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Black Mirror: USS Callister (TV)

Ciencia ficción. Thriller Viaja con el capitán Daly y su tripulación para explorar la galaxia y los peligros de planetas desconocidos. Episodio de la T4 de Black Mirror. (FILMAFFINITY)
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Críticas 45
Críticas ordenadas por utilidad
2 de enero de 2018
142 de 196 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de empezar a escribir esta crítica me he dispuesto a leer las opiniones de otros usuarios de FA sobre USS Callister. Tras leer varias, observo atónito que en muchas de ellas califican a este primer episodio de la cuarta temporada de Black Mirror como el mejor de los seis que la forman. Dado que este es el único de ellos que he visto, me hallo en una disyuntiva poco esperanzadora: o las bondades que otros han encontrado aquí yo no las he sabido ver o la calidad de los episodios restantes va a ser incluso peor que la de este.

Antes de empezar con los spoilers, comentaré someramente que, a pesar de que lo que más valoro en esta serie es el argumento de cada una de las historias, las interpretaciones son correctas. Quizá la única que destaca un poco es la de Jesse Plemons y, la que menos, la de Cristin Milioti, a la que encontré poco creíble aun aceptando que, dentro de la fantasía pseudo-trekkie que se nos presenta, se puede dejar paso a la celebración de la sobreactuación como forma de crear lazos con las series a las que trata de homenajear. En cuanto a la ambientación y la fotografía, sin ser yo un especialista en estos conocimientos, se puede encuadrar, como ya se ha apuntado, en el estándar Netflix: no chirría, es agradable y cumple su función.

Y ahora es cuando toca dar sentido al título de la crítica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
neoibero
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5 de diciembre de 2017
100 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahí va, otra vez esa realidad que nunca se corresponderá.
Pero tu sigues soñando, por si eso alguna vez fuera a cambiar.
¿Siempre te lo has imaginado, verdad?
Poder salvar a la humanidad, como los héroes de sonrisa reluciente que nunca te cansaste de admirar.

'USS Callister' tiene un corazón tan negro como vibrantemente luminosa es su fantasía.
Porque así es como deberían ser las fantasías: maravillosas, ordenadas, con mujeres siempre deseosas, villanos derrotados, planetas salvados y compañeros que canten nuestras hazañas.
Por pedir, también podrían ser reales.
Pero la moderna tecnología puede ayudar, una vez más.

Robert Daly sueña imaginaciones multicolor de últimas fronteras y naves de alguna federación cada día, para combatir una amarga rutina que nunca se corresponde.
Y entonces conoce a Minette, única admiradora de su trabajo, la cual vemos acercarse a su colección de Space Fleet y pensamos "ahí esta, esa chica, la que le salvará".
La primera en la frente: esta no es una historia de bestias que esconden guapos príncipes, sino de miserables oficinistas que les gusta ser dioses cabrones.

Basta decir que Robert encuentra la manera de que Minette participe en su fantasía, pero sin participar.
Para siempre. Como él quiera. Y cuándo quiera.
El juego Infinity que está desarrollando puede configurar un mundo en el que uno puede ser participante y gobernante, pero sobre todo sentiente.
Y soñar está muy bien, pero para qué si lo que nos pone realmente cachondos es experimentar.

En su hora y cuarto, este episodio plantea preguntas que nadie quería contestar:
¿Serías un buen protagonista de tu propia fantasía?
¿Serías un Dios benévolo si lo puedes tener todo a tu disposición?
Desafíando toda una tradición de nerds incomprendidos, el USS Callister responde: no.
Un universo donde todo es posible siempre va a ser una venganza para una realidad donde todo se frustra.

Y aún más, nunca podría ser una venganza completa si alguien no reacciona de verdad, no sufre de verdad.
Los tripulantes de la nave celebran los triunfos de su capitán, mueren si la aventura lo requiere, sufren si osan desobedecer y se aburren mientras el dios que les engendró atiende su pedido de pizza más allá de la máquina.
También recuerdan una vida fuera de la esclavitud y guardan el mismo rencor inútil que le dedicamos a un creador omnipotente, el cual puede hacer con nosotros lo que le venga en gana.

La última frontera que hemos conquistado va de nuevo en nuestro beneficio, y me indignaría si no fuera porque, en mis fantasías, yo también he follado, matado y humillado sin consecuencias, con el único reparo de que nada de lo que vivía se cumpliría.
Saltándose años y dimensiones de distancia, 'Black Mirror' nos vuelve a preguntar si en el fondo todo esto de la tecnología es una excusa para glorificar al capullo acomplejado que llevamos dentro, y por eso nada de lo que hacemos con ella nos deja contentos.

