Los chicos de Stone (Miniserie de TV)

Esta miniserie tan solo se emitió una vez por TVE, a finales de los 70. Un padre y su hijo se instalan en un enigmático y aislado pueblo en la campiña inglesa, rodeado de extrañas estructuras megalíticas. Viven en él gente cordial pero también personajes misteriosos. Y desaparece gente.... Con esta premisa esta serie desarrolló un ambiente, mezcla de Twin Peaks y Pat el cartero, donde el pueblo tiene más lo que aparenta, una relación innombrable con los antiguos cultos druídicos que, para sorpresa de todos, aún se manifiestan. El suspense y el misterio van in crescendo, llegando a descubrir los protagonistas, a su pesar, que les ocurre a las personas desaparecidas, algo sorprendente e inesperado.

Buena serie que merece una nueva reemisión. Buen producto británico.

Miniserie británica emitida en España por TVE con el título, más correcto, de "Los chicos de las piedras", es una estimulante mezcla de drama rural, terror, ciencia-ficción e investigación histórica, arqueológica y científica. Los créditos iniciales, que nos dejan ver las rocas megalíticas mientras escuchamos unos extraños cánticos, ponen los pelos de punta a cualquier espectador con un poco de sensibilidad, y crean una inquietud que se transmite a toda la historia. Esta serie une elementos muy diversos, como el megalitismo y las creencias ligadas al mismo -con el círculo de piedras de Stonehenge como la referencia megalítica más famosa en el Reino Unido-, la ciencia del siglo XX, Sodoma y Gomorra, el caciquismo a la británica, los pueblos aislados del mundo que siguen costumbres peculiares y diferentes, como el de "El hombre de mimbre" (The Wicker Man, 1973), de Robin Hardy, y hasta la posibilidad de la existencia de mundos alternativos.

Pese a sus limitaciones -es una miniserie- se trata de una ficción televisiva tan curiosa como estimulante, y además pertenece a unos años muy creativos para la ficción televisiva británica, entre "El prisionero" (The Prisoner, 1967-1968) y "Zafiro y Acero" (Sapphire & Steel, 1979-1982), que para mí son, por cierto, dos de las mejores series de TV de todos los tiempos.