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Juventud sin esperanza

Comedia. Drama. Musical Cuando una adolescente se escapa de casa, sus padres se esfuerzan por encontrarla. En estas circunstancias, llegan a conocer a otros matrimonios que se encuentran en idéntica situación. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
14 de abril de 2018
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo precisar que con motivo del fallecimiento de Milos Forman escribo esta crítica nada menos que 45 años después de haber disfrutado de está, su primera obra americana. Por lo que mi comentario fundamentalmente representa la excelente impresión que compartimos bastantes espectadores de la época (como demuestra que el Jurado del Festival de Cannes le otorgará en 1971 el Gran Premio del Jurado), y todo ello pese a ser un film de bajo presupuesto y aparentemente sin grandes pretensiones. En España, que yo recuerde, esta película limitó su explotación a las Salas de Arte y Ensayo, en versión original subtitulada, con bastante éxito (Forman ya era un cineasta muy bien valorado en esos circuitos por su obra previa realizada en su país de origen: Checoslovaquia).
Trata de una familia prototipo de la clase media americana de la época, en la que desaparece su hija adolescente. Al tratarse de unos padres fieles cumplidores de los valores convencionales y sin tacha, les resulta inexplicable (que su hija haya huido de su familia, como parece haber sucedido. Ya que tampoco se había mostrado especialmente contestaría o rebelde, pudiendo ser considerada una fiel representante de lo que se vino a denominar la Generación Spock, al estar educada, como casi todos de su edad, bajo los criterios estipulados en el famoso manual de este autor (Benjamin Spock),.
A partir de entonces, cambia su vida, volcados en la búsqueda de su hija, contactando a tal fin con otros padres en idéntica situación y de similar perfil, quienes con el paso del tiempo van encontrando en su dolorosa circunstancia un nuevo sentido y casi identidad para su vida. De manera sutil, su descontextualización social va configurando entre ellos un especial espíritu de grupo, despertándoles y abriéndoles a formas de pensar alternativas que les conducen a ciertas transgresiones que sin duda jamás hubieran tolerado de sus hijos. Cuando tras un periodo prolongado su hija, probablemente desencantada de sus ilusas expectativas, regresa inesperadamente a casa, la película aboca a un paradójico final, realmente sugerente y divertido.
A mi modo de ver, ofrecía este film una visión crítica de un cierto espectro de la familia media americana, muy sagaz y novedosa. Probablemente solo posible desde quien la contemplara viniendo de fuera y de situación muy diferente (la sociedad de un país del área comunista), aportando novedades que pronto fueron incorporadas a la cultura cinematográfica americana en múltiples películas.
Ya he comentado que resultaba obvio que la película había contado con un modesto presupuesto, pero la frescura de sus interpretaciones y ejecución, no exenta de humor, sin perder por ello la seriedad que merece el tema, en sabio equilibrio, junto a la originalidad del guion, seguramente hicieron que el resultado se alzara por encima de sus humildes pretensiones iniciales, realzando la figura de Milos Forman y su potencial proyección en el cine americano.
Como muchos otros films modestos de grandes maestros, que aportaban formulas nuevas en el tratamiento de los temas y en el leguaje cinematográfico, su contribución, rápidamente pasa a ser asimilada e incorporada por autores posteriores, perdiéndose la referencia de su inicial valor innovador. Por lo que su visionado con ojos actuales y la impresión recibida por un espectador que no tenga en cuenta su valor innovador en el momento de su estreno, puede ser muy diferente, encontrándola mucho más intrascendente,
Intentaré volver a verla
Desde el recuerdo de mi primera visión, mi nota es muy alta, como la del Jurado del Festival de Cannes
Tobias de Jalon
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27 de mayo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que ha envejecido muy mal esta película, primera producción americana del checo Milos Forman tras la etapa en su país natal del que huyó en 1968, famélica reflexión, a caballo entre el drama y la comedia, en torno a los problemas intergeneracionales entre padres e hijos y al gran número de casos de desapariciones voluntarias de muchos vástagos sin dejar rastro –qué diferencia a día de hoy donde hay que llamar a un bulldozer para sacar a los hijos de casa-, al parecer inspirada por la canción de los Beatles "She's Leaving Home" y escrita a varias manos entre ellas el propio Forman y Jean Claude Carriere.

La película tiene algunas virtudes: una cierta frescura y originalidad, en especial toda la parte inicial de las audiciones de los jóvenes cantando que se intercalan a lo largo de toda la película -como curiosidad apreciaremos a una jovencísima Kathy Bates en su debut cantando con gran arte una canción completa -, pero también está apelmazada por demasiados defectos y tics sesenta-setenteros que lastran el resultado final por no hablar de la ridícula escena de la fumada del porro de los adultos. Forman se pone demasiado de lado de los jóvenes y nos da una visión muy maniquea de las relaciones familiares. El espectador, por su parte, es incapaz de identificarse con unos padres bastante idiotas y algo ridículos, pero menos aun con unos jóvenes un poco merluzos, que no articulan palabra hasta el punto de conformar un todo algo irritante. A la postre, la película no acaba de funcionar ni como comedia ni como drama.

Forman daría infinitamente más de sí en sucesivas películas hasta alcanzar un cierto status con obras como “Alguien voló sobre el nido del cuco” (1975), “Ragtime” (1981) o “Amadeus” (1984)
Gould
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3 de septiembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cineasta checo Milos Forman debutaba en una producción estadounidense siete años después de hacerlo en su país natal. Y lo hacía con esta afinada comedia protagonizada por unos padres que en un ademán voluntarioso que roza el desasosiego, pretenden “entender” a sus hijos adolescentes. De ese acelerado tiento por sintonizar desesperadamente la emisora del transistor para estar en la misma onda que sus retoños, surgen todo tipo de cómicas escenas.

Una juventud a la que contrariamente al título en castellano del filme, se la representa de forma inocente y pacifista, en claro contraste con los dejes disparatados más propios de una estrella de rock perpetrados por sus torpes progenitores. De hecho, la película está rodada como una de esas rancias cintas amateur que alberga los primeros pasos del crío: desde la sesgada perspectiva de los padres. Mientras ellos graban, sus descendientes se dedican a expresarse artísticamente señalando que no todo está perdido y donde hay talento, puede haber un futuro esperanzador.

Y esa incomunicación entre dos pueblos que comparten territorio pero no idioma, es la base del largometraje. Apenas hay diálogos entre padres e hijos. Y si los hay, son incómodos y aturrullados, como deben ser. Todo ese material es utilizado malévolamente por Forman para denunciar los prejuicios contra toda una bisoña generación setentera y la facilidad para caer en la hipérbole de las sospechas urdidas por los padres.
AriasGSergio
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