Drácula negro (Blacula)

Recuerdo haber visto "Blacula" de pequeño con cierto cariño, así que he vuelto a verla ayer mismo, arrastrado por los recuerdos de infancia.

Y es una gozada, oigan: pertenece a esa clase de filmes tan malos que se vuelven buenos. Los efectos especiales son ridículos, el presupuesto es claramente escaso (los primeros minutos parecen sacados de una peli de Jess Franco) y tanto pelo a lo afro le deja a uno con una sonrisa en los labios. Además, los vampiros parecen salidos de "El último hombre vivo".

Por otro lado, la historia resulta tontorrona (aunque bastante respetuosa con el mito clásico vampírico) y la música funki (propia de los largometrajes Blaxploitation como el que nos ocupa) no falta.

Lo dicho: para una noche friki.

Tal cual, como se lee, un drácula tan negro que desciende directamente de una tribu africana. Con todo lo que caracteriza a un vampiro corriente, también es cierto, fotosensibilidad, capa, sus colmillos, su sed de sangre y hasta su ataúd, pero negro, lo cual lo hace original y diferente y eso ya es mucho. No sé qué habrá más del género blaxploitation, yo he llegado aquí sin querer y no lo he pasado mal, y eso que es tan mala como otra cualquiera de bajo presupuesto, los efectos son malísimos y entre pelucas a lo afro y situaciones inverosímiles han ido pasando los minutos mientras mi admiración crecía.

Porque entretiene, porque es diferente hasta acaba pareciendo simpática y cordial, no sé si es bueno decir que no da nada de miedo, eso para mí es evidente, y aún así no puedo ponerle menos de un cinco. Será por sus buenas intenciones, qué sé yo, a mí me ha entrado bien. Una curiosidad más, y es que hay mucha verdad al opinar que en esta vida estamos para ver de todo.

En una época, en las que las películas de blackxplotation triunfaban en las salas de cine de sesión continua, nos llego esta vuelta de tuerca al género, con el entrañable y serio Conde Blacula sembrando el terror por las calles de Los Ángeles, que a fecha de hoy está considerada con toda justicia obra de culto, tratándose de una película de terror seria y no de una patochada, como podría sugerir el titulo, que no tiene nada que envidiar a las producciones de la Hammer de la época.
Absolutamente recomendable para los amantes del cine de vampiros.

Sigo revisando películas que me influyeron en mi infancia, y que de alguna manera han hecho, para bien o para mal, que hoy sea una especie de friki que escribe críticas que no lee casi nadie en una web para cinéfilos.

Gracias a internete, he podido ver recientemente "Spiderman II" (la del 78, oiga), "Kung-Fu y los 7 Vampiros de Oro", "Mazinger Z", "La venganza del ninja", "El fantasma del paraíso" y así una interminable lista de mitificadas obras cuya revisión, la mayor parte de las veces, hace que se caigan del altar en el que las tenia situadas.

En esta ocasión he visto esta "Blacula" del poco conocido William Crain, cuyo único mérito consiste en que es la primera (y fallida) incursión del movimiento Blaxploitation en el cine de terror; luego vendrían más: su secuela "Scream Blacula Scream" y esa rareza basada en la obra de Mary Shelley, "Blackenstein".

Centrándonos en la peli que nos ocupa, hay que señalar que terror, lo que se dice terror, se pasa bien poco. Hay un par de sustos que no están mal en toda la cinta, y poco más. Merece la pena echarle un vistazo como curiosidad, y para partirse de risa viendo los tres estados del chupasangre, a saber:

1. Estado Normal: un tío alto y templao; no le resulta difícil llevarse de calle a la chica. Hasta bebe champán y todo.

2. Estado Patillas Curro Jiménez: cuando va a chupar el fluido vital, al No Muerto le crecen las patillas, se le ponen cejas de ZP y el pelo a lo Bela Lugosi. También le salen colmillos pero esto no llama tanto la atención.

3. Estado Murciélago de Plástico: esta forma la usa cuando tiene que desplazarse a largas distancias y se quiere ahorrar el bonometro.

...

Eran la decada de los ochenta cuando decidieron por fin emitir esta delicia por televisión española una noche. yo que pasaba por el salón me quedé absorto y clavado con una imagen de pesadilla que nunca olvidaré, una joven mulata con colmillos y pelos de escapada gritando unos chillidos que me helaron la sangre. No había vuelto a experimentar ese horror y esa sensación tan chunga desde la emisión de la mini serie "El misterio de Salem's Lot" en aquel ya lejano 1986-87 cuando yo era solo un niño. Desde aquel entonces me propuse conseguirla a cualquier precio para volver a visionrla ya que aquella noche no pude grabarla en mi reproductor de video. A principios de los 90 por fin la conseguí y sigo pensando lo mismo, por muy antigua que se haya quedado los vampiros dan miedo y esta muy bien currrada para ser ese año 1972. Para mi supera con creces a las inolvidables producciones de la Hammer con Christopher Lee haciendo las veces del conde u otros bodrios como "Dracula y las mellizas" o "Dracula, el ultimo romantico" protagonizada por Jack Palance, estos dos últimos no pegan como vampiros ni con la cola mas cara del mercado. Este filme es de una calidad irrepetible, quizá su ambiente afro de mega rareza vampiresca y su sabor a Blaxploitation total hacen de ella una pieza mas suculenta que las infumables anteriormente nombradas. William Marshall, al que no he tenido ocasión de volver a ver en otro papel aquí lo borda y la muchacha que cae enamorada del conde hace también un papelón, la bella y carismática Vonetta McGee, una pena que en la secuela ya no aparezca y su rol lo desempeñé la sex simbol y curvilínea Pam Grier.