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brilliantlove

Drama. Romance El británico Ashley Horner plantea en 'BrilliantLove' su crítica particular sobre el mercado del arte. Una bonita y sencilla historia de amor y sexo explícito en torno a la bella taxidermista Noon y su compañero sentimental Manchester. Unas comprometedoras fotos amenazarán con hacer estallar la burbuja en la que vive la pareja. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
6 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
O sea, como soy un rijoso empedernido, veo en la programación del canal Sundance de Movistar+ (lo de Sundance ya tendría que haberme puesto en guardia), The Orgasm Diaries. ¡Qué bien!, piensa el mentecato, y va a consultar IMDB. Guay, oral sex, female frontal nudity, breast suckling, bueno, la repanocha. El mentecato va y la graba. Postrado en su lecho gripal, y por tanto de mala leche, la ve ayer. Bueno... La historia gira en torno a dos deficientes mentales que viven en un agradable garaje lleno de mierda (ella es taxidermista), donde invierten su tiempo en tres actividades básicas: 1) follar; 2) colocarse; y 3) decir unas sandeces de vergüenza ajena. Si alguien cree que el amor y el deseo van de eso, pues adelante. Él, que es el más imbécil de los dos (como suele ocurrir casi siempre), disfruta haciendo fotografías a su amorcito, incluso cuando están follando, pero como su estupidez es descomunal y lleva un pedo que ni os cuento, olvida en un pub un sobre con las fotos recién reveladas. Después, mea. Bueno, siempre está meando, para ser sinceros. En cualquier sitio. Salvo en lavabos, donde le sale del pito. Pero sigamos. Un tipo al que ha manchado de licor en el susodicho establecimiento va y se sienta donde el memo estaba sentado, ¡y encuentra las fotos! ¡Vaya por Dios! ¡Y las mira! ¡Y lo ve claro!. Porque-se-dedica-a-la-pornografía. Pero en plan fino, ¿eh? Nada de horteradas. Le gusta la chica (cosa que me parece asombrosa) y la técnica fotográfica del gaznápiro. Como es muy avispado, y se ve que eso de vivir en garajes está de moda, los busca hasta localizarles, los lleva a su lujosa casa, y le dice al cateto que es un genio y que van a revolucionar la fotografía erótica. Mientras tanto, la chica se pasea desnuda por la casa, se masturba, se fotografía el coño, ya sabéis, lo que hacemos todos cuando vamos a casa de alguien a quien acabamos de conocer. Descubrimos también que al lerdo le gusta hacerse pajas sobre ella cuando está dormida, lo cual la cabrea bastante. Bueno, total, que el pornógrafo presenta al gilipollas a un galerista que parece Andy Warhol con peluco, y la cosa entra ya en derroteros grotescos que no voy a desvelar. La fotografía es chapucera, suenan unas cancioncillas presuntamente hippies de lo más irritante, y la actuación de la pareja protagonista es de bofetada. ¿Y el erotismo? No sé. Debió quedar olvidado en algún rincón de la mente de los autores. Porque la película no te pone nada nada nada. Mejor dicho, sí que te pone: de los nervios. A evitar cuidadosamente.
Eduardo
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5 de agosto de 2014
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No hay diálogos inteligentes, no hay un guión sólido que nos conduzca a través de una historia interesante o por lo menos entretenida. Sinceramente, ni siquiera me sirve como película erótica. No, no os dejéis engañar por el argumento, no hay nada de sexo explícito. Como mucho, desnudos explícitos y absurdos por doquier. Sólo provoca pena y vergüenza ajena. De comedia, nada.
¿De qué trata? Digamos que así comienza todo: El rancio saca una foto a la taxi dormida. Después, media hora sentado en una silla, en actitud contemplativa. (¡Dios mío, qué cosa tan lenta!) El rancio vestido con una chaqueta, guantes rojos y calzoncillos blancos bastante holgados sube al tejado, donde tiene una alfombra. La taxi sale de la cama desnuda, bajo una manta, sube con él y se ponen a hacerlo sobre el tejado con una música repetitiva y rítmica que acompaña al movimiento al aire libre.
