Me llamo Earl (Serie de TV)

No soy persona de ver muchas series, y menos de seguir una con constancia, siempre termino dejándolas a un lado si se alargan con demasiadas temporadas. Pero "Me llamo Earl" consiguió captar mi atención, ya que la narración me resulta muy entretenida, no tienes por qué ver los capítulos en un riguroso orden y me encantan los papeles de sus protagonistas, sobre todo los de Ethan Suplee, Jason Lee y Jaime pressly; hacen que me meta en la cada capítulo de lleno; y, por si eso fuera poco, cada capítulo da una nueva enseñanza, no solo a sus personajes, sino que también a la persona que ve la serie.
En definitiva, es interesante, pero sobre todo, resulta muy entretenida, cosa que debería cumplir cualquier serie de televisión.

Una de las primeras series que consiguió engancharme es esta enormísima sitcom que narra las vicisitudes de un delincuente de poca monta que comienza a creer en el karma. La lista se convierte así en el macguffin que hace avanzar la trama y conecta episodio tras episodio. En su camino por hacer cosas buenas y reparar las malas acciones que hizo en el pasado, Earl (estupendo Jason Lee) y su inseparable hermano Randy (un no menos estupendo Ethan Suplee) recorren el condado de Camden desfaciendo entuertos (principalmente los provocados por el joven Earl en el pasado) como si de unos modernos Quijote y Sancho Panza se trataran. No puedo dejar de mencionar a la disfuncional familia de Earl; su esposa Joy, su nuevo amante/novio/marido Darnell (AKA Hombre Cangrejo) y sus dos hijos ilegítimos, Dodge y Earl Jr.

El retrato que hace Greg García de la white trash americana es acojonante (ese parque de caravanas, esa taberna cutre) Camden está poblado por una pléyade de perdedores y freaks (y no me refiero solamente a los del circo) tan divertidos como estrambóticos. Forman una galería de secundarios digna del Springfield de los Simpson. Hay continuas autorreferencias al particular universo creado por García, y la serie está llena de innumerables diálogos absurdos y surrealistas, dignos de una película de los Coen.

A pesar del bajón de calidad de la última temporada, la serie merecía por lo menos un capítulo que pusiera fin a la historia. La indigna cancelación por parte de la cadena que la emitía es una fecha que pervivirá en los anales de la infamia (Roosevelt dixit)

En mi humilde opinión esta serie es una de las mejores comedias americanas de los últimos tiempos, es original, atrevida, tremendamente exagerada y por supuesto políticamente incorrecta. Gran parte de que la serie sea tan buena la tienen los guiones que son muy buenos, las reflexiones de "Randy" al final de cada capítulo son increíbles. Las interpretaciones están a la altura de la serie, fantásticos, empezando por Jason Lee, seguido de Ethan Suplee y acabando por Jaime Pressly, sin olvidarse de Eddie Steeples y Nadine Velazquez.

Greg Garcia consiguió en 2005 algo inesperado. En plena época en el que el final de Friends hacia que las sitcoms estuviesen en alza y que la mayoría de comedias de más de seis temporadas tocasen su fin...se sacó Me Llamo Earl, la serie más original, más extraña y peculiar de aquella época.

Y he ahí la inteligencia del producto. Cada episodio cuenta un intento de Earl de cambiar su pasado (con lo cuál cada episodio va por su cuenta y se puede ver por separado) PERO, PERO algunos vuelven a temas tocados en episodios previos y los personajes han sido vistos en otras ocasiones, con lo cuál MERECE Y MUCHO LA PENA ver la serie de principio a fin y no los episodios salteados.

Todos los personajes, destacando un atinadísimo Jason Lee y un Ethan Suplee en estado de gracia están sobresalientes y uno coge cariño incluso a los más insoportables. Todos tienen un halo egoísta y humano a la par que emocional y sencillo que hace que el espectador pueda empatizar con sus problemáticas.

Los treinta minutos de cada episodio están perfectamente equilibrados. No falta ni sobra nada.

Y todo por no hablar de que algunas de las locuras de Earl en el pasado son dignas de mención.

Lo cuál también hace que no todos los episodios sean brillantes pues dependerá del espectador, pero desde luego esta irregularidad se ve compensada por la cantidad de peculiaridades y excentricidades que caracterizan a los personajes.

Lo único malo es que acabase sin un final claro.

Es un producto americano diferente y sorprendente. Y con un uso de la banda sonora MOLTO ACERTADO.

Cualquiera que se considere fanático de series ha de verla.

Para hoy revisionamos a la ganadora de todo un Premio Emmy, ‘Me llamo Earl‘, que fue creada en 2005 por Greg Garcia, protagonizada por Jason Lee, producida por la Fox y estuvo en antena hasta 2009.

A raíz de un punto de partida muy original, con toda la trama del Karma y la lista de por medio, ‘Me llamo Earl’ sufrió el síndrome/problema de tantas y tantas sitcoms: el alargamiento insustancial e innecesario. Con episodios de corta duración (treinta minutos a lo sumo), repletos de golpes de efecto inesperados que la hacían mantener el nivel, Earl y sus amigos nos entretuvieron unos cuántos años. La serie se dejaba ver episodio tras episodio pero, tarde o temprano, fue perdiendo la magia por la dilatación de su argumento.

El bueno de Earl, un tipo que ha cometido una larga lista de errores durante su vida, decide dar un giro de ciento ochenta grados y hacer buenas acciones. Con la ayuda de Randy, su hermano (que es para echarle de comer a parte) y con toques dignos de los hermanos Coen, episodio tras episodio decide enmendar todos los errores que ha ido cometiendo en el pasado.

La serie relanzó a la fama actor Jason Lee, estancado y sin un rumbo fijo hasta ese momento. Tras la serie, se animó a probar fortuna en el cine con las películas de ‘Jason y las ardillas’.

Una serie entretenida y diferente que si pilláis alguna vez en la televisión, os divertirá durante un buen rato.

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