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Yo, el Vaquilla

Drama Relato de las andanzas de un famoso delincuente juvenil de Barcelona. Juan José Moreno Cuenca, alias "El vaquilla", es abandonado por su familia nada más nacer. La madre no tarda en encontrar otro hombre y el niño debe buscarse la vida por sí solo. Esta es la historia de este conocido delincuente, que pasó la mayor parte de su vida encerrado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
2 de agosto de 2014
60 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
Les propongo que hagan una comparación entre la historia de "El Vaquilla",llevada al cine en varias películas (una de ellas, de la que hablamos) con la de Eleuterio Sánchez "El Lute", interpretada por Imanol Arias en dos películas ("Camina y revienta" y "Mañana será libre")

Y no me refiero sólo en cuanto a méritos cinematográficos. Las películas de "El Lute" fueron bien dirigidas, bien interpretadas, con estilo sobrio, sin escatimar una denuncia social que estaba hartamente justificada, no se hacían monótonas, eran realistas. "Yo, El Vaquilla" es mala de solemnidad: pésimamente dirigida e interpretada, reiterativa en las escenas de persecuciones policiales, y sobre todo con un demagógico tono de "denuncia social" que hace aguas por todos los lados, que no sería mínimamente creíble a no ser porque a los espectadores, sobre todo los que eran adolescentes en la época en la que se exhibía, les encantaba el tonillo de "Robin Hood", de "Rebelde sin Causa", de "Curro Jiménez", de "Burlador de la Justicia". A los espectadores les encantaba esto hasta que al salir del cine un grupo de navajeros como los de "El Vaquilla" les quitaba hasta el último duro de la paga semanal y las cazadoras, o una cuadrilla de gitanos les atizaba dos guantadas por "mikrar mucho a su hermana".

Porque todo lo que se cuenta en esta película rezuma falsedad, oportunismo, intención de hacer taquilla con un grupo etario, los adolescentes, y más de cierto nivel social (no precisamente elevado), que empezaban a contar con poder adquisitivo (motu propio o motu del último palo dado) y ganas de gastarlo en ocio.

En "El Lute" se cuenta la historia de una familia de marginados analfabetos, discriminados, que viven en chabolas y cuya carrera de robagallinas fue convertida por obra de un régimen dictatorial que elevó a un simple desgraciado (en el más digno sentido de la palabra) a la categoría de "enemigo público número uno" para los propios fines propagandísticos del régimen, entre ellos culparle de la propia horrible represión franquista. En "El Vaquilla" tenemos una familia, o un grupo social, cuyo único interés parece ser vivir fácilmente, sin dar un palo al agua (pero dando "palos" a todos los que puedan) y tener dinerito fresquito para cantar, beber, jugar, fumar, juergas y todo lo que se les ocurra.

Desde el inicio de la película, no da la impresión de que la familia de "El Vaquilla" no pueda encontrar trabajos dignos. En la España de los setenta, -menos aun en los ochenta- aún siendo gitanos, no parece creíble que algunos o algunas de los innumerables familiares de "El Vaquilla" no pudieran encontrar un empleo digno y honrado, aunque hubiera sido de peón de albañil, empleada del hogar, mecánico, etc

Más bien parece que ni lo intentan: es más fácil mangar una caja de herramientas en una obra que trabajar seis horas al sol para comprarse una. Es más fácil robar un cajón del colegio para jugar al futbolín que aguantarse e irse a casa a hacer los deberes..

Desde el principio, salvo el personaje de la madre (que no parece tener ningún interés tampoco en trabajar honradamente, pero al menos no dice querer eso para su hijo) todos los Tíos Manueles, Tíos Pacos o Tíos Mamertos que aparecen por la película están contentos con su "trabajo" de vivir a costa de los demás e invitan al niño Juan José: "A ver cuando vienes a robar por ahí conmigo". En loc cine forum de la época se decía "la culpa de la marginación es de la sociedad", sin pensar en que estos delincuentes y chorizos de poca monta ni siquiera dieron una oportunidad a la "sociedad".

Y otra cosa que se repitió mucho en la época es que estos grupos tenían su "dignidad" y su "código del honor". En la película se intenta representar esto, pero eso es más falso que un billete con la cara del "Vaquilla". La dignidad y el honor no la tienen los actos, sino los sujetos. No hay dignidad en un sujeto que le raja la cara a un infeliz porque su cara le ha caído mal, aunque luego se niegue a denunciar a otro de sus colegas delincuentes (y, que conste, "El Vaquilla" fue un chivato, al menos durante su época en prisión y de adicto a la heroína). Hay más "código del honor" en un taxista que está doce horas con el volante y devuelve una cartera (o no cobra la carrera a un inmigrante que no tiene un duro) que en uno de estos que, porque le apetece ir a la playa, revienta un coche y deja sin vehículo a un honrado trabajador que apenas llega a fin de mes.

Quizás alguien crea que suy racista. Yo creo que no. "El Lute" robaba para comer, él y su familia, y luego supo levantarse. Los delincuentes juveniles tipo "El Vaquilla" o "El Torete" robaba para impresionar a la "cheli", para ir al cine o echar un futbolín, y más adelante para "un buga", "un pico", etc

Cuando murió, "El Vaquilla" iba a salir de la cárcel. Hay quien dice que podría haberse rehabilitado, encontrado un trabajo honrado... Sinceramente ¿ven ustedes a Moreno Cuenca en una Droguería aguantando una reclamación de un cliente con una disculpa en la boca?

