Stico

El cine español sufre a veces de tópicos que todos los que somos cinéfilos hemos oído alguna vez; pero si se revisa la historia, se verá que desde hace décadas hay directores, actores, actrices, compositores y demás profesionales que han ayudado a hacer grandes películas, elogiadas por la crítica y el público y ganadoras de premios nacionales y extranjeros.

Dos de esos grandes nombres que han ayudado a cimentar lo que el cine español es realmente son Fernando Fernán Gómez y Agustín González, que en la cinta que nos ocupa demuestran una vez más el inmenso talento que atesoraron en vida, y que les han hecho eternos después de que hayan pasado al más allá.

En ‘Stico’, presencio un gran trabajo de ambos actores; aunque me declaro fan de la interpretación de Agustín González, que realiza un papel más histriónico que el de su compañero, pero sabiendo como actuar en cada escena sin pasarse de la raya.

No es una tontería decir que el mayor valor de este film son sus actores, bastante potables la mayoría de ellos; también es una tontería no destacar nada más. El guión, bien informado por los guionistas sobre lo que supone el derecho romano, deja algunas pinceladas de deliciosa comedia (el momento del culo, Fernán Gómez en la granja…) e ilustración de lo que suponía ser esclavo en los tiempos de Roma. Porque esta película tiene más de enseñanza que de comedia, aunque parezca lo contrario y se intente hacer un equilibrio entre ambos aspectos.

‘Stico’ quizás no sea una película bastante conocida entre el público en general, y si pensáramos en los trabajos más conocidos de Fernán Gómez y González no saldría, posiblemente, este nombre en coalición; sin embargo, yo ya la considero una joya oculta de la filmografía de ambos.

Curiosa historia donde un antiguo alumno reconoce a un antiguo profesor que le propone ser su esclavo a cambio de alimento, techo y ropa dada su delicada situación económica. Fotografiada por el fallecido Teo Escamilla de manera muy eficaz y con papeles secundarios para sus hijas, se trata de un film muy original e interesante que parte de un guión preparado por Jaime de Armiñán y Fernán-Gómez con ansias filosóficas y una notable ambiguedad conceptual. Como es habitual en los films de Armiñán los diálogos están por encima de todo y como la historia es tan especial el espectador entra de lleno tras unos pequeños titubeos en el divertido juego que el cineasta propone. Hay alguna escena macabra que podía haberse evitado pero el film tiene algunos diálogos geniales como cuando Agustín González tratando de ocultar que tiene a un esclavo en casa dice que no entiende una palabra de lo que la opinión pública pueda saber al respecto o cuando una de sus hijas le ordena a Fernán-Gómez como esclavo que se vaya de su casa y le contesta él que eso es en lo único que no puede obedecerle. Fernando Fernán Gómez y Agustín González actúan genialmente y no desmerecen Carmen Elías, Amparo Baró y Manuel Zarzo en intervenciones muy eficaces. Y Manuel Galiana hace una colaboración breve pero magistral. El film es una buena reunión de grandes talentos. La obra interesa y sorprende mediante la extraña mezcla que se obtiene a partir de la combinación de sus elementos.

Original y luminosa propuesta que parte como un torbellino pero en cuyo desarrollo pierde alguna de sus virtudes a fuerza de ir tensando la situación para sacarle mayor partido.

Nos hallamos ante una notable película.
Posee lozanía narrativa, tensión psicológica, escenas magníficas -la de la empega resulta proverbial- y un permanente cara a cara entre F.F. Gómez y A. González que merece ser recordado.

Por su ocurrencia inusitada, por su carácter chocante, por su rareza argumental y por su vigencia fuera de toda duda hay que considerarla como una película valiosa y fuera de lo común.

La última revisión que he hecho de esta película me ha dejado mejor sabor de boca de lo que recordaba. Jaime de Armiñán no suele decepcionar, aunque reconozco que “Carola de día, Carola de noche” hace muchos años que la vi y no recuerdo nada y “La Lola dicen que no vive sola” no la he visto. Normalmente sus films son un retrato de una época ya pasada que no volverá pero éste no deja de ser intemporal.

