La impaciencia del corazón

Bille August es un director que a mi juicio, tiene lo bueno de los cineastas escandinavos, pero también tiene ese aire de cineasta internacional con mucho oficio a sus espaldas. Una historia de amor trágico, muy del gusto del señor Zweig, en el que los convencionalismos de la época en la que se desarrolla dan sentido a la historia, el dilema moral del protagonista y su debate interno entre hacer lo correcto y lo que el entorno espera de el, Esben Smed se revela como un notable actor, dando a su interpretación muchos matices interesantes al igual que Clara Rosager como la chica atrapada en una silla de ruedas y en sus ensoñaciones. Con el trasfondo del retrogrado universo militar del imperio Austrohúngaro y la sociedad de la época en cuestión, unos bellos parajes, una puesta en escena exquisita y una buena adaptación de un grande de la literatura como Stefan Zweig. El señor Bille August es un gran adaptador de obra literarias por otra parte.

Cinematográficamente no destaca. Las actuaciones no son resaltables, el ritmo es lento y no mantiene el interés...

En cuanto a la historia, el guión, sí podría aportar algo: la necedad humana que trata con condescendencia a las víctimas, y la de éstas últimas que lo permiten. No veo nada que hable de amor en el guión, y por tanto el título no parece adecuado, salvo que le otorguemos una intención irónica, lo que es demasiado suponer, viendo la calidad general del film.

Por lo demás, ¿es creíble que una mujer joven, rica y guapa, no tenga la oportunidad de encontrar alguien que merezca la pena a pesar de lo que le sucede?. Médicamente hablando, cuando alguien sigue teniendo movilidad en las piernas, significa que es probable que pueda llegar a una rehabilitación razonable.