Clint Eastwood: la última leyenda

¿Es posible resumir la vida de uno de los mejores del cine de todos los tiempos en poco más de una hora? Pues sí. No es fácil, pero Clélia Cohen lo consigue en Clint Eastwood: la última leyenda, una aproximación al actor, al director, al mito y al hombre. A un tipo que solo ha dado un Malpaso en esta vida y vaya sí se lo agradecemos. Yo al menos, confeso admirador de sus historias.

Clint Eastwood nació en plena Gran Depresión y como dijo Antonio Gaudí: "Ser original consiste en volver a los orígenes". Y precisamente ahí arranca el documental, en los orígenes de un personaje, que siempre los ha tenido presentes a lo largo de su trayectoria. Nunca ha olvidado de dónde vino. Una conexión con las raíces que ha acabado por convertir en arte.

Testimonios de Sergio Leone, Don Siegel, Martin Scorsese, Sondra Locke, Michael Cimino, Pauline Kael, Meryl Streep ,Orson Welles y del propio Eastwood ayudan a desmadejar la complejidad de esta leyenda del séptimo arte. El Eastwood más personal y profesional se abre en este trabajo minimalista, bien estructurado y con las ideas claras. Demos por hecho que no existe el metraje suficiente para abordar a una figura de estas características.

Así pues, en un breve espacio de tiempo es posible disfrutar de sus inquietudes a la hora de rodar y sobreponerse a los estereotipos creados sobre su figura en este tiempo. Imágenes, voces, relatos que van desfilando a través de escenas icónicas, donde surgen los personajes interpretados, a los que se le ha asociado de manera perniciosa muchas veces.

¿Cómo podía rodar Harry Callahan una película como Los puentes de Madison? Pues Meryl Streep da la clave como ella solo sabe. Conoció de primera mano la sensibilidad de la personas tras el director.

¿O 'El rubio', Un mundo perfecto, Sin perdón o Million Dollar Baby? Porque la crítica infravaloró a un director que aprendió de los mejores. Observador, metódico y alejado de alharacas. Una persona que cuenta en sus películas las cosas tal como son, desde la naturalidad de quien ve y vive en el mundo. Sobre todo en un país, Estados Unidos, cargado de prejuicios construidos desde ese falso puritanismo.

Si Orson Welles supo verlo y sucumbió al trabajo de Clint Eastwood, quienes somos nosotros para ponerlo en duda. Un actor, un director, la última puerta abierta al Hollywood clásico, al cine como arte. En definitiva, la última leyenda.

351/24(26/12/23) Siempre es un placer acercarse a la vida del mito viviente más grande de cine, Clinton Eastwood, aunque para abarcar su biografía sería necesaria una serie y no unos escasísimos 52 minutos, resumir una carrera de que lleva desde los 50 a los 20 del siglo después es una entelequia imposible, pero si sirve para conocer un poco más a esta leyenda. Dirige y escribe el documental la francesa Clélia Cohen, periodista, crítica de cine y series de televisión gala, desarrollando una buena síntesis. Especialmente jugosos son los testimonios de Sergio Leone, Orson Welles (reivindicando el cine de Eastwood), Don Siegel, Martin Scorsese, Michael Cimino o Meryl Streep. Exponiendo a una estrella singular, que rehúye los focos mediáticos para recluirse en su paraíso particular californiano de Carmel, tipo que se marcó una ruta desde sus comienzos en el Séptimo Arte, desde actor televisivo, a estrella del espagueti western de rebote, pues Leone quería a James Coburn, pero por caro se pasó al plan b de Clint, como fue mamando de sus directores, como irrumpió en el cine de acción con el controvertido héroe “Harry, el sucio”, hasta en la década de los 70 asumir el rol de director él mismo, y posteriormente asumir con su productora Malpaso el control de su proyectos personales. En sus primeros años la crítica no lo tomaba en serio, de ahí es jugosa la rueda de prensa de presentación de su película “EL Jinete Pálido” en Cannes y como la gente arremetía contra su cine de modo inquisidor. Hasta que hizo el biopic sobre Charly Parker y ya la opinión general comenzó a cambiar. Siendo el súmmum su Obra Maestra crepuscular del oeste “Sin perdón”, donde deconstruía la cultura de la violencia hasta parecer atacar su propio pasado en este sentido de protagonistas híper violentos, incluso ello en sus propias palabras.

Esta es una cinta cronológica que no descubre nada, no es original, pero si me ha sido sustanciosa en el gran material de archivo con las declaraciones del propio Eastwood en el pasado. Lo vemos en su hábitat de Carmel, en programas de entrevistas, en ruedas de prensa o simplemente haciendo jogging por la playa. Me ha gustado mucho el testimonio de Maryl Streep descubriendo a un Clint más sensible y romántico. Me ha gustado expongan la sencillez con la que rueda cine. Me ha gustado el chiste que hace tras el alegato que la joven india hizo al rechazar el Oscar de Marlon Brando. Me ha gustado el chiste que hace sobre lo que quiere en su lápida.

Por supuesto que falta mucho, es solo una especie de tráiler sobre lo que merece el polifacético artista ‘sanfranciscano’, no se habla Million Dollar Baby, ni de Mystic River, ni de su díptico bélico en Iwo Jima, no se toca su estilo de hacer cine, no se habla de que en su última etapa es él mismo el que pone música a sus pelis, no se habla que aun haciéndose en 2022 el doc, Clint sigue haciendo cine con 90 años, esto debería ensalzarse.

Pero en su sencillez y en cómo se crea una especie de desarrollo de alguien al que la industria no toma en serio y con el paso de los años es venerado se me hace muy ameno y recomendable. Gloria Ucrania!!!