Amor sin barreras

Es sin duda, el mejor montaje cinematográfico de coreografiado, aparte de buen colorido, y espléndida banda sonora. Muy buenas las interpretaciones, de Rita Moreno y George Chakiris, cabe destacar también, la intervención de Russ Tamblyn. Natalie Wood, con su belleza serena y angelical, que le caraceriza, muy adecuada para el personaje.

Vale para argumentar que West Side Story es uno de mis musicales predilectos por sus canciones, ¿no? Obvio, parecerá. Pero yo me refiero a las canciones per se y parecerá que estoy cometiendo una contradicción. Me refiero a escuchar simplemente las canciones fuera de la película, como estoy haciendo ahora en Spotify. Suele decirse que una banda sonora es buena en la medida en que case integrada en la película, pero es que en este caso la regla, si a pies juntillas hay que seguirla, me da igual. Oíd Tonight a secas, por ejemplo.

¿Vale, para argumentar lo mismo, que Natalie Wood? Argumentaré, si es necesario, lo que vi estrictamente en la película. Me olvidé de la historia de que si Romeo y Julieta en New York City (es lo mejor) más que nada por los bailes del principio, los jets, las coreografías, los picados, las grúas. Si el cine se alimenta de cinefilia, el cartel de la película. Hay dos tipos de canción en la historia del West Side. El amor protagonista y las canciones cantadas por los actores secundarios. Elevadas estas últimas a la categoría de igualdad con el amor cantado de Tony y María por: la calidad del compositor Bernstein, las letras de Sondheim y Rita Moreno, que sí cantaba de verdad.

Ultimo gran musical de la época de los musicales. Lo que vino después fueron generación espontánea y no tenían que ver ya uno con otro. Y aunque West Side Story en algún momento todavía bebe de los Kelly-Donen, ya no tenía mucho que ver con el musical de oro de Fred Astaire. El musical se moría y sólo estábamos en 1961.

Dados los problemas de sobrepoblación que comenzó a sentirse en Puerto Rico desde los años 1940, cientos de familias optaron por emigrar hacia la nación que les convirtiera en colonia desde 1890, y allá se quedaron, no obstante que, EEUU, inició un plan de recuperación económica de la isla, por allá por 1948.

Por entonces, el encono racista estaba en un momento álgido, porque los negros comenzaban a mostrar su capacidad de respuesta tras las largas y toleradas infamias cometidas contra ellos, y la xenofobia gringa se extendió también hacia los latinos y esto incluyó a los portorriqueños solo porque su piel era morena y en algunos casos negra.

Fue este hecho el que motivó a los productores de “WEST SIDE STORY” a cambiar la inicial historia romántica entre una chica judía y un muchacho católico, pues resultaba mucho más actual convertirlos en una morena joven de Puerto Rico y un chico blanco de New York, salpicándolos con un cierto aire a tragedia clásica, muy al estilo del Romeo y Julieta de William Shakespeare.

Es necesario reconocer que, el musical escrito por Leonard Bernstein y Stephen Sondheim para los escenarios de Broadway, merece una nota sobresaliente, pero además de que fueron muy puritanamente modificadas muchas de sus letras para la versión cinematográfica, desluce saber que en la mayoría de los casos, las voces de los protagonistas fueron dobladas por otros intérpretes. También puedo aplaudir la significativa composición 'de encierro' de ciertos planos, basada en pinturas de Ben Shahn y otros reconocidos artistas newyorkinos. Y creo que resultaron de muy buen tino esos títulos de crédito diseñados como graffitis.

Pero también puedo decir, que "WEST SIDE STORY" contiene falencias y tendencias intolerables que me permiten asegurar que ha sido excesivamente sobrevalorada. Veamos: con excepción de George Chakiris, Russ Tamblyn y Rita Moreno (la única boricua legítima, violada cuando era una adolescente), los demás chicos -casi todos- resultan tan livianos y posudos como en las posteriores películas de Presley o de Travolta. Bien como bailarines, muy flojos como actores.

