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Terapia sin filtro (Serie de TV)

Serie de TV. Comedia. Drama Serie de TV (2023-). 1 temporada. 10 episodios. Jimmy (Jason Segel) es un terapeuta en duelo que trata de asimilar la muerte de su esposa mientras ejerce de padre, amigo y terapeuta. Decide cambiar su forma de ser con la gente y con sus pacientes volverse una persona completamente honesta, sin ningún tipo de filtro. Dejando de lado su educación y su ética, pronto se encuentra operando importantes cambios en la vida de varias personas... ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
5 de abril de 2023
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apple TV está teniendo muy mala suerte con sus productos, al menos en España, donde sus películas y series pasan sin pena ni gloria, como si jamás hubiesen existido. La verdad es que casi ninguna plataforma puede dar el do de pecho con su catálogo, no siendo Netflix la única culpable de que la oferta esté siendo tan lamentable, y si me preguntáis, creo que Apple TV es la única que se salva, porque todas las producciones que le he visto en los últimos años están por encima de la media, y algunas son de una calidad sobresaliente, como es el caso de la serie Severance, o la reciente película de Tetris.

Y aquí estamos, con su nueva serie, Shrinking, que la traducción sería algo así como Contracción, y que en España la han titulado como Terapia sin filtro, siendo uno de esos pocos casos en los que tiene todo el sentido del mundo, porque precisamente de eso va la serie.

Parece que ha convencido a la crítica, no así al público, que la ha ignorado por completo a pesar de estar protagonizada por Jason Segel, ya sabéis, Marshall de Como conocí a vuestra madre, y por Harrison Ford. Una serie con Ford, cómo decirle que no… Pues lo han hecho. Y es una pena, porque estamos ante una serie que, si bien no revoluciona en nada, es tan buen rollera que es imposible no quererla. Una especie de Ted Lasso, que mira tú por dónde, también es de Apple, aunque aquélla haya tenido mucha mejor suerte.

Estamos ante una tragicomedia de diez episodios en la que cuesta un poco entrar en sus primeros capítulos, pero una vez aceptas las reglas del juego y eres participe de la locura de sus personajes, es imposible salir de una de las series más alocadas y surrealistas de los últimos tiempos, con una serie de situaciones a cada cual más hilarante. Y es que las risas están aseguradas, a pesar de no renunciar al componente dramático, ya que no deja de ser una serie sobre el duelo y la pérdida de un ser querido.

El gran protagonista es Segel, el cual también se encarga del guion y la producción, notándose ese toque canalla que ya demostró en propuestas como Paso de ti. Eso sí, alguien debería recomendarle que se mirará su obsesión por aparecer desnudo en todo lo que escribe, porque su anatomía ya que es como parte de la familia. Menudo cachondo está hecho.

Centrándonos en su interpretación, vuelve a hacer de sí mismo, aunque más desatado que nunca, y eh, por mí genial, porque es fabuloso cuando pierde los papeles. Adoro a este tío, y verlo de protagonista en una serie tan divertida y cargada de buenas intenciones es una delicia.

En cuanto a los secundarios, están todos fabulosos, sin excepción, agradecidos por unos personajes que son auténticos caramelitos. Y es que la clave de la serie son lo bien escritos que están dichos personajes y los inspirados diálogos, con una serie de cortes y reproches que dibujan una sonrisa en el espectador, logrando incluso la carcajada. De verdad que el nivel de vacile entre todos ellos es digno de aplauso, haciéndonos cómplices de sus locuras. Un circo de locos en el que es imposible apartar la mirada.

Y bueno, no puedo hablar de la serie sin hablar de uno de sus grandes reclamos: el señor Harrison Ford. Siempre es de agradecer verle en pantalla, ya sea la grande o la pequeña, y se nota que se lo pasa bien en no pocos momentos, pero no es el mejor del reparto, aceptando su rol de secundario y dando su espacio al resto de compañeros, aunque el póster indique lo contrario. Bien por él.

Y ojo, que no todo es perfecto, ya que hay cosas que se dan por supuestas, como el enfado de dos personajes para volver a estar de buenas al siguiente episodio sin dar mayores explicaciones, ni tampoco creo que estemos ante una serie de obligado visionado. A mí me ha encantado, pero vivimos tal nivel de saturación de series que es complicado invitaros a que le deis una oportunidad, aunque la merezca, porque quizás haya producciones mejores por ver. Eso ya queda a gusto del consumidor.

Y bueno, con un giro algo forzado, se insinúa una segunda temporada, cuando podrían haberse despedido con el final presentado. No sé si van a tener continuación o si van a caer en las garras de la cancelación, pero no me importaría reencontrarme con estos simpáticos y locuelos personajes, porque transmiten buenas vibraciones.

