5 contra la banca

Phil Karlson es junto con Fritz Lang y Robert Siodmak el director más prolífico en el cine negro. Lo que darían otros directores más afamados de tener entre sus manos: Cuando el hampa dicta su ley, The Brothers Rico, El imperio del terror, En un aprieto, Calle River 99, El cuarto hombre, Trágica información y Los intocables que no está en FA. Y luego está 5 contra la banca que se puede considerar la peor con mucha diferencia. 5 contra la banca en vez de centrarse en el robo se centra en los personajes. Y los personajes no tienen nada que contar para que la peli avance. 5 contra la banca es un lunar que no empaña la admiración que siento por un director muy superior a la clase alta de los sobrevalorados directores.

Phil Karlson se ha hecho un hueco en el panteón del noir con una serie de concisos y brutales thrillers que fue desgranando a lo largo de los años 50. Recordamos a bote pronto El cuarto hombre (tal vez su obra maestra), Calle River 99, En un aprieto, Los hermanos Rico y El imperio del terror. Lo peor de 5 contra la banca es que no es un noir, dejando aparte la preciosa fotografía en B&N de Lester White y la secuencia final del fallido atraco al casino. Se trata de un melodrama en torno a cuatro talluditos universitarios (veteranos de Corea, se han acogido a un programa gubernamental de "repesca"), el psicópta, el gracioso, el hijo de papá y el bueno. Los tres primeros deciden robar en un casino, mientras el bueno trata de convencerles de lo contrario. El guión es ñoño y plagado de lugares comunes, y lo más reseñable es la inconmensurable belleza de esa mujer maravillosa llamada Kim Novak en una de sus primeras apariciones en pantalla. Está, simplemente, arrebatadora, pero ella sola no puede sostener la película, que nos aburre cansinamente hasta el The End previsto. Por supuesto, no se estrenó en España, y es sólo apta para completistas y amantes de Kim Novak.

Cuatro compañeros de universidad visitan una sala de juegos en Reno. Como diversión, uno de ellos pretende demostrar que puede robar un millón de dólares y salir impune.
Película que se inscribe en el subgénero de atracos perfectos, dirigida por Phil Karlson a partir de la novela homónima de Jack Finney. Aunque peca de una realización un tanto apagada, se luce en el trazado de personajes y en las escenas de tensión. La bella Kim Novak encarnó al quinto miembro del grupo protagonista, en una de sus primeras apariciones cinematográficas.



"No era sólo una proeza teórica. Quería verlo funcionar en la práctica."

Apagado thriller que en realidad no es tal o solo al final.
Porque se vende así, en principio por estar dirigido por el gran Phil Karlson, autor de peliculones sobre todo inscritos en el precioso género negro. Aquí el McGuffin podría ser ese, el golpe a la banca en un casino de Reno, pero en realidad la cinta es un canto a la amistad, a la solidaridad, a no dejar tirado al amigo, al compañero por muy mal que a este le vengan dadas, sobre todo si el mal que le acucia viene por estar enfermo (en este caso mental por la Guerra de Corea).
No tiene la película la chispa habitual en Karlson, no aburriendo pero tampoco interesando demasiado.
El ritmo es pausado, los acontecimientos no tienen demasiado interés, si exceptuamos los primeros minutos y sobre todo el último tercio del filme y todo transcurre demasiado placidamente para ser de su autor, que no obstante tiene mano para algunas escenas donde el excelente montaje tiene vital importancia.
También es de recibo la preciosa fotografía en blanco y negro a cargo de Lester White, pero el mayor fallo es el guión, nada menos que a seis manos, adaptando una historia de Jack Finney.
Su misión no molesta en absoluto, pero tiende al olvido rápido al no tener nada realmente destacable si exceptuamos el esfuerzo dramático de un Brian Keith entonado y la belleza (como siempre) de Kim Novak.

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No es tan buena como otras de este Director, el Rey de la Serie B. Se deja ver, tiene un punto de intensidad, y sobre todo la belleza absolutamente salvaje de Kin Novak, una de las más guapas entre las guapas.
El resto de actores son grandes secundarios, que funcionan bien, pero que lastran la cinta.
En vez de centrarse en el robo en sí, prefiere realizar una especie de introspección sobre los personajes, algunos de ellos con traumas de guerra, y hay se le va la cinta de la mano...
No está mal, pero no es una gran película. Se deja ver, pero poco más.