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El rey de la risa

Drama. Comedia El querido actor y dramaturgo napolitano Eduardo Scarpetta, padre de Eduardo De Filippo, dedicó toda su vida al teatro, logrando el éxito con obras atemporales como “Miseria e nobiltà”. Sin embargo, todo por lo que trabajó parece perdido en 1904, cuando se ve envuelto en una desagradable batalla legal que podría comprometer su libertad de expresión.
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
6 de abril de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la historia real del napolitano, Eduardo Scarpetta que fue a principios del siglo XX uno de los dramaturgos y cómicos más queridos de Italia.

Un personaje peculiar que está muy bien interpretado por Tony Servillo, con el que no empatizamos en absoluto, ya que era una persona egocéntrica y engreída que trataba con mucho despotismo a sus empleados y fuera del teatro, en su vida privada tenía mujer, amantes y un montón de hijos ilegítimos repartidos por medio Nápoles de los cuales se aprovechaba continuamente en su propio beneficio.

La película se divide en dos partes, en la primera conoceremos a los integrantes de la tribu Scarpetta y la segunda parte comienza cuando decide crear una parodia cómica de la obra del poeta italiano Gabriele D´Anunzio "la hija de Lorio", tras hablar con él para que le diera permiso, este se lo deniega y después de representarla en teatro con malísimas críticas se verá envuelto en un proceso judicial por plagio.

Impecablemente realizado por Mario Martone en cuanto a puesta en escena, vestuario y fotografía, la película flojea con un guion irregular que a veces se hace pesado, tampoco ayuda la poca simpatía que provoca este personaje ni los que le rodean. Tampoco las representaciones teatrales provocan ninguna risa.

Captura bien el esplendor de las representaciones teatrales de aquella época, así como el nacimiento del cine que comienza a robarles espectadores.
Destino Arrakis.com
videorecord
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6 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente recreación de época, a través de la historia del popular actor cómico Eduardo Scarpetta, que a principios del siglo XX tuvo que enfrentar un juicio contra una parodia suya sobre una obra de D’Annunzio, lo que permitió legitimar definitivamente la validez de este género literario. Al mismo tiempo se muestran las costumbres machistas de la época, donde la tiranía y la poligamia del jefe de familia era prácticamente adulada. Excente actuación de Toni Servillo y de todos los actores recreando el dialecto napolitano.
mariabib
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17 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Histrionismo y voluptuosidad

Aquí me río yo abre con la secuencia de una actuación de la compañía teatral familiar liderada por Eduardo Scarpetta (Toni Servillo), el macho alfa de la parodia napolitana. En las tablas y fuera de ellas todo es frenético y abundante, tanto que a veces es difícil distinguir cuándo asistimos a un ensayo o representación y cuándo a una escena de la vida familiar. Una familia tan grande y confusa, tan excesivamente italiana, que cuesta desenmarañarla en los primeros minutos. Hay que dejar pasar la cinta varias escenas para saber quién es quién en la compañía y en la familia.

Mario Martone nos presenta a Scarpetta como un artista con un ego descomunal que demanda constantemente la aprobación del público. El comediante busca el aplauso y los vítores en el teatro, pero también fuera de escena, como ocurre cuando es acusado de plagio y presenta su defensa ante el juzgado. Lo hace delante del juez, los abogados y de toda su familia, dando rienda suelta a su comicidad para salvar su prestigio y su hacienda.

El resto de personajes son satélites alrededor de Scarpetta y se van desarrollando según avanza la trama. Resultan cruciales, aunque misteriosos, pues no sabemos muy bien qué piensan del hombre que dirige sus vidas. Así ocurre con su esposa oficial Rosa y sus tres hijos legítimos y con Luisa De Filippo madre de otros tres hijos de Scarpetta, uno de los cuales será el que continúe el oficio, a pesar de no ser reconocido nunca por su padre. La historia de Eduardo de Filippo no aparece en Aquí me río yo, la película hubiera resultado aún más larga, pero sí deja constancia del germinar de una nueva estirpe.

*Fabulosa ambientación, metraje excesivo

Aquí me río yo es la inscripción que Edudardo Scarpetta hizo poner en una de las fachadas de la villa que hizo construir en la colina Vomero y a la que llamó La Santarella. Lejos del bullicio de Nápoles, la villa se convertiría en el refugio perfecto para disfrutar de su familia y para dejarse ver en opulentas fiestas ante la alta sociedad italiana. La ambientación de toda la cinta nos transporta a esa belle epoque italiana de la Segunda Revolución Industrial en la que las clases medias y altas empezaban a disfrutar de tiempo libre y recursos para el ocio. El teatro se convierte en una actividad recreativa que se consume de forma masiva y el cine comienza su andadura.

Eduardo Scarpetta, no sabemos si exagerado por Toni Servillo, fue un actor admirado y muy popular en Nápoles durante buena parte de su carrera. El público acudía a ver sus obras en masa y esperaban ansiosos su aparición en escena para estallar en aplausos y vítores. En la ciudad y el país predominaba un espíritu optimista y festivo y eso, sin duda, le favoreció. Al menos hasta el momento en que el poeta D’Annuzio le acusa de plagio y todo parece, poco a poco, desmoronarse.

*Conclusión

Quizás son muchos minutos para una película con tanto brío desbocado, un metraje excesivo que tiene momentos divertidos, pero otros resultan algo iterativos. En cualquier caso, una explosión estética y una oportunidad de ver al actor Toni Servillo en todo su esplendor.

Escrito por Susana R. Sousa
Cinemagavia
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28 de diciembre de 2023
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Es de celebrar que la industria cinematográfica pueda recrear formas de vida previa, dialectos y costumbres de la Italia de comienzos del siglo XX. Basada en el caso a partir del cual se sentó un precedente sobre el nacimiento del reconocimiento de la "Parodia" como algo independiente, creo que es interesante mostrarlo, a pesar de que en lo público el personaje de Scarpetta es amado y el famoso y conocido en todo Nápoles, no así en su vida privada, amantes por todos lados con sus correspondientes vástagos, pero existió y si Mario Martone quiso mostrarlo al mundo en el siglo XXl por algo será. Yo creo que a pesar de la escasa filmografía que llegó masivamente es de destacar "La muerte de un Matemático Napolitano" Servillo derrocha talento....hay que nacer para interpretar ese alegato en su exposición final en la defensa. Aunque no se comprenda en absoluto, puedo asegurar que fue realizado con rigor histórico, y me animo a decir que Servillo es el único actor italiano vivo que queda de su género capaz de actuar con tal multifacetismo. Viene de las tablas y destaca en las tablas. Bienvenido a los que quieren conservar las bases que dieron origen a todo lo que vino después.
lassie
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