El enemigo silencioso

Adorable producción británica en el que el verdadero protagonista es el carro sumergíble italiano conocido como maiale; Con el fondo histórico de la invasión aliada del Norte de Africa esta cinta de comandos y hazañas bélicas nos devuelve a aquella infancia de soldados y honor, valentía y sacrificio y reconocimiento del adversario.Por supuesto la guerra nunca fue así pero eso lamentablemente se aprende después. En su vertiente puramente cinematográfica el film destaca por sus escenas submarinas, por una acción trepidante y coherente con el momento histórico y por una ambientación de la Gibraltar de hace setenta años creíble, lastima esa Algeciras con ritmo caribeño que desluce un tanto el diseño de producción. Nos quedamos con ese respeto y admiración mutua entre enemigos y la fuerza y destreza de las cámaras submarinas, bastante inusual para la época.
En suma buen cine bélico para los que amamos y gustamos del cine de aventuras ambientado en la Segunda Guerra Mundial amparado más en la acción del soldado que en las ideologías que defendía. Puro deleite nostálgico por otra parte.

La película tiene el tono de las películas de aquella época, con honorables héroes barbicuadrados. Añade gran cantidad de escenas subacuáticas, ya que los protagonistas son submarinistas, siendo pionera en este tipo de escenas que luego veríamos en películas de James Bond (esos buceadores con puñales cortando tráqueas del equipo del enemigo) o en documentales de Cousteau. Es agradable de ver y contiene una buena dosis de aventura clásica.
Un detalle que me llama la atención es la insistencia sobre que España es un país neutral, que impediría la actuación de los italianos en su territorio, cuando se sabe que prestaba asistencia al eje en sus puertos. Pero en el año 58 ya estaba admitido el régimen franquista en las instituciones internacionales y había que disimular ciertas cosas.

Historia inspirada en hechos reales sucedidos en Gibraltar, en la IIGM. Una obra muy británica, con Laurence Harvey como macho alfa dominante, que le da algo de autenticidad a la cinta, no radicalmente mala, pero no tiene un segundo visionado, ni mucho menos.
Es de 1958, y ya muestra con toda claridad la importancia estratégica del peñón para los Británicos. Es perfectamente natural que no tengan la más mínima intención de ceder en su uso conjunto para España.