://quepasasicomentopeliculas.blogspot.com.uy
koko28mil
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de septiembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si habrá muchos directores en la historia del cine con la regularidad de Lumet, regularidad en calidad, regularidad en buen cine.
En esta ocasión una historia más sencilla que de costumbre. Pero no pierde el alma, hay momentos hermosos, la historia que se narra no decae.
Le agradezco especialmente a Lumet dos cosas de esta película:
1º El enfoque que da a la unidad en la familia. Aunque el padre es algo tosco, pienso que está en lo cierto al tratar de impedir que la familia se disgregue. La familia es el último núcleo humano, el último fortín ante la depravación que trae el solipsismo, el individualismo, el egocentrismo. La familia es el último reducto que queda para evitar que el ser humano sea presa y dominio del predador Estado de turno.
2º La valentía para establecer como personajes protagónicos a una pareja "antisistema". No sé bien si son antisistema o lo que son. Lo que se sabe con claridad es que están fuera de la corriente general, tratan de luchar a su manera contra las políticas del Gobierno de su país. Son unos activistas o han sido unos activistas con conciencia, no unos terroristas. En nuestro país los llamarían antisistema o terroristas. Pero como Lumet hace un retrato amable de ellos, al público les cae bien. Pero la realidad de esta cuestión (salirse de los parámetros generales de pensamiento) es muy distinta, antes y ahora, la mayoría de la gente, azuzados por nuestros maravillosos medios de comunicación, los lincharía.

Si te sales de la corriente, si tratas de luchar contra el sistema, estás perdido. No tendrás donde esconderte. Al sistema solo le vale la gente dócil. Los demás serán perseguidos, o les harán la vida imposible. Esta verdad hay que desarrollarla pero solo la enuncio, al igual que la enuncia Lumet.

Todo lo demás está muy bien, la historia de los chavales, la música, los problemas de la pareja...pero todo quedaría en una bonita película sin más si no fuera por el contexto que enmarca todo, el que me he referido en los puntos uno y dos. Un 7,1.
Tombol
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de enero de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema es la vida en la clandestinidad y la huida permanente, consecuencia de la pasión política juvenil.

Demasiado edulcorada y amable para una situación como esa, eso es lo que choca de la película, pero también que la haga muy amable de ver, muy agradable.

Bien interpretada, con un ritmo estupendo, muy entretenida.
Solidad
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow