Despertar de los muertos

Yo no discuto sobre la revisión de argumentos o tramas, es decir, que no me parece ni bien ni mal siempre que, el resto no sea más de lo mismo. Aquí han cogido un poco de Luces Rojas (escepticismo cazador de falsos aparecidos), un poco de Los Otros, un poco de El sexto sentido y, bueno; no es que la película sea mala. Es más, tiene una ambientación y unas interpretaciones más que solventes. Tampoco es que sea aburrida, aunque hay exceso de minutos en los que no pasa nada en un empeño machacón por "meterte en situación". El problema es que, pretenden que nos asombremos y nos parezca original la parte final, en la que los misterios se desvelan. Están tan convencidos de que no te has dado cuenta que, de nuevo recurren a flashbacks y redundantes sobre explicaciones que, sinceramente... le quitan parte de la gracia. Y ya para remate...

Desde el Reino Unido llega esta producción de cine de terror de corte clásico dirigida por Nick Murphy, un realizador más conocido por sus producciones televisivas que cinematográficas, dispuesto a dar un gran paso adelante en la gran pantalla con una película de la que igualmente firma el guión, co-escrito junto a Stephen Volk.

“The Awakening” (“El despertar”, por enésima vez no comprendo el por qué de cambiar el título original, mucho más adecuado para lo que se nos narra que el manido “La maldición de Rookford”) nos cuenta la historia del viaje vital realizado por una mujer. Ella, una escéptica escritora, se gana la vida desenmascarando fenómenos teóricamente sobrenaturales, mostrando y escribiendo sobre la realidad tangible (y generalmente humanamente interesada) detrás de todos ellos. Pero un nuevo trabajo llega a su puerta, se solicita su ayuda para aclarar el misterio de unas supuestas apariciones fantasmales en un internado que tienen aterrorizados a niños y adultos. Todas sus creencias se verán cuestionadas una vez cruce el umbral de Rookford.

La película no peca de originalidad, ni guarda grandes sorpresas para el espectador avezado en el género de “casas encantadas”. No obstante, lo cuidado de su producción, lo comedido y efectivo de sus recursos visuales y el detalle en la ambientación, entre otras técnicas virtudes, la hacen digna de mención y un film a tener en cuenta.
Rebecca Hall, la protagonista (“El retrato de Dorian Gray”, “Vicky, Cristina, Barcelona”…), realiza una labor por encima de lo que nos tiene acostumbrados dotando de calidad y profundidad a su personaje así como los dos secundarios principales que le acompañan en el film, Dominic West e Imelda Staunton, que están más que correctos, vistiendo de credibilidad a una historia más allá de lo natural.

Si bien no es trepidante, el corte clásico de la producción y la elegancia con la que está filmada e interpretada (mucho más cerca de films como “El orfanato” o “Los Otros” que de películas con casas encantadas al estilo “The Haunting”) hacen que su visionado merezca, sin duda, la pena. Recomendable.

-Enoch-

Qué fantástico es cuando una película te atrapa, te hace reflexionar, te sugestiona y remueve toda tu alma! Personajes bien elaborados -destaca la impresionante interpretación de Rebecca Hall que carga, de manera excepcional sobre sus hombros, todo el peso de la historia-, una acertada pareja interpretativa que explosiona en mutua compañía, una excelente fotografía que se enmarca como un personaje más -y primordial-, una psicología de misterio y terror acerca de lo sobrenatural que ya querían otros -no le hubiera venido mal a Rodrigo Cortés haberla visionado antes de realizar su patética "Luces rojas"-, un excelente drama encantado que te devuelve a tus propios fantasmas. Mujer joven y atractiva, cuya profesión es desenmascarar falsos montajes fantasmales, vive su propio tormento al destapar su personal espectro del pasado. Con un exquisito cuidado en los detalles, en la ambientación, en cuidar todo aquello que van a captar tus ojos es un sorpresivo-buen trabajo sobre thriller fantástico, de terror y de misterio; sólo después de verla te das cuenta de la añoranza que se vivía por volver a disfrutar de una gustosa y apetecible cinta de este género tantas veces golpeado en su calidad por el favor de la taquilla. Deja un rico sabor en tu interior, el cual se sigue degustando una vez tomada la salida de la sala.

