X-Men 3 - La batalla final

A ver... Me quedé asombrado con 'X-Men' y con 'X-Men 2'. Entonces dije: Vamos a por la tercera parte. Y me quedé boquiabierto. No porque superase a las dos anteriores, sino porque cayó en picado. Yo me entretuve con las dos anteriores, y ya entiendo por qué. Porque la dirigía Bryan Singer. Simplemente por eso.
Yo ya me lo temía, al ver que cambiaba el director. Si es que ya me lo temía.
Ay, Ratner, creo que nunca podrás superar a Singer. Nunca. Aun así, la precuela de Hannibal ('El dragón rojo') tiene buena pinta y está dirigida por Brett, pero nunca se sabe.
Este film me decepcionó. Aun así te entretienes con él, te divierte, pero nunca llegará a adelantar a sus dos filmes anteriores.

Ratner añade algo que la saga echaba de menos con Synger, valentía. La primera fase de la saga de X-men concluye con una excelente dosis de acción y sangre, es decir, si algún personaje debe morir o retirarse no pasa nada, es más, eso le añade un grado de sorpresa a una saga que de seguir en manos de su predecesor probablemente hubiera muerto sin habernos dado las geniales 'Lobezno' y 'X-men primera clase'.

Un guión y una dirección más que aceptables, para un buen blockbuster. Y unas actuaciones de Hugh Jackman, Patrick Stewart e Ian McKellen que conocen a sus personajes al dedillo, y donde cabría destacar a Framke Janssen como una de las revelaciones de la película. Muy recomendable, para los amantes del cómic, la acción y en especial los seguidores de la 'Patrulla X'.

Con una segunda parte que elevo el listón hasta límites insospechados, con Bryan Singer “falling in love” con su particular homenaje a Superman y con un director como Brett Ratner debutante y novato en este tipo de cine por no decir en general, la cosa no apuntaba demasiado bien.
Pero recuerdo esa campaña de marketing volcada en el gran numero de mutantes nuevos y gloriosos que aparecerían en la película como Phoenix, Coloso, Juggernaut o Iceman. Y con esos tráiler donde se antojaba un cierre de trilogía épico. ¿Y lo es?

No negare que la historia intenta ser fiel al material anterior, pero quizás sean sus ansias de épica desmesurada la que la alejan de la grandiosidad de X2. De nuevo tenemos una historia cuanto menos original, un mutante que como habilidad tiene el volver humanos a los mutantes. Una gran excusa para desatar movilizaciones pro-mutantes y contra-humanos. Algunos giros más acertados que otros pero que entiendo y valoro las narices que tuvieron para hacer desaparecer temporalmente a personajes icónicos de la saga para acrecentar la sensación de drama, y hay que decir que lo consigue. Y lo de desaparecer temporalmente lo aclarare al final.

Al fin se logro lo que posiblemente la audiencia pedía a gritos y es que X-Men 3 se podía llamar también “Lobezno: La Decisión Final” ya que es Hugh Jackman el que se lleva la palma tanto por su importancia en la historia como por su buena interpretación. Sorprendente esta Famke Jenssen que dota a su personaje de una violencia y potencia acongojante tan solo con su mirada y sus gestos, esta esplendida.

Si aplaudí la elección de John Ottman para la partitura de X2, no voy a decir menos del brillante y excelso trabajo de John Powell. Por favor productores de cine de Marvel y DC tomad en cuenta a este señor, capacitado de sobra para dotar de un nivel musical inolvidable a cualquier film de superhéroes. Quien desee escuchar una muestra de esta potente BSO que escuche el tema: “The Last Stand”, el último track de la bso.

La Decisión Final es más que cine de aventuras, contiene un mensaje tan mutante como real descúbrelo pero no sin antes haber disfrutado de X-Men y X2.

Y curiosamente “La Decisión Final” no es la última, pues pronto Bryan Singer nos llevara a los “Días del Futuro Pasado” y se nos revelara la autentica verdad sobre esta magnífica saga de mutantes.

Cuando fui al cine a ver está película la verdad es que salí encantado, es entretenida, tiene más efectos visuales que las otras dos entregas y el argumento es sólido.

La trilogía de X-Men se cierra (antes de que se reabriera ocho años después) con una irregular película en la que se plantea la existencia de una "cura" para los mutantes. La introducción de la misma no es baladí ni una licencia al aire, sino que de hecho sucede en los cómics. Sin embargo, el título es desacertado porque realmente no representa un final propiamente de estas aventuras por su carácter abierto y para muestras el estreno de Days of future past.

La historia no atrapa tanto como sus geniales películas precedentes. Quizás se podía esperar una culminación más impactante, pero su interés no desaparece por el atractivo de saber qué destino tienen finalmente los mutantes aparte de cómo sigue evolucionando el conflicto entre Charles Xavier y Magneto. Por otra parte existen personajes que aparecen durante poco tiempo y su intervención parece reducida a un cameo. Es el caso de Coloso e incluso de Bestia, que podría habérsele dado un papel algo más consistente.

En cuanto a las escenas de acción se encuentran menos inspiradas, pero al menos seguimos contando con Lobezno que una vez más es estupendamente interpretado por Hugh Jackman. Su gran trabajo durante la saga le facilitará protagonizar una aparte sobre su pasado.

Quizá el problema que tiene esta película es que choca un poco el cambio en la dirección. El anterior, Bryan Singer, supo conquistar a fans y críticos con sus obras sobre los X-Men, pero Ranter no ha podido aprovechar ese legado al máximo. Pese a todo, sus fallos son suavizados gracias a los tres actores estrella: Jackman, Stewart y McKellen.