Plantéatelo la próxima vez que imagines.
O no, folla, mata y humilla como te venga en gana.
Sólo que nunca pierdas de vista lo que todo eso, real o no, dice de ti.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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29 de diciembre de 2017
75 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si esto no fuera un capítulo de Black Mirror posiblemente mi puntuación sería más alta, el problema es que sí lo es y las expectativas con esta serie (por lo menos en mi caso) son siempre muy altas. El capítulo está tan bien rodado, como todos los demás, con unas grandes actuaciones de todos los actores que aparecen. El problema lo veo en la trama, aunque igual el problema es mío.
No consigo empatizar con los "clones" creados por el "capitán Daly" para que den vida a su mundo de fantasía, la trama va directamente a los intentos de fuga de estos clones, sin que nos de tiempo a pensar en si queremos que se escapen o si nos da igual lo que les pase porque simplemente son inteligencia artificial... no sabemos como ha sido su vida desde que están allí, lo que han intentado hacer por escapar, no sabemos cual es su nivel de sufrimiento o su nivel de dolor o tristeza ni como decidieron someterse finalmente a las órdenes del capitán. A mi sinceramente me daba igual lo que les pasara. Y me daba igual porque en este capítulo se les ha olvidado introducir lo que para mí ha hecho a esta serie grande, y no es otra cosa que el conflicto ético. En todos los capítulos existe de una manera u otra un conflicto ético provocado por algún avance tecnológico o algo similar, y en este capítulo parece que se les olvidó ahondar en ello.
whakoplaza
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30 de diciembre de 2017
38 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que en un principio parece una parodia de Star Trek (con guiño a Netflix incluido) en este capítulo “USS Callister” de “Black Mirror”, se convierte en una de esas historias donde nada es lo que parece y donde el espectador acaba atrapado (igual que sus protagonistas) en esa nave espacial de la que poco se puede contar (para no desvelar la trama) donde los tripulantes son avatares de tus propios compañeros de oficina. Personalmente, me ha parecido el mejor capítulo de esta temporada porque es original, es diferente sin salirse del estilo “Black Mirror”, terriblemente entretenido (durante sus larguísimos 76 minutos) y tiene un gran final. ¡Ah se me olvidaba: y hay batallas espaciales! Esta fábula sobre la venganza, la deshumanización, los videojuegos y las inseguridades, acaba siendo como el caramelo que le das a un perro cuando ha obedecido: la golosina que enmascara la realidad. Puede parecer trivial, pero es, quizás, el capitulo mas complejo de todos. Bien por Charlie Brooker y el tributo que ha tenido que pagar a Netflix con esta (americanizada) parodia de la joya de su catálogo (Netflix posee todo el catalogo Star Trek) que ha transformado en una impecable parábola sobre la deshumanizada sociedad actual de los videojuegos y la televisión digital.

Por cierto, hay que empezar a pensar ya en ese actor de físico tan aburrido como es Jesse Plemons, como uno de los mejores actores que hay en la actualidad, si os sorprendió (como a mi) en la segunda temporada de “Fargo”, aquí se desdobla en dos personajes tan diferentes como difíciles que acaba bordando sin apenas esfuerzo.
El Criticón
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30 de diciembre de 2017
39 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Daly es un nerd que ha creado un videojuego que se ha convertido en la ultima sensación. Debería ser un triunfador nato. Estamos acostumbrados a que las personas con éxito tengan una imagen exterior deslumbrante pero Robert Daly es un perdedor al que nadie trata con respeto o admiración. Su socio le ha robado todo el protagonismo y solo lo soporta porque lo necesita para manejar su negocio. Sus compañeros de trabajo se burlan de el y lo desprecian. Se ha convertido en el hazmerreír de toda la plantilla.
Lo único que le queda de su gran sueño es el nombre de su empresa y el recuerdo de una fantasía intergalactica que nunca vivió.
Pero Robert Daly tiene un arma secreta para vengarse de todos y hacer posibles sus fantasías.
Ha creado su propia versión del juego en la que sus compañeros de trabajo son meros peones a los que utiliza a su antojo. Por oscura y deprimente que sea su realidad ha formado otra llena de colores y brillos intensos donde el es el dios despótico y omnipotente al que todos aplauden y admiran. Donde logra lo que no consigue obtener en la vida real: respeto y obediencia.
Un día llega una chica nueva al trabajo. Una chica que expresa su profunda admiración a Robert. Tal vez la única persona que desde hace años le muestra algo de respeto por su trabajo. Y algo se ilumina en sus ojos, creemos que va a ser su salvación. Que va a ser la que consiga que su vida de un giro de 90 grados pero nos equivocamos.


La verdad es que me preocupaba mucho la trayectoria que iba a tomar Black Mirror al tener tantas temporadas pero una mente tan brillante como la de Charlie Brooker nunca agota sus ideas y sigue ofreciéndonos verdaderas delicias visuales.

Habra quienes encuentren referencias a Star Trek o un mundo feliz de Aldous Huxley pero este episodio va mas allá de todo eso.


Esta creado para hacer que nos hagamos preguntas que en el fondo no queremos responder.
Esta creado para que sintamos empatia y compasión por Robert, para que veamos en el un espejo donde nos reflejamos nosotros mismos.
Porque seamos sinceros.
¿Que harías tu con un socio y unos compañeros de trabajo que convierten tu vida en un infierno?
Si tuvieras la oportunidad de devolverles un poco el dolor y el sufrimiento que te proporcionan a diario,¿no lo harías?
¿No te vengarías de los capullos que te desprecian cada día?
Los videojuegos están creados para buscar una evasión de la realidad. Y en esa evasión todo esta permitido. Desde dominar territorios inaccesibles hasta asesinar sin piedad a cuantos se pongan a nuestro alcance. Liberamos adrenalina y mala hostia a raudales mediante esas inmersiones a otras realidades ficticias.

Charlie Brooker lo lleva al extremo en este episodio. Y nos presenta a unos avatares despersonalizados y asexuales que lo único que desean es tener su propia porción de realidad. Que tienen sentimientos e ideas propias.

No nos equivoquemos. Este episodio es un disparo a bocajarro que nos hace cuestionarnos a nosotros mismos.


Porque en el fondo antes o después de que la cinta acabe todos hemos sido Robert Daly, de apariencia ingenuos pero profundamente despiadados.


Y en eso reside la genialidad secreta de esta serie.


En la asombrosa capacidad de darnos una bofetada en la mejilla y hacer que lo único que podamos devolverle sea una sonrisa.


Porque Brooker no solo capta como nos deshumanizan la tecnología y los medios de comunicación o como perdemos nuestra identidad al intentar personalizarla con los avances de los que disponemos.


Charlie Brooker pinta el alma humana y lo hace de una manera brillante.
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Nadja
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