Es tiempo para fantasmas, pero hace mucho tiempo ya que el cine saca una y otra vez vidas desgraciadas por fenómenos paranormales, creencias y rituales de lo grotesco, es difícil encontrar productos originales entre tanta explotación del sub-género, pero aquí se intentó, una escritora cazafantasmas se pone a prueba, su existencialidad y su verdad, un clásico de fotografías, asesinatos y búsquedas que acaba atrapando a su propio pasado, algo es algo, digo yo, entre niños y pistas, extraños enfermos y escenarios ya vistos, el espectador va creyendo al tiempo que la protagonista.

Conducida al más puro estilo del "Cuarto milenio", ambienta con la ciencia y algo con la religión, carece de mucha imaginación y en líneas generales es peligrosamente plana, algo asustadiza y llamativa en cuanto que lo ve todo y lo refleja en la casa de muñecas, elementos que aparecen y desaparecen y un equipo de última tecnología pero sus personajes son altamente discontínuos, en realidad es una película intermitente.

La escena de creo en ellos, tengo miedo, fóllame es lo peor sin duda, si intentaba perfilar a sus personajes sobre el dolor y la soledad la cagó brutalmente en esa escena, y luego el fantasma que cubre todos los tipos encasillados, es decir, el niño es, con el paso de la película y según interesa, burlón, malvado y salvador... y egoísta... más de lo mismo, lo de siempre, buscar la confusión en el espectador y alejarlo de una realiad que explota de repente, sin control, bajo el lema ver lo que necesitamos consigue una comunicación con una tecla que debía haber tocado desde antes, hablar de los terrores infantiles con tan poca psicología es una pena, escusarse en buscarle un amigo o la vuelta de un familiar es casi como un insulto, el pequeño encuentra la paz y ella, según parece, también, tan mala vida tenía...

Tengo cierto gusto por el mundo de los espíritus. No creo en ellos y no les temo, creo sinceramente que hay que temer más a los vivos que a los muertos, pero siempre ha sido un tema que me ha causado cierto interés y me encantan las películas que tocan estos temas, su ambientación, el suspense que crean. Disfruto viendo películas como "Los otros", "El orfanato", "Frágiles" o "El sexto sentido", así que tenía que ver "La maldición de Rookford". Me ha gustado bastante, muy bien dirigida e interpretada, con una maravillosa y espectacular fotografía y ambientación, he disfrutado con ella, me ha mantenido siempre atenta, pegada al sillón y éso creo que es buena señal en este tipo de cine. Además del tema que to ca, lo que más me atrajo a la hora de sentarme a verla fue la participación en ella de una actriz a la que le tenía ganas, una elegante y maravillosa Rebecca Hall que ya se ha convertido en una pequeña debilidad mía. La actriz está perfecta como esa mujer adelantada a su época que lucha por desacreditar a los que se aprovechan del dolor de los familiares que han perdido a un ser querido. Me ha encantado su actuación, seguiré su pista y procuraré ver sus trabajos con Woody Allen y en "El retrato de Dorian Grey". Junto a ella, un actor muy serio y competente que intenta encontrar su sitio en el cine como es Dominic West ( buen culo el que tiene este señor, la verdad sea dicha). Y como secundarios, una magnífica Imelda Stauton, esa veterana del cine británico maravillosa aquí como típica ama de llames inglesa, y un debutante aquí Isaac Hempstead-Wright, con tan sólo once años, dejando una admirable actuación. No es perfecta, ni mucho menos, pero para mí es una muy buena película de suspense.