Asalto al último tren

De los peores western que han pasado por mis ojos. Blando, sin argumento y con unas nefastas interpretaciones. Una de las maravillas fundamentales de las películas del Oeste son precisamente los paisajes y Andrew L. McLaglen decide eliminarlos y rodar un buen número de escenas de noche. Un despropósito. Absolutamente prescindible.

Cinta embarullada con un guion que no se consigue entender del todo. Va de robos de trenes y de matrimonios con engaño que llevan a la cárcel a Harker Fleet (Peppard), mientras su compinche Timothy Xavier Nolan (Vernon) se larga con el dinero y con su novia Katy (Muldaur).
Una vez fuera de la prisión, claro, toca vengarse. Como en el fondo queda un poso de amistad entre los dos truhanes y la chica, entran en escena un montón de mineros chinos que terminan de enredar la trama.
Película rodada casi siempre de noche lo que nos priva de una de las principales señas de identidad del western, los paisajes. A cambio nos regalan con abundantes cohetes y fuegos artificiales.
Guion muy flojo, dirección ramplona e interpretaciones vulgares, ni siquiera se salva el siempre solvente Vernon. De Peppard nunca hemos esperado gran cosa. Menos mal que no faltan escenas de acción que al menos entretienen, lo mismo que algunos toques de comedia de enredo o de cuentos chinos.
No es un petardo de cinta pero tampoco es para tirar fuegos de artificio. Para pasar el rato.

Harker Fleet (George Peppard), un bandido vivaz y mujeriego, pertenece a una banda dedicada al robo de trenes y el astuto Tim Nolan (John Vernon) es uno de sus compinches. Roban 40.000 dólares en dinero y joyas de un tren de California, pero Tim lo traiciona. Nolan roba parte del botín de su último golpe y le tiende una trampa para enviarlo a prisión. El grupo se divide y mientras se esconden esperando la cita para dividir el botín, Harker es acorralado, incriminado y encarcelado. Además, Nolan aprovecha la oportunidad para llevarse a su novia Kate (Diana Muldaur) y casarse con ella. Hoy en día, Nolan codicia el oro de una comunidad de mineros chinos (Richard Loo, Soon-Tek Oh, France Nuyen) y hará cualquier cosa para conseguirlo. Mientras que Fleet busca venganza y ayuda al pueblo chino contra el malvado Nolan. Así nuestro protagonista se propone encontrar a Katy y Nolan y conseguir su parte del botín. Le habían estafado su oro... y su mujer... ahora la única arma que le quedaba era... ¡la venganza!

Un mediocre y desigual western con altibajos, emociones, tiroteos, robos a trenes y traiciones. La trama es simple y llana: un simpático ex convicto se venga de un previo colega y, al mismo tiempo, ayuda a una desafortunada comunidad de chinos. Uno está tan acostumbrado a ver a James Stewart, a John Wayne o a Dean Martin como protagonistas de los westerns de Andrew McLagen, por lo que resulta sorprendente encontrar a George Peppard al frente del reparto de ¨Asalto al último tren (1971) ó One More Train to Rob¨ . Aquí George Peppard ofrece una actuación aceptable con su habitual tibio estilo como un preso que sale de prisión y busca venganza contra sus antiguos socios que le estafaron su parte del botín. Mientras que John Vernon como su némesis, es el rico dueño que lo traicionó, y la siempre elegante y atractiva Diana Muldaur como la indecisa mujer entre dos hombres. Esté atento a las ex-estrellas Ben Cooper como sheriff, France Nuyen como prostituta, Harry Carey Jr como secuaz, así como a los familiares secundarios: Steve Sandor, Soon-Tek Oh, Richard Loo, Robert Donner, John Doucette, Don ' Red' Barry, Merlin Olsen, Timothy Scott, Jerry Gatlin, John Mitchum, Marie Windsor y siendo la última película de Lane Chandler.

El film fue dirigida de manera mediocre pero profesional por Andrew McLagen y tiene alguna grietas, lagunas y deficiencias. McLagen organiza su escenario de manera adecuada, aunque mayormente ambientada en una pequeña ciudad y el guión casi logra mantener la atención la mayor parte del tiempo. Andrew era hijo del incondicional de la compañía de John Ford, Victor McLagen. Nació en Londres pero creció en Hollywood, donde su padre lo llevaba a menudo a escenarios de películas. Aprendió el arte de dirigir de grandes como John Ford, quien finalmente le dio un trabajo como asistente de dirección en El Hombre Tranquilo: The Quiet man (1952). Tiene la distinción de dirigir la mayoría de los episodios de la Ley del Revólver: Gunsmoke (1955) y de Have gun Will travel (1957). Y siendo uno de los pocos directores que ha dirigido tanto a Clint Eastwood como a John Wayne, incluyendo Undefeated (1969) y Chisum (1970). Fue un prolífico artesano que realizó todo tipo de géneros, tales como: Films Bélicos: ¨Dirty Dozen: Next mission, Lobos marinos, Breakthrough, Patos Salvajes, La brigada del diablo¨. Género de acción y aventuras: ¨Sahara, Ffolkes, Mitchell, En alas de las águilas¨. Y Western: ¨Shenandoah, The way west, The rare breed, Bandolero, The last hard men, The Blue and the Gray y The shadow riders again¨ con Katharine Ross. Calificación: 5.5/10. Promedio ordinario, muy mediano, aunque pasable y aceptable en ocasiones para algunas escenas. Bien vale la pena verlo para los fans de George Peppard.

Siempre impecable, la excelencia en el atuendo es su divisa. Vemos vestirse y desvestirse al señor Peppard en varias ocasiones durante la cinta. Que decir de su peinado, si incluso hay un plano en el que se cepilla la cabellera pasándose el espejo por el cogote para verificar el resultado.
Las tiernas damas que le acompañan en la película no pueden resistir tanto esplendor y ofrecen sus labios sumisas.
Peppard está guapo hasta en ropa interior; varias secuencias lo confirman. Jamás se despeina en las peleas y hasta pareciera que nos llegara a la nariz su perfume de hombre.

Un argumento tan embarullado que incluso en un diálogo del film se da a entender que ni siquiera ellos aciertan a entrever que está pasando. Un western en tono de comedia con paisajes ausentes y alguna escena slapstick que nos hace sonreir.
Peppard, no sabriamos que hacer sin ti.