Jugando en los campos del Señor

La película me parece una párábola excelente sobre la intromisión del occidental en culturas, espacios y modos de vida que le son ajenos. Babenco aporta una mirada excéptica y lúcida al tiempo, de los distintos "recursos" que los occidentales hemos perfeccionado para destruir todo aquello que no entendemos. El poso final parece de desesperanza; no tenemos forma eficiente y correcta de acercarnos a esas culturas... pero, creo que por encima de todo Babenco quiere decirnos que no experimentemos, que la única forma de enfrentarnos a otras culturas es respetándolas y no entrometiendonos en sus formas de vida.

En su linea de autor que denuncia situaciones concretas, de apariencia irreversible, Héctor Babenco (brasileño y argentino) aprovecha esta novela de Peter Mathiessen para junto a Jean-Claude Carriére (apreciado guionista de Luis Buñuel) clamar contra la intervención en el Amazonas de aquellos que, yendo de salvadores o conquistadores, arremeten contra tribus y pueblos sea cual sea el interés: material o espiritual.

La pretensión de conseguir un apocalíptico final haciendo énfasis en los nuevos, aunque conocidos, jinetes: colonialismo (políticos, ejército y multinacionales), religión e iluminados bienintencionados, supera un poco la voluntariosa capacidad de Babenco, pero queda bien clara su intencionalidad. Le ha faltado ligazón, que no tiempo de metraje, para redondear una historia en la que el protagonista (indio norteamericano) tal vez no sea el más adecuado para hacernos creíble su personaje.

El tema que trata la película siempre me ha dado cierta rabia desde que lo estudiaba en mis clases de historia.
La película está ambientada en los años 80 cuando un grupo de misioneros se adentra en el Amazonas para cristianizar a una tribu indígena. Siempre me he preguntado el porqué de esa obsesión por matar tradiciones y culturas de individuos, y así imponer otras. Está demostrado que lo único que se consigue es la destrucción del individuo y de una cultura ancestral. Es la desaparición de tradiciones y la muerte de individuos que se niegan a que se les impoga una manera de vivir y pensar diferentes.
En este caso, un grupo de misioneros se adentran en lo profundo de la selva y juegan con las vidas de una tribu. Una tribu que es féliz en su ignorancia de los avances humanos y de un Dios que no es tan diferente al que ellos rezan.
La película trata el tema de una manera bastante clara y suscita diferentes opiniones sobre la situación que se crea.
No obstante, la película tiene una duración de 3 horas. En mi opinión demasiado para lo que se narra. Al final, todo resulta un poco pesado, y lo que podría haber sido una historia que marcara, llega a ser un film que acaba cansando en cierta medida.
En fin, película que trata un tema que ha causado millones de muertos a lo largo de la historia y la desparación de miles de culturas. Una película que muestra un Amazonas mágico y terrible. Una selva que esconde más de lo que ofrece, y que guarda en su interior un mundo paralelo a la realidad actual. Película entretenida, pero lástima su larga duración que acaba resultando pesada.

Película con aspiraciones, pero que ha pasado muy desapercibida en la historia del cine. Y esto es por algo.

Realmente, lo mejor de la película es el mensaje que nos transmite, y que esté rodada en el Amazonas (algunas imágenes son espectaculares). Lo demás es demasiado simplón. Creo que quitándole media hora o tres cuartos de hora, el resultado hubiera sido similar y hubiera ganado en dinamismo. Se acaba haciendo demasiado larga, pero además, a pesar de sus tres horas, tampoco te da la sensación de haber profundizado en exceso en sus personajes. En mi opinión, se recrea demasiado enseñándonos rituales y costumbres de los indígenas. Aunque hay que reconocer que tiene algunas escenas buenas.

En ese tipo de películas se agradece que el director le imprima un poco más de carácter. La fotografía, el ritmo y la puesta en escena en general es demasiado complaciente y no arriesga en ningún momento, lo que la hace más monótona.

Sin duda lo peor es ver a Tom Berenger haciendo de indio americano con su posterior transformación.

Aunque no es una gran película, tampoco creo que sea una perdida de tiempo. Se deja ver.

El principal defecto como película es su excesivo metraje.

Luego la historia no se hace atrayente, hay momentos que parece despegar, como cuando parece que se va iniciar una pugna entre las dos iglesias o cuando el hijo del predicador se hace amigo de los pequeños indígenas, pero queda en algo puntual.

No entiendo muy bien la idea de la película, lo que realmente quiere mostrar, pero si lo hay lo hace con poca profundidad o coherencia.