Después de aparecer el título en pantalla, ella piensa sola. Luego están en una hamaca, en silencio. Sigue sin pasar nada, excepto que él mea y después ambos se ríen porque ven un gato negro. Siguiente escena, hay un pájaro muerto. El rancio lo propone como desayuno pero ella lo congela porque es taxidermista. La taxi le insulta y a cambio él saca una foto de su culo desnudo. Se ríen, tiene hambre. Así que sale, le compra una grabadora a unos niños.
El rancio va a revelar las fotografías, pero otro hombre lo hace por él o tendrá problemas. Después, están borrachos en un bar. Escena de pájaro muerto. El hombre trajeado aparece en pantalla, en el baño, donde el rancio le mancha el traje con el licor. No pasa nada, el hombre trajeado encuentra las fotografías que ha dejado olvidadas en el bar, fotos de su pareja desnuda. De nuevo, el pájaro muerto. Resulta que ella tiene una colección de pájaros disecados.
El hombre trajeado va a una biblioteca y comparte las fotografías con otra mujer. La taxi sigue haciendo cosas raras de las suyas. Se escucha un gato. Llega su pareja borracha. Le pide que tenga un diario, (será para dejarlo también en el bar). Ella sonríe al escuchar su grabación, él eructa. El rancio tiene resaca, pero ella le despierta metiendo una teta en su boca. Se abre la persiana, encuentra otro pájaro muerto.
El rancio se va. La taxi se graba mientras se masturba. El rancio roba en una gasolinera. Ella se masturba mientras se escucha lo que piensa. Él sigue huyendo del encargado gordo de la gasolinera. El hombre trajeado mira una foto de ella desnuda. El rancio llega a casa cuando ella ya ha terminado de masturbarse. Vacía la cazadora de todo lo que ha robado. Se ríen. Escena en la que comen jamón en postura de simio. Tienen hambre. Hablan de mascotas. Ella se ríe, se besan y lo hacen.
Mientras tanto, el hombre trajeado abre un portón y aparece un mujer fornida en bikini haciendo pesas. Ellos desnudos en la cama, la taxi le manda a por zumo. Lo trae, pero en hielo. Se lo pone a la altura del pene y ella finge una mamada. Se besan, juegan con hielo en vez de con fuego (espero que no le metiera también el plástico del helado flash, con lo que cortan esos bordes). El gato interrumpe. El hombre trajeado abre otro portón y aparece un desconocido limpiando el coche. El rancio se lo hace mientras saca fotografías, pero ella se hace daño y jura venganza. Él se huele el sobaco. Ella aparece con un parche en el ojo...
Y poco más. Hasta ahí pude soportarla en su totalidad. A partir de ese momento, mis neuronas se pusieron a chillar histéricas, suplicándome que, por favor, dejase de torturarlas. Resulta que el hombre trajeado sigue con el tema de las fotos, mientras ellos siguen haciendo y diciendo cosas raras, masturbándose juntos o separados... En ocasiones, el rancio también mea en otras escenas, hasta en público.
Básicamente, esa es su esencia. En definitiva, esta película es la cosa más aburrida, idiota y abominable que he conocido. Y cuando por fin se termina, una sola pregunta asalta mi mente. ¿A quién puede gustarle esto?
Pavorosa
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31 de julio de 2015
Sé el primero en valorar esta crítica
Trata sobre la relación entre una pareja de jóvenes malcriados, extremadamente vagos y, añadiría, con un puntito de deficiencia mental, que viven en un mundo paralelo donde sólo existe su amor monogámico y que todo lo que viene del exterior no es más que amenazas que pueden destruir su mundo perfecto que se han construido.
Las películas sobre relaciones de pareja suelen ser aburridas, pero BrilliantLove es aburrida incluso comparada con ese tipo de películas. Tiene algunos planos geniales, que no la salvan de su mediocridad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
adelgadoccm
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