Shadowheart

"Shadowheart", algo así como corazón sombrío, aunque a la hora de la verdad resulte más bien un corazón mermeladesco.
Primera escena, en la orilla de un río plagado de hojas y flores en la superficie del agua, dos niños guapitos con sus melenitas rubitas, bien peinaditos se miran y se contemplan. Se trata de James Connors (Ament) y de Mary Cooper (Alton). Colores cálidos realzan la imagen.
Siguiente escena. Un clérigo encaramado en lo alto de una escalera pinta la iglesia de Legend mientras dialoga con su hijo James sobre el perdón y demás, "Conoces la Biblia tan bien como yo, pero ¿la entiendes? -Si la entendiera no os necesitaría". Versalles.
De momento aparece un tipo mal encarado, Will Tunney (MacFadyen), le suelta un tiro al predicador y se va de rositas al saloon.
Ante semejante panorama James de larga de allí, marcha a la guerra como soldado sudista (aunque no es esclavista, por supuesto), se hace luego cazarrecompensas y la profesión lo lleva de nuevo a Legend donde Tunney se ha hecho el amo de todo. De todo menos de Mary.
No hay que ser muy listo para adivinar el resto.
Una trama harto repetida desarrollada a través de un guion demasiado previsible, realizado con un ritmo lento y premioso que se recrea en escenas "bonitas", de amor y tal y tal. Mucho caramelo.
¿Los personajes? Los buenos muy buenos y los malos muy malos. Algo más difícil es clasificar la maldad de Tunney, un malo un tanto botarate, pueril, uno de esos chuletillas que solo pueden imponerse sobre la base de la estulticia y de la cobardía de todo el pueblo que le pertenece por completo. Siempre lleva encima todas las escrituras.
Salvamos algunas escenas como la del baile tras la boda, la ambientación y poco más.
Cinta floja que solo recomendamos a los fans de "La casa de la pradera".