El osario (C)

Sin dejar atrás sus obsesiones o sus métodos de montaje, Svankmajer nos lleva a una peculiar capilla checa en donde todo está decorado con los esqueletos de cientos de personas.
El corto-documental resulta un tanto macabro pero la genialidad del montaje sorprende.
Svankmajer utiliza su técnica más preciada, una canción de fondo, un tanto extraña y las imágenes se mueven al ritmo de la música, esto ya se ha visto en cortos anteriores pero el hecho de que ahora se trate sobre la muerte, impone de otra manera.
Lo que más me gusta del corto es la manera de tratar el tema, es decir, Svankmajer trata todo con una sutil delicadeza, la muerte está presente en cada imagen, en cada escena que van a una velocidad muy grande lo cual obliga al espectador a estar muy concentrado en el tema y al mismo tiempo uno se pregunta muchas cosas, preguntas que van desde la muerte hasta la decoración.
Un corto interesante y macabro.