Y es que eso es precisamente esta serie, un lugar feliz y de confort en el que sentarte y compartir tus problemas mientras te echas unas risas. Vamos, una terapia, pero con humor. O, dicho de otra forma, una terapia sin filtros. Pues sí, han estado acertados con el título en España. Por fin.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
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15 de febrero de 2023
12 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos en una época que es muy difícil encontrar una buena serie cómica y, lamentablemente, esta es un ejemplo del género de las que tanta abunda, mediocres y sin chispa. Ni siquiera traer a una estrella como Harrison Ford y un elenco de actores de reparto aceptables, puede mitigar semejante esperpento sin gracia sobre unos psiquiatras y del drama personal que uno de ellos carga, con un humor que se basa en el surrealismo y el absurdo.
Lo peor quizás es que no hay inercia suficiente en el argumento -manío-, para atrapar lo suficiente y lograr completar de ver toda la temporada. Por otro lado, me da un poco de lástima el poco favor que se hace a los psiquiatras caricaturizando y desdibujando su profesionalidad, así como el poco respeto hacia los pacientes que requieren su ayuda.
Trim Belaurde
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1 de abril de 2023
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Repitiendo fórmula

Terapia sin filtro se mueve en la línea de Ted Lasso, es decir, con un humor que juega sobre seguro y no quiere hacer daño a nadie. Seguramente esta vuelta a la fórmula Lasso sea al mismo tiempo lo mejor y peor de la serie, ya que se echa en falta que se tomen más riesgos a nivel cómico. Se podría decir que juega con un humor blanco que, dependiendo del personaje en pantalla, funciona en mayor o menor medida.

Aún así, tanto el tono como el humor van funcionando mejor conforme avanzan los episodios. Llegados al final de temporada la serie se siente asentada. Habrá que ver, eso sí, cómo se continua con esta línea de serie “feel good” y si consigue evolucionar hacia algo más.

*El cast como fuerza mayor

Sin lugar a dudas lo mejor de Terapia sin filtro es su reparto. Comenzando por Harrison Ford, principal atractivo de la serie. Aquí, el veterano actor se entrega a un rol cómico alejado de sus icónicos personajes poniéndose en la piel de Paul, psicólogo y compañero de profesión de Jimmy (Jason Segel), protagonista de la serie. Ambos mantienen una buena química y sus interacciones son de lo mejor de esta primera temporada. Y con los diez episodios en la mano, la nominación a los Emmy de Ford parece segura.

Además, también destacan varios secundarios. El caso más evidente es el de Jessica Williams, quien interpreta a Gaby, otra de las compañeras de trabajo de Jimmy y Paul. La energía que transmite Williams la convierten en una roba escenas continua y el personaje revelación de estos primeros episodios. Por último, se encuentran la pareja de vecinos de Jimmy, Liz y Derek, dos personajes que dan los mejores golpes cómicos de la serie.

*Seguir adelante

Más allá de la comedia, Terapia sin filtro se centra en el proceso de duelo y de cómo puede costar salir adelante ante algunas situaciones. Este leitmotiv se mueve alrededor de Jimmy y su hija Alice (Lukita Maxwell), afectados por la muerte de Tia, esposa del primero y madre de la segunda. Esta trama, sin ser mala, tampoco se consolida como lo más destacado de la serie. incluso se hace reiterativa a lo largo de los episodios.

Sin embargo, otras tramas de tintes más dramáticos, como la de la enfermedad que padece Paul, funcionan mucho mejor. Harrison Ford tiene mucho peso en ese buen hacer, aunque también lo tiene el factor emocional de su personaje y la empatía que genera.

Al final, en el caso del protagonista, lo más interesante se encuentra en sus terapias y el particular enfoque que les da. Las prácticas de Jimmy como psicólogo acaban por tener consecuencias y será interesante ver cómo la serie sigue con una trama que parece que no ha dicho su última palabra.

*Conclusión

Aunque le faltan pulir algunos detalles para asentarse del todo, Terapia sin filtro vale la pena por su reparto, destacando a un gran Harrison Ford, y por ser una serie “feel good” con la que desconectarse y, por qué no, aprender algo en terapia.

Escrito por Víctor Pérez Cañete
Cinemagavia
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18 de abril de 2023
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace tiempo vengo observando que las series americanas se reparten en tres tipos de personajes: asesinos, superhéroes y neuróticos. A esta última categoría pertenece la que hoy nos ocupa y, para rizar aún más el rizo, aquí los neuróticos son psicólogos.

Pues bien, sobre dichos psícologos, un anciano que padece Parkinson, uno de mediana edad que ha perdido a su mujer y una obsesa por el sexo rápido, se articula una serie insulsa, sin gracia y muy caca-culo-pedo-pis, donde en cada frase hay dos o más palabras malsonantes o blasfemas, lo que parece que hace reir todavía a bastantes espectadores.

Dicho esto, los actores no están mal, pero les ha tocado defender un guion disparatado y que podría haber entrado más profundamente en la psicología de los personajes y no resolviendo los conflictos a base de gritos y escenas de cama.
Tampoco Jason Segel es Woody Allen e incluso éste ya se repite bastante como neurótico judío oficial de los Estados Unidos.
Harrison Ford está bien en su papel de viejo gruñón, algo ya manido, parece que no puede haber un viejo simpático. Pero su alegre vida sexual no parece compatible con la enfermedad que arrastra y cuyo principal efecto es la disfunción eréctil.

Y yo particularmente le pediría a Christa Miller que, por favor, dejara de operarse la cara, pues resulta bastante desagradable, ha perdido su expresión y no parece más joven que sus cercanos sesenta.

En resumen, una serie muy infantil en el planteamiento, pero que no deben ver los niños porque acabarían hablando como reos de una cárcel de máxima seguridad.
corxana
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