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Sweetheart

Comedia. Drama. Romance AJ, una adolescente socialmente torpe pero con consciencia ecológica, es arrastrado a un centro turístico por su familia. Allí, se siente atraída por una socorrorista. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
14 de agosto de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marley Morrison firma uno de los mejores debuts de los últimos años son Sweetheart, una historia de adolescente inadaptada que, obligada por una familia con la que no conecta, se embarca en un viaje estival que implicará grandes descubrimientos para la protagonista y, por fin, un paso a la madurez a la que hasta entonces se ha resistido.
A través de los ojos, la expresión corporal y el excelente trabajo corporal de una fabulosa Nell Barlow (casi imposible creer que sea la primera vez que se pone ante la cámara; tiene un aplomo, una simpatía y un talento que apabulla), el espectador se hace uno con AJ y, aunque su historia no sea especialmente original (tramas sobre adolescentes perdidos que "se redimen" hay muchas) y quede la sensación de que a la película le ha faltado algo de valor para ir a por todas, vive con ella su relación con Isla, el descubrimiento de su sexualidad y su identidad y la reparación de las relaciones con sus familiares. Es, sencillamente, un guion ejemplar, divertido, fresco, tierno y sensible sin ser cursi.
Tierna, divertida, madura y encantadora.

Lo mejor: La interpretación de Nell Barlow, la belleza de la relación entre AJ e Isla y la madurez del guion (ejemplar su tratamiento de la identidad LGTB y la sexualidad).
Lo peor: Quizás le falta algo más de originalidad y ambición.
Sibila de Delfos
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7 de noviembre de 2021
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El despertar vital

La etapa adolescente es una de las fases más importantes en el desarrollo personal, por lo que no es extraño que el mundo del cine aborde este momento vital. Sweetheart plantea una visión diversa, donde la protagonista es una joven lesbiana que se encuentre en plena guerra interna. A diferencia de otro tipo de producciones de una índole parecida, la problemática no se halla en la falta de libertad sexual en la familia, sino más en la madurez y definición de saber quién es. Por esa razón, el guion se sumerge en una comedia perspicaz, donde se analizan las relaciones que va formando y el impacto que tiene en su progreso introspectivo. Esta vertiente reflexiva, mezclada con un humor sarcástico e irónico, es lo que logra obtener frescura en su resultado.

Además, se valora también la forma de mostrar a los demás personajes adolescentes, donde hay una diversidad que encaja con el progreso social que se está viviendo en la actualidad. Por tanto, refleja de una forma bastante cercana a la generación Z, que se desmarca de anteriores en las que había mayor represión. Así el viaje que realiza es agradable e incorpora conflictos que ya se han podido ver en esquemas heterosexuales y, por fin, se muestra en protagonistas del colectivo LGBTQ+. Sin embargo, el conflicto que plantea tampoco va un paso más allá dentro de esta concepción y se queda en un eje más cómodo. En consecuencia, hay un análisis notable y se agradece el punto de vista, pero hay partes en las que podría dejar salir ese torrente emocional que se va tejiendo en torno a sus protagonistas. Pese a ello, el potencial mostrado refleja un notable debut cinematográfico.

*Descubrimiento juvenil

A pesar de otras cintas adolescentes, Sweetheart ha sabido equilibrar el talento adulto con el juvenil. En primer lugar, Nell Barlow encabeza el elenco como AJ, o April, realizando un viaje expresivo que escenifica a la perfección ese remolino interior que sufre su personaje. Además, debe mantener el tono incómodo y políticamente incorrecto de AJ, a la vez que comienza a tejer esa tela de empatía hacia el espectador. Por lo cual, hay que aplaudir que haya sabido exponer todo ese torrente interior de una manera totalmente eficaz y llena de detalles que dejan un retrato real y sincero. Asimismo, Jo Hartley, que se mete en la piel de la madre de AJ, Tina, también aborda su personaje desde una verdad luminosa, dejando salir pequeños detalles oscuros con los que logran un conglomerado dramático interesante. Ambas forman un combo totalmente sinérgico.

Después, Ella-Rae Smith se convierte en Isla, el objeto de deseo de su protagonista. A diferencia de su compañera de reparto, Smith se mueve en un prisma más ligero, quedándose en un plano menos potente. No obstante, en el último tercio del film se ve una sensibilidad artística muy atrayente, revolviendo su personaje para darle unos matices absolutamente sensitivos. Esa mirada de las últimas escenas es cautivadora. Por otra parte, Sophia Di Martino aporta esa combinación entre humor y drama, pero manteniendo siempre esa tonalidad hilarante. De esta forma, comprende a la perfección el lenguaje en el que debe moverse, siendo una de las interpretaciones que más se quedan en la retina del espectador. También hay que aplaudir el trabajo de Samuel Anderson y la joven Tabitha Byron, pura ternura. Por último, los actores de reparto juvenil cumplen con su labor de una manera muy orgánica.

*Una familia peculiar

El sello de identidad de Sweetheart se mueve por una vertiente independiente, influenciada por un estilo relacionado con el género coming-of-age que ya se ha podido ver en otras películas. Por tanto, hay ese influjo de colores azulados y verdosos, acompañado de localizaciones frescas y abiertas, que sirven de perfecto acompañamiento en ese viaje vital. Aun así, hay que destacar una labor excelente por parte de la dirección de fotografía, que ha sabido dar magia al resultado completo del largometraje. Hay varias escenas en las que se siente esa fiebre juvenil, lo que demuestra un acabado visual excelente. Además, los parajes se encuadran en la cámara de una forma que crean ese oasis dentro de la normalidad, para ser el perfecto escenario de cambio, previo al regreso a la cotidianidad fuera de ese espacio de vacaciones.

El montaje se guía por una propuesta agradable y suave, dando su lugar a la comedia y a las secuencias más hilarantes. A ello se le suma el hecho de haber sabido plantear puntos de mayor emoción. Con lo cual, el espectador puede experimentar cambios en el ritmo, lo que suma dinamismo a la propuesta. Siguen dentro de ese sello de identidad de descubrimiento, pero ofrecen una dosis de energía que equilibra esa tensión constante del cambio. Aun así, podría desarrollarse de una forma todavía más vital, dando aún más movimiento al film. Por otra parte, vestuario y peluquería culminan el apartado artístico, con una propuesta que escenifica a la perfección la personalidad de sus personajes. Por tanto, es uno de los aspectos mejor elaborados dentro del apartado técnico. Para terminar, el final es una de las mejores elecciones, por la notable construcción que se realiza en torno a esa despedida realista.

*Conclusión

Sweetheart es un drama coming-of-age que se mezcla con la comedia pícara e incorrecta, dando momentos de auténtica hilaridad. Se aprecia una vertiente que apuesta por una evolución personal, ajustada a las nuevas generaciones, en especial la Z, donde la visibilidad es cada vez mayor. Por tanto, no se mueve desde el rechazo familiar, sino desde la montaña rusa que supone ser adolescente. Sin embargo, no va más allá dentro de esta metamorfosis, lo que indica un resultado notable, que puede ser todavía más potente.
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Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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