Marie-Jo y sus dos amores

Mari-Jo es una mujer de mediana edad que ama intensamente a su marido Daniel, pero ama igualmente a Marco, a la sazón su amante. En un momento dado Marie-Jo deja su casa y se va a vivir con Marco. Mientras, Daniel espera angustiado su regreso. Es la historia de dos amores incompatibles; como novedad se da el caso en este film que es la mujer y no el hombre quien alterna pareja.

Robert Guédiguian dirige excepcionalmente esta película que hace que nos identifiquemos con sus personajes en una trama de amor original con altos y bajos pero con una buena media de calidad en el guión, fotografía y montaje.

Es una historia sencilla de amor, encuentros, desencuentros, celos rivalidad filio-materna, marido abnegado y amante enamorado. Dos amores que se alternan y que a la vez que enriquecen la vida de Marie Jo, también la llenan de culpa y desosiego. Y uno se hace preguntas sobre por qué los humanos somos así, absorbentes, monógamos, incondicionales y sin posibilidad a la apertura de otras experiencias y afectos. Pero estas son otras cuestiones para psicólogos o filósofos.

El equipo de Marius y Jannette, De todo Corazón, Al Ataque! y La Ciudad esta dormida, ha dejado aparcado momentaniamente la furgoneta de las revindicaciones, siempre necesarias, del obrero; para centrarse en el corazón de una mujer Marie-Jo, interpretada por una de las mejores actrices actuales a nivel mundial; Ariadne Ascaride. Película muy, pero que muy íntima tanto física como psiquicamente, reflexión, sobre la posibilidad de enamorarse de dos personas a la vez, en los tiempos que corren... Una lucha interna muy femenina, difícil de comprender, por desgracia, a los ojos ajenos. No se trata de un film excesivamente brillante, peró su sencillez y tranquilidad llena de calma y sensibilidad al espectador, que goza durante dos horas de unas interpretaciones tan extraodinarias como humanas.
Historia íntima y sencilla donde lo mejor son los actores y lo peor su final tan fácil y tópico.
IBG

Fenomenal relato de Robert Guédiguian en el que enseña una gran capacidad para hacernos meter en la piel de cada personaje.
Una historia de amor que se complica, que se hace muy difícil de llevar, incluso de creer... pero sin embargo no podemos dejar de emocionarnos con esos seres que se aman, se pelean, sufren, vibran, dudan, viven.
Con una aparente y maravillosa sencillez el director se adentra en las complejidades del querer y nos regala una obra conmovedora.

O me llevo a esa mujer o te la cambio por dos de veinte… Me encanta esa canción de Aute, que parece pinticantada para esta película. La otra opción era: “o entre los tres nos organizamos… si puede ser” No puede ser. No estamos preparados para eso. Tal vez, no por falta de amor, sino por instinto de posesión. Mari-Jo, Daniel y Marco se aman entre sí en una ecuación muy clara. Daniel ama a Mari-Jo, que es su mujer, Marco ama a su amante Mari-Jo y Mari-Jo les ama a los dos. Sin posibilidad de despejar eso a conveniencia de todos. Porque no se trata de un asunto sexual, sentimental o práctico, sino vital. Todos quieren vivir a plena disposición con la persona que aman, pero no se puede dividir un número impar sin decimales de angustia, renuncia, sacrificio, tristeza o culpa.

La película expone ese triángulo amoroso para el que no existe solución posible. Sin posibilidad de organizarse, ni dividirse, siempre hay un ángulo solitario donde alguien sufre y espera o desespera, mientras los otros dos se apoyan juntos sin paz ni alegría. Y van rodando en el espacio, penosamente, porque eso no es fácil para ningún triángulo… Por eso Mari-Jo empieza la película de una forma sorprendente y desesperada, al borde del suicidio, mientras pasa un día de playa con su marido y sus hijos que la adoran. Porque no es feliz, porque siempre hay media vida, sin vivir, a la que no puede renunciar, aunque lo intente…

Alguien de esta página me recomendó esta película. Te gustará, me dijo. Te hará pensar. Es muy humana, sincera y tierna. Sí. Es una historia de amor triste, de personas que se quieren aunque quisieran dejar de quererse, de amores difíciles y de geometrías celestes, en combinaciones imposibles de atrapar… Y, además, está la propia historia del director de la película, Robert Guédiguian, con la actriz protagonista, su esposa Ariane Ascaride, pintada con tanto amor, admiración y pasión que siempre tiene para ella un perfil tan hermoso que no nos sorprenda que haya mujeres que puedan hacer morir de amor a tres hombres que no están locos. Otra canción reveladora…

Sí. Gracias, Roberto. Me ha gustado mucho.

Me encanta el cine francés y esta pequeña joya me ha encantado. Cine real como la vida misma, con unas localizaciones de la ciudad de Marsella preciosas y una actriz, Ariane Ascaride, esposa del director, increible, aunque no me pueda identificar con su personaje. La ví en versión original y su encanto fue aún mayor.
No se la pierdan, les hará pensar.