Onda expansiva: Shock Wave

La película de acción que ha arrasado en Hong Kong. Su cine de acción no tiene nada que envidiar a cualquier superproducción de Hollywood que usa la fórmula clásica de éste género: persecuciones, escenas de lucha, explosiones, un héroe que en solitario acaba con todos los malvados, presupuesto estratosférico y grandes estrellas del cine. Lo cumple todo, pero trasladado a los cánones del cine asiático: luchas donde predominan las artes marciales, mayor crudeza en las escenas de violencia, duración más extensa del metraje y reparto asiático claro. En ésta ocasión el protagonista es un superagente de policía de Hong Kong que ha conseguido acabar con una banda criminal estando infiltrado años entre sus líneas. Pero algunos de sus miembros han conseguido huir y desean vengarse a lo grande. En sus dos horas de metraje hay escenas de acción por doquier, persecuciones, tiroteos, de todo. El film lleva buen ritmo en general, menos en las partes en que el protagonista conoce a una mujer y tiene una relación bastante paternalista con ella que no acaba de funcionar en la película. En el momento en que la banda criminal decide poner explosivos en un gran túnel de Hong Kong, la película despunta en situaciones extremas y tensión, hasta su clímax final. Una buena película de acción que no tiene nada que envidiar al cine made in Hollywood. Y un detalle que me ha llamado la atención: aquí los malos tienen más puntería que en las películas de Hollywood, y tela la de inocentes que acaban muriendo en las escenas de acción.

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En Asia saben como hacer buen cine de acción, y en Hong Kong en particular llevan años dando lecciones sobre ello. En esta ocasión no podemos decir que estemos ante una de sus obras cumbre ya que recurre a tópicos manoseados en demasiadas producciones occidentales, en lugar de intentar crear algo distinto basado en una idiosincrasia propia. Un artificiero de la policía es objeto de las iras de un mafioso/terrorista por haberse infiltrado en su banda años atrás. Tomará un túnel plagado de rehenes para cobrar un enorme rescate mientras consuma su venganza.

El problema que tiene esta cinta es que, hasta llegar al tramo final es demasiado irregular, con altibajos que te hacen desear darle al botón de adelantar. En concreto, la subtrama de la chica es un lastre, la película decae cada vez que se le da presencia en pantalla. Debieron aprender de The Raid que una vez se inicia la acción lo mejor es no levantar el pie del acelerador. Me gustaron, por contra, los momentos en que el artificiero aplica sus técnicas para desactivar explosivos, más detallados de lo habitual.

El tramo final que mencionaba es un digno colofón y recupera parte de lo perdido en los intervalos menos afortunados, con un buen momento dramático final, potente y emotivo. No obstante, no es un producto que vaya a dejar una gran huella en la retina ya que como intento de cine de acción con cierta carga emocional no termina de funcionar en toda su extensión. La trama del túnel tarda demasiado en arrancar y sufre de bajones de ritmo que una cinta como esta no se puede permitir. Aprueba pero no va mucho más allá.

Es realmente increíble lo placentera que fue la experiencia de ver esta grandiosa película. Ha sido definitivamente una maravilla narrativa tan entretenida como atrapante. En resumen, pase un excelente rato y disfruté de una historia muy pero muy bien contada.

Ciertamente, la trama suena bastante familiar y hasta trillada. La premisa y el trailer llevaría a pensar que es una más del montón: otro thriller de acción repleto de clichés y reciclando ideas de otras cintas. No niego que, por momentos, recuerda a Die Hard with a Vengeance, Speed, Daylight, 12 Rounds y The Taking of Pelham 123; sin embargo ello no la limita ni la hace menos. Más bien, esta película sobresale del género pues combina delicadamente elementos de historias ya vistas y los eleva a un producto final digno de considerarse ejemplar. La grandesa de esta película es justamente que se llega a sentir como un clásico de acción. Al verla tenía la sensación de que estaba en presencia de un una de esas obras arquetípicas que sirve como fuente de inspiración para el desarrollo de un subgénero completo.

Tal aspecto es el que más rescato de esta película. Que por más familiares que sean varios de sus componentes narrativos la cinta se siente enteramente fresca. Es hipnotizante. El suspenso es implacable, la tensión constante, el romance conmueve, los destellos de humor son tan efectivos como y gratificantes, resulta inevitable preocuparse por los personajes y el asombrarse con las grandes secuencias, el disfrutar de tanto de los protagonistas como de los antagonistas... son demasiados aspectos positivos de esta película que merece ser vista.

Acepto que claramente la cinta funciona como un un thriller de acción sumamente entretenido y sobre el cual no hace falta pensar ni reflexionar para disfrutarlo. Aún así, ella tiene un enorme valor dramático que le da mayor significado a la historia, les garantiza una gran profundidad a los personajes y hace de la trama el vehículo de una conmovedora moraleja. Eso es sencillamente un plus y es que lo valoro como tal. El primer rol de la película no es el de ser un sermón sino que primero es entretenimiento y después es que tiene la virtud de estimular la reflexión. Así es como yo considero que debe ser.

Ya sea como sea, sin duda recomiendo esta película. Es de visionado obligatorio para los fanáticos del cine de catástrofes y de los thrillers de acción. En especial creo que gustará a los admiradores de Jack Bauer. Es muy probable que te guste si te gustó Jack Ryan: Shadow Recruit, Poseidon, la miniserie de The Adventure of the Poseidon, Daylight, Die Hard with a Vengeance, Sudden Death, 12 Rounds, 12 Rounds: Reloaded y Olympus Has Fallen. Por cierto... esta peli tiene una de las escenas dramáticas más abrumadora, dolorosa, conmovedora, desgarradora y, sobre todo, memorable dentro de este género. Esa escena sobrepasa en su fuerza dramática y en la marca que deja en uno a una gran infinidad de películas dramáticas completas.