Un catedrático emérito no puede vivir con lo que gana y se hace esclavo de un antiguo alumno suyo rico, regido por el derecho romano. Perder la dignidad a cambio de mejorar la calidad de vida. Al fin y al cabo, todos nos esclavizamos alguna vez, o muchas, de una manera o de otra a lo largo de nuestras vidas.

Un fantástico guion a medias entre el director y Fernando-Fernán Gómez, que esta genial en su papel y que hace un duelo interpretativo de altura con Agustín González.. Con un humor negro punzante y crítico sobre: la libertad, la sociedad de consumo, las clases sociales, etc.
El final es de lo mejor que he visto.

280/27/22/07/21) Fallida comedia negra dirigida por Jaime de Armiñán, que tiene grandes mimbres para hacerla atractiva, como es un guión escrito por el propio realizador junto al gran Fernando Fernán Gómez, tiene de protagonistas al propio Fernán Gómez y al gran Agustín González, y ello partiendo de una idea más que interesante, como es un profesor de derecho romano venido a menos que decide ofrecerse como esclavo a un acomodado hombre a cambio de cama y comida, ello apoyándose cultamente en (valga la redundancia) el derecho romano, ello da para filosofar sobre lo turbador del retorcimiento de las leyes. Con este surrealista punto de partida se establece un análisis cínico sobre las relaciones humanas, sobre los mecanismos de manipulación, sobre el clasismo, sobre las falsas apariencias, sobre nuestra consumista sociedad. Pero todo esto que contado resulta tan estimulante, una vez pasado al celuloide resulta un tanto complaciente, hincándole poco el diente a un relato con tantas posibilidades, quedándose en la superficie de lo que pienso podría haber dado su propuesta. No se pueden negar diálogos ingeniosos, en como intentan sortear el ‘amo’ la palabra ‘esclavo’ del profesor y como este habla con franqueza infantil de su condición a todo el mundo y sobre todo un fabuloso duelo actoral entre los titánicos protagonistas Gómez y González, tiene sus momentos divertidos oscuros, de hecho el primero consiguió en el Festival Internacional de Cine de Berlín el Oso de Plata al Mejor Actor. Pero le encuentro a la cinta garra para trascender y no quedarse en cuasi- la anécdota de su idea inicial. Dejándote en su transcurrir un sabor a medias, sabiendo quien está detrás de todo.

Leopoldo Contreras (Fernando Fernán Gómez) es un profesor de derecho jubilado que va a visitar a Gonzalo Bárcena, un antiguo alumno (Agustín González). Gonzalo es un próspero hombre de negocios que tiene buenos recuerdos de su antiguo maestro. Pero a Leopoldo se le ocurre una idea sorprendente: se ofrece como esclavo.

Es un film que entiendo pretende provocar al espectador haciendo que se siente en el dilema moral de alguno de los dos protagonistas, nos puede hacer colocarnos en cualquiera de los dos roles y entonces que reflexionemos sobre que haríamos, pero realmente el modo de comportarse del profesor resulta tan pasado de vueltas que es muy complicado esto, se puede uno creer que en situaciones extremas uno se comporte de modo radical, pero es que parece quiere solo ser esclavo, su cerrazón y proceder es de un nivel de auto-humillación inverosímil para alguien con esa cultura, pues llega no solo a querer tener un collar de perro, si no también propulsa que lo marquen a fuego (¿?). Luego más adelante le llega una gran cantidad de dinero y en vez de querer revertir su situación actúa como un demente.

Además del buen jugo que se le saca a los duelos Gómez vs González, tiene un muy mordaz tramo en la granja de gallinas donde se expone una micro-fábula/alegoría sobre como funciona el capitalismo sobre los obreros, muy punzante esta metáfora de vida: Aparte de ello se deja constancia dela hipocresía de las clases altas, su arrogancia y su culto al hedonismo. Pero todo ello en un nivel primario.

Es un film que va perdiendo fuelle a marchas forzadas, cayendo en momentos burdos de sal gorda como los niños que mandan al ‘esclavo’ cosas absurdas. Además deriva en final naif, poco valiente.

Cinta recomendable a los fans de Fernán Gómez, entre los que me cuento. Fuerza y honor!!!