El escorpión negro

Un modesto clásico de los años 50. Con el esquema argumental de "La humanidad en peligro"(1954, G. Douglas), cambiando hormigas gigantes por escorpiones como brontosaurios, Unos geólogos aguerridos- mexicano y estadounidense- van a investigar unas recientes y catastróficas erupciones. Pero a través de las grietas del volcán, emergerán, provenientes de un mundo constituido por cavernas, unos temibles escorpiones gigantes con mucha hambre. "El escorpión negro" tiene innegables virtudes, tanto en las técnicas como en el argumento y la ambientación.

Unos maravillosos stop-motions en los que participó Willis O'Brien, el pionero creador del primigenio King Kong o los dinosaurios de "El Mundo perdido"(1925), obsoletos pero deliciosos. Veremos combates de estos insectos entre sí y con otros bichos, atrapando a sus víctimas con las pinzas o enfrentándose a vehículos blindados. Un gozo. Tres secuencias de combates son magníficas, la de la cueva, el ataque al tren y el final en el estadio olímpico, donde el escorpión se mueve de manera espectacular.

En cuanto al argumento tienen una especial sensibilidad con los mexicanos, los tratan con respeto; aunque muestran sus pobres zonas rurales también sus fuerzas militares y sus cientíticos son los que liderarán la lucha contra tan inusitado enemigo; aquí no viene un yankee en modo "salvador blanco", sino que son los propios mexicanos quienes combatan, aunque, eso sí, el protagonista americano, les eche una mano. Hay que destacar la dupla de geólogos protagonistas, ambos doctores, uno mexicano y el otro estadounidense, en completo plano de igualdad técnico-científica.

Rodada en México- al menos la ciudad y algunos exteriores - con extras de esas latitudes, confiere un mayor realismo. Ver a los extras corriendo arriba y abajo por esa ciudad, huyendo de unos imaginarios seres, debió de ser todo un espectáculo. En aquellos años, México tenía una notable industria cinematográfica.

La película arrancará con misterio. Los progresivos hallazgos extraños y muertes misteriosas están magníficamente rodados. Ludwig sabe crear una adecuada atmósfera. Los protagonistas se desplazan entre rocas humeantes. Lugares hostiles. Y cuando la amenaza se haga patente, el filme evoluciona a una monster-movie en un lugar exótico. Tendremos incluso una visita al interior de la Tierra, rodado en cuevas reales.

La película se disfruta a cada momento, en especial si eres un aficionado a los clásicos cincuenteros de la serie B. Descúbranla.

Me esperaba encontrarme con algo bastante cutrecillo al ponerme esta película, y me he llevado un sorpresón con mayúsculas, y es que no solo no es una mala película, sino que es de las mejores películas de serie b de los 50 de animales gigantes (que hay bastantes, eh?) que he visto en mi vida.

Una película que, sorpresivamente, siendo estadounidense, transcurre en México, algo que es muy inusual, y sobre todo en aquella época, y es que ya sabemos que los yankis son bastante cerrados de mollera y no les interesa lo que no ocurra en su país.

La película cuenta con un presupuesto bastante bueno, saliéndose de las típicas producciones de serie b baratunas de estos años, para ofrecernos buenos escenarios (incluso la fotografía sorprende, eh?), buenos efectos especiales -los escorpiones molan y mucho, me encanta el careto que tienen- y unos actores medianamente decentes, aunque no sean conocidos.

Mucha acción, momentos bastante chulos y una parte final totalmente épica que me ha parecido de lo mejorcito que he visto en este tipo de cine.

Una desconocida película que vale mucho, pero mucho, la pena.

Una monster movie cincuentera en toda la regla. Una invasión de destructivos escorpiones gigantes que hace las delicias del espectador. Con unos efectos bastante decentes para la época... El stop-motion está muy bien logrado, de la mano de Willis H. O'Brien, un muñeco bastante aterrador para los primeros planos. Sin embargo el efecto de la silueta negra del escorpión entre la multitud está un poco flojo. Pero se le puede perdonar, porque el guíón y la dirección del film es bastante buena.
Los actores están correctos, tanto los masculinos Richard Dennig y Carlos Rivas, como la sugerente Mara Corday.
El único que rompe esa armonía es el paspante Mario Navarro en el rol de Juanito, personaje insufrible e irrelevante.
Yo estaba deseando que se lo tragase entero el escorpión gigante.
Todos los aficionados a los monstruos gigantes disfrutaran de esta excelente película, que no es tan conocida por la mayoría de los cinéfilos.