Y la peor parte del filme está en la historia de Ernest Lehman. No obstante que se planta la idea -externa y general- de que se está cuestionando las rancias confrontaciones raciales, el filme destila racismo puro cuando el policía “pacificador” demuestra claramente su desprecio por los latinos, y al final, hechas las cuentas de las víctimas, peores resultan los puertorriqueños que además asumen el acto “imperdonable”. A los americanos, en cambio, se les da ocasión de arrepentirse durante el intento de abuso que acometen, asumen posiciones reflexivas tras cada acción fuera de lugar, tienen a la policía de su parte, y son los que dan idea de haber aprendido la lección. Y qué tal poner toda la responsabilidad de la descomposición social en las espaldas de los jóvenes, mientras que los “sabios viejos” los estigmatizan, los culpan de la violencia imperante, los asumen con distanciamiento… o los desean muertos o en chirona. Lehman y Wise lucen en definitiva, tan sesgados y cortos de vista, como cualquier viejo amargado de cualquier calle de cualquier ciudad. ¡10 oscares! ¡¿Una obra maestra?!... ¡Mamola!

Título para Latinoamérica: "AMOR SIN BARRERAS"

Robert Wise sorprendió a propios y extraños realizando una nueva versión del “romeo y Julieta” shakesperiano, en una moderna y excelente creación musical.
He visto la película una cuantas veces, y reconozco que me encanta, no soy fan de los musicales, ya que algunos me parecen pretenciosos e inocuos, sin embargo, el que nos ocupa aún permanece en mi corazón por una serie de cosas que a continuación detallaré.
En primer lugar está muy bien escrito, los personajes tienen identidad propia, son, por así decirlo redondos, cada uno de los personajes (que no protagonistas) tienen un sentido calibrado dentro del filme, consiguen gracias a la suma individual crear una gran colectivo que enriquece cada plano de la película. Si hablamos de planos, quien no puede sentirse emocionado al ver cada uno de los planos-secuencia que incorpora la misma? Los decorados son hermosos, tanto los exteriores como los interiores, el vestuario milimetrado para realzar los orígenes tanto de los Jets como de los Tiburones…
Las interpretaciones principales, son, desde mi punto de vista quizá lo peor de la película, sobre todo en los momentos más dramáticos de la misma, no lo sé, pero no me creo a Natalie Wood mientras llora, creo que este es, quizá el punto negro de la película. Luego está Rita Moreno, que ilumina cada escena en la que aparece, está genial, tanto en sus momentos más dulces como en los extravagantes.
Imprescindible que se vea, y, si se está enamorado como es mi caso, obligatorio, ya que muestra como el amor puede captar dos almas unidas desde siempre sin que ellas lo sepan.

No es de extrañar que "West side story" consiguiera tantos Oscars y que esté considerado como uno de los mejores musicales de la historia del cine. Si bien su argumento versiona claramente a "Romeo y Julieta" de Shakespeare, innova en cuanto a tocar dos delicados asuntos políticamente incorrectos para la época de su rodaje: La inmigración y el racismo. Incluso se atreve a hacer una durísima crítica contra el pensamiento norteamericano de desconfianza y trato de inferioridad hacia otros grupos étnicos. No hay más que comprobar el propio comportamiento de los policías que patrullan por el barrio de los pandilleros. Un hecho que, desgraciadamente, todavía podría extrapolarse a la actualidad.
Es trágico por el elemento dramático que se desencadena como consecuencia del odio entre los Jets y los Sharks por dominar y controlar las calles, teniendo como punto culminante el momento en que Tony pasa de apaciguador a verse involucrado en la pelea (no cuento más para quien no la haya visto).
Moderna por su variedad de ritmos y melodías, "West side story" también conserva todo un aire clásico por su brillante partitura, compuesta por Leonard Bernstein y llena de temas inmortales que todavía están presentes en el repertorio de artistas operísticos y de otros géneros (sin duda el más célebre es "Maria"). Para mí la música y las coreografías en los enfrentamientos entre bandas son los elementos que contribuyen a que haya sido recordado por encima de musicales emblemáticos en su día. Porque lo de la historia de amor a primera vista y la rapidez con que se desarrolla la misma es poco creíble. Tan sólo sirve para contextualizar el escenario que dará lugar a la tragedia.
Lástima que los jóvenes protagonistas bailen mejor que cantan, a excepción de Richard Beymer y Natalie Wood, los cuales fueron doblados y eso se nota. Aun así, a destacar el papelón de George Chakiris como Bernardo.