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La muerte silba un blues

Cine negro Vogel, un importante traficante, delató a dos de sus cómplices, Castro y Smith. El primero fue abatido por la policía, mientras que el segundo fue encarcelado. Diez años más tarde, Vogel adoptó una nueva identidad y se marchó a Jamaica con su esposa, Linda. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
15 de noviembre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos queremos a tío Jess, supongo. El caradura más simpático del cine español, el hombre de las 203 películas (según IMDB), pero que quizá sean algunas más, el erotómano empedernido, el descubridor de la Reina de la Mamada, la Emperatriz de la Felación, la insaciable y siempre ávida de esperma Lina Romay, el creador de la doble, triple y hasta cuádruple versión, el admirador de Orson Welles, el estajanovista por antonomasia, en fin, en una palabra, Jesús Franco. Hubo un tiempo en que hasta hizo películas interesantes, cuando la filmorragia aún no le había atenazado (érase una vez un hombre pegado a una cámara). La muerte silba un blues es una de ellas, una típica historia policiaca de delación y venganza, de guión endeble y paticojo (ésa será siempre su maldición, hasta el fin de sus días: los horripilantes guiones), pero rodada con brío y galanura, imitando el estilo de su amado Orson sin el menor rubor (atención a esa pelea nocturna tan bien iluminada por Juan Mariné), con una banda sonora jazzística obra del propio Jesús (Clifford Brown, cómo no) que no desmerecería en una cinta norteamericana, y unos intérpretes... ejem. Lo dejaremos así. Aparte de nuestros queridos Manuel Alexandre y Agustín González. Bueno, y Conrado le echa ganas al asunto y sale bien librado. La muerte silba un blues (bonito título, ¿verdad?) prometía un futuro brillante para Jesús Franco. Brillante no fue, pero prolífico nadie se lo puede discutir. Os animo a descubrir esta pequeña joya de esa época gloriosa de tío Jess, antes de chapotear en los lodos del porno y el gore. Te queremos, Jesús.
Eduardo
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22 de febrero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ingenioso hallazgo, perfectamente integrado en la trama, el del leitmotiv musical que adquiere categoría de leitmotiv circunstancial puntuando la narración.

Los recursos habituales que permiten crear suspensión están habilmente empleados, mediante una sucesión de escenas que adoptan el sincopado ritmo de una partitura de jazz, con sútiles elipsis del relato, estimulantes colisiones de escenarios dispares, irrupción de misteriosos personajes.
Cierto que se le ocultan al espectador pormenores que le permitirían dal cabal significado a acontecimientos y conductas intrigantes, pero siempre proporcionando las suficientes pistas como que para que en el momento del desenlace, se diga: ¡Vaya tonto de no haber dado en el clavo!
Jesús Franco logra centrar la atención del espectador sobre la inmediatez de la acción, sin darle tregua para que reflexione sobre los motivos ocultos que mueven a los actores del drama.
Consigue así sorprender con el desenlace, que sin esa maestría narrativa pudiera aparecer previsible

Nuestro director ha sabido dar un toque personal a un material clásico, que ha manejado con soltura, ordenando un rompecabezas donde todas las piezas acaban por encajar sin dejar cabos sueltos.
Ciertas escenas que en primera instancia parecen reñidas con la verosimilitud adquieren a la postre su cabal justificación. Así el aparentemente demasiado fácil allanamiento nocturno de la casa del sospechoso.

Cabe resaltar la eficacia de las escenas de pelea. Los mamporros que se arrean los contrincantes saben a puñetazos de verdad.
No faltan detalles transgresivos de ciertas normas de la época en que fue rodada la cinta, por ejemplo el hecho que una agraciadísima blanca esté amancebada con un pescador la mar de negro.

Con esta película, Jesús Franco desmiente la fama que arrastra de mediocre stakhanovista del cine, tal que me inducía a desconfiar de su manejo del legado quijotesco abandonado por Orson Welles. Puede que ahora me anime a examinar ese trabajo suyo.
Larrory
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4 de marzo de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine negro español cosmopolita e internacional de argumento algo confuso al principio que desarrolla su potencial a medida que la cinta avanza.
Una espléndida banda sonora y algunas escenas de plasticidad extraordinaria jalonan una peripecia marcada por la intriga a la que se le puede achacar ciertas ingenuidades que se habrían evitado con un guión más exigente.
Sin embargo, la acción discursiva resulta adecuada y la película, en su conjunto, atrae la atención e implica al espectador, presenta giros ingeniosos y la dirección de J. Franco es sólida y convincente.
Un blues bien silbado ofrece muchas posibilidades.
ABSENTA
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11 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comprendo la simpatía hacia el tío Jess,pero, sin tener en cuenta las decenas y decenas de porquerías que rodó en su vida (murió en 2013), la verdad es que era estrambótico, con un gran amor al cine, pero muy desigual en las realizaciones, que suenan a improvisadas.
Aquí, antes de meterse de lleno en lo más mediocre, no está del todo mal, pero, junto a planos acertados, hay otros descabellados, casi de aficionado. Se nota la influencia del cine de Orson Welles, con quien Franco trabajó. Pero es una imitación algo burda.
La pelea entre Gerard Tichy y Corrado está muy mal filmado, se le ven los trucos.
La mayoría de actores y actrices son también mediocres. Y lo peor es el guión, que va da tumbos y tumbos, con diálogos obvios. Lo mejor son las partes de jazz, de lo que Franco sí entendía.
Es interesante para ver lo que Franco podía hacer y luego dejó de hacer, para comercializar lo peor, las guarradas.
yoparam
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8 de noviembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida cinta de Jesús Franco, antes de que se pasase descaradamente al cine erótico, aunque con tramas de terror, espionaje, fantástico...
Aquí cuenta una historia de intriga, bien resuelta aunque tampoco dé para mucho más.
Lo mejor es su poca ambición, que no va más allá de ofrecer un producto curioso y honesto, con algunos buenos intérpretes y una banda musical donde interviene de primera mano el propio Franco.
El resultado es una peli apañada, que se ve sin problemas.

https://filmsencajatonta.blogspot.com
Constancio
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