Yo, no. Y parte de la culpa la tiene el "cine de quinquis", que glorificó a unos miserables que, por el motivo que fuese (y, desde luego, no sólo "la sociedad") habían tomado un mal camino y ni supieron ni quisieron abandolarlo
Bobby Lee
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23 de enero de 2008
37 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro título más del cine "kinki" español que relata las aventurillas de El Vaquilla, gran personaje delincuente que campaba por Barcelona durante los años setenta y ochenta. Dirige la película José Antonio de la Loma, que dirigiera también la trilogía sobre la vida de otro grande de la época, El Torete. Con menos calidad que en sus predecesoras, la película toma esta vez una narración en primera persona del propio personaje interpretado, Juan José Moreno Cuenca El Vaquilla, lo cual le da un toque de originalidad no visto hasta entonces en este género. A modo de entrevista, durante ciertos pasajes de la entrevista, cuenta como fueron sus inicios y sus andaduras por el mundo de la delincuencia.
En fin, la sensación es la misma cuando ves este tipo de películas: por lo menos antes teníamos un género propio, nuestro y que en ocasiones llegaba a ser brillante. Recuérdense Navajeros, La Estanquera de Vallecas o los Placeres Ocultos. Esta, sin llegar a ser tan brillante ni mucho menos como aquellas, sin embargo si deja ese regusto a que cualquier época pasada fue...más interesante.
Alfie
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6 de septiembre de 2014
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Nunca trabajes con niños, ni con animales, ni con Charles Laughton". Más claro, agua. Lo dijo Alfred Hitchcock, que de cine sabía algo. Jose Antonio de la Loma rompió este axioma para rodar otro de sus quinqui-films, hasta el punto de dar la sensación de que habría contado con Laughton para participar en este engendro, de haber estado aún vivo el actor británico, claro.

No era la primera vez que el cineasta catalán rodaba con actores no profesionales y hasta con quinquis habituales (Angel Fernández Franco, el mítico "Torete" de su saga "Perros callejeros"). Pero lo de darle protagonismo al repelente Raúl García Losada y sus pequeños compañeros de correrías fue un terrible error de cáculo. Porque cuando una película tiene un guión tan pésimo y poco trabajado como ésta y una realización técnica a la que calificar de "amateur" es quedarse cortísimo, podría tener algo a lo que agarrarse si sus personajes y sus actores fuesen mínimamente sólidos y convincentes. Pero es que en esta bazofia no se salva NADIE.

Aburrida, repetitiva, larguísima sin necesidad. Uno de los peores films del género quinqui ochentero español.
Ed Lauter
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7 de noviembre de 2017
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me repito bastante pero es lo que hay. La gente debería documentarse un poco antes de criticar o poner una nota baja a una película. Al trabajo de José Antonio de La loma se le puede tachar de poco creíble y muy exagerado sino conocemos bien de que se trata. Por eso invito a todo aquel que quiera disfrutar de esta película que se lea la biografía de Juan José Moreno Cuenca y saldrá de su asombro cuando compruebe de primera mano que todo lo relatado aquí es un fiel reflejo de lo vivido por nuestro protagonista y sus más fieles colaboradores en ese mundo delictivo en el cual creció.

Soy de las personas que aseguran que en la mayoría de los casos hay otra opción antes de escoger vivir al margen de la ley, pero reconozco que algunos se ven claramente empujados a ella. El Vaquilla crece sin padre, con una madre que aparte de traer hijos al mundo, se dedica a sobrevivir haciendo de todo menos trabajar, y cuando digo todo, dejó a gusto del lector lo que se le pueda pasar por la cabeza. Sin una figura paterna y una madre de este tipo, el chaval está continuamente viviendo con malas compañías que le inculcan precisamente lo que no haría jamás un familiar o un buen amigo. Sin normas, sin educación, sin estudios y sin un hogar al cual pertenecer y arraigarse, Juan José irá preparando unos cimientos muy fuertes en el mundo delictivo, al cual se engancha a la temprana edad de nueve años. Posteriormente aprendería a conducir y con tan solo doce años se convertiría en un experto conductor que traería en jaque a la policia del momento.

Me ha gustado mucho como se intercambian las escenas de la infancia y adolescencia del chico, con la entrevista ya en edad adulta. La película funciona muy bien y no deja lugar al aburrimiento.
THE CROW
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18 de febrero de 2018
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es de mis preferidas sobre el cine kinki, pero me gusta este tipo de productos, rodados en su mayoría al final de la década de los 70 y principios de los 80.

Las actuaciones son pobres, porque lo que se trata de relatar es la delincuencia extrema de unos chavales sin objetivos, casi siempre basada en sucesos reales.

Todas tienen en común las persecuciones, los robos repetitivos, los comportamientos marginales, en barrios deprimidos, que durante aquellas décadas eran el mejor exponente de un cine que gustaba y del que se rodaron un buen puñado de películas.

Un 6
LEUGIM
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