Los hermanos Grimm

Viendo el resultado final de “El secreto de los hermanos Grimm” queda muy claro que no es el proyecto final que quería Terry Gilliam (gracias tarima por toda la información), aunque sus intenciones quedan reflejadas en parte.

No es suficiente contar con los medios si no es posible desarrollarlos convenientemente o realizar un filme que acaba siendo tan impersonal, siendo impropio de Gilliam.

Acaba cansando y arruina todas las posibilidades de entretenimiento y espectáculo que ofrecía la historia.
Creo que muchos espectadores nos preguntaremos qué hubiese hecho Burton con este material. Muy mala señal para el director de aventuras fílmicas inclasificables que se caracterizan por el riesgo, mirando muy de lejos a la taquilla.

Caperucita roja, Hansel y Gretel, La bella durmiente, Las habichuelas mágicas...
Son cuentos que alguna vez, nos han hecho soñar, temer, reír...
Esta película es básicamente un gran libro de cuentos. Da la sensación de estar metido en cualquiera de ellos.
Los efectos especiales son buenos y los personajes bien elaborados.
Si que es verdad, que se podría haber sacado mucho mas provecho de ella ( teniendo una gran historia ), pero sólo consigue dejarte con la miel en los labios de algo mas.
No consiste en comparar el film ni a su director Terry Gilliam con Tim Burton, el mundo de la imaginación es infinito y hay sitio para todos. Sólo tienes que creer y dejarte llevar.

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Varios años después de su última realización "Miedo y asco en Las Vegas" (1999), el expresionista director Terry Gilliam reaparece con esta barroca historia en torno del mundo fantástico y real de los auténticos hermanos Grimm.
Los legendarios escritores de cuentos, Wilhelm y Jacob Grimm, que vivieron en el cruce del Siglo de las Luces y el desborde del Romanticismo, son presentados como dos hermanos gallardos y opuestos. Uno siempre buscando una interpretación racional ante las cosas (Will) y otro (Jacob, el soñador) anteponiendo constantemente su fantasía sobre la realidad.
Esta pareja emblemática recorre las aldeas bajo la dominación napoleónica y los odios raciales, recopilando las diferentes historias del folclore popular, dándole forma escrita a los relatos orales de los campesinos. Además de su faceta intelectual, los famosos hermanos son mostrados como embaucadores que capitalizan la ingenuidad y supersticiones de los aldeanos para estafarlos con la ayuda de actores circenses que fingen ser monstruos causantes de calamidades. Entre el filo de la fascinación y el horror, esas ficciones rescatadas de la oralidad lograron sobrevivir con sus ogros y brujas, princesas y héroes, atravesando generaciones y siglos hasta nuestros desencantados tiempos posmodernos.

La película trata de equilibrar los dos opuestos de raciocinio y fantasía también en su lectura histórica, con las referencias a las tropas napoleónicas, las mazmorras y torturas, controles y sospechas sobre los dominados pueblos extranjeros; algo que el fantástico personaje de la Reina de Turingia sintetiza en la frase El guión tiene el mérito de entrelazar fragmentos ingeniosamente. Como el espejo roto que se reconstruye y pulveriza en los momentos culminantes de las estéticas escenas en el interior de la torre de los hechizos, las referencias a las obras tradicionales son permanentes, aunque siempre desintegradas. De tal forma que nadie encontrará una versión completa de los recordados cuentos de hadas sino una nueva composición resignificada, donde coinciden solamente aspectos formales de Blancanieves, Cenicienta o Hansel y Gretel.
Los roles protagónicos, cubiertos por Matt Damon y Heath Ledger, dos de las estrellas más carismáticas del cine actual, no se parecen a nada de lo que hayan hecho anteriormente, como ejes de una estrafalaria aventura que combina elementos de comedia, terror y fantasía.

Tal vez le juegue en contra cierto exceso de teatralidad, propio de su expresionismo exacerbado, pero "Los Hermanos Grimm" no alcanza el nivel de otras obras de Terry Gilliam, creador de los inolvidables mundos visuales de "Brazil" y "Doce monos". Sin embargo, pese a estar muy acotado en esta película (se comentó que tuvo muchos problemas con la producción), vemos su mano en la notable puesta en escena y la destreza para transformar y fundir cuentos ancestrales en una trama novedosa, siempre sorprendente.

Felicito la originalidad en la inventiva de un gran guionista como es Ehren Kruger, sólo hace falta repasar su filmografía para darse cuenta que posee en su haber grandes obras escritas para cine. En este caso en particular logra combinar a la perfección una abrumadora dosis de fantasía que surgen de los cuentos infantiles más tradicionales con una cuota de humor que siempre es bienvenida.
Lo de Terry Gilliam es un trabajo encomiable también, con gran desparpajo e innato talento logra sumergirnos en una maravillosa narración que cumple muy bien con los requisitos mínimos para una cinta de fantasía. El director nos transporta a un escenario artísticamente encantador, con una ambientación y un diseño de arte esplendoroso. Gran parte del atractivo de esta cinta se le debe a la espléndida fotografía y los logrados efectos digitales que dan una estética muy atrayente desde lo visual. Personalmente me pareció muy interesante lo conseguida que está la atmósfera de la cinta, la recreación de época, el vestuario. Todo redunda en un producto final que seguramente no decepcionará a aquel seguidor del cine fantástico sin grandes ambiciones.
Además tengo que sumarle los intensos y enérgicos que me han resultado los aportes histriónicos de la dupla de protagonistas Matt Damon y Heath Ledger, dando vida a los carismáticos hermanos Grimm. Loable el trabajo de esta dupla de actores que han sabido darle un perfil simpático a cada personaje. Y hablando de personajes, en el filme tenemos de los más variados, muy bien caracterizados y que le otorgan un grado de excentricidad al filme digno de una obra firmada por Gilliam. Poca aparición de Monica Bellucci, así que a descartarla si una mira esta película sólo por ella.
Este filme es un correctísimo producto desde el género, que entretiene y divierte sin tanta profundidad en el contenido. Pero no creo que haya que pedirle situaciones lógicas a esta clase de películas, sino que debemos entregarnos a un relato lleno de artificios y licencias que son permitidas, que nos dan a cuota necesaria para que esta cinta sea un gran pasatiempo muy llamativo desde lo visual.
Gilliam nos introduce en una amalgama de cuentos de lo más fantásticos, donde los hechizos, maleficios, y personajes más extravagantes pululan en el relato y otorgan una carga de adrenalina justa para animar y pasar un rato lleno de aventuras de lo más fantasiosas.

La película por argumento y reparto prometía, es más tras ver la primera media hora te acomodas en la butaca por que crees que vas a disfrutar de lo lindo, pero a partir de ahí parece como si las piezas del puzle hayan sido encajadas a la fuerza y mal, muy mal. No es que pierda fuerza, no, para mi, se acaba la película, no aporta nada, el argumento es vano y las dosis de imaginación más que sorprender aburren.
Una